II (2) - CAPÍTULO COMENZANDO

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----AXEL----

-¿Y la casa es grande?.- pregunto a la mujer que llamo madre, debe estar harta de escucharme.

Echa a reír por décima vez hacia la pregunta.

-¿Cuando tendré el auto?.- vuelvo a decir acercando la cabeza hacia adelante.- ¿Y mi moto?.

Papá levanta la vista y me mira por el retrovisor. Le mantengo la mirada fija esperando una respuesta de su parte

Me encanta retarle, siempre que lo hago entiendo porque dicen que los hombres nunca maduramos.

Sarah gira a mirarme abriendo los ojos inmensamente queriendo decir algo. (¡Ya cállate, Axel!)

-No te entiendo, Sarah.- vuelvo a mirar por la ventana.- Deberias aprender a expresarte.

-¿Podrías quedarte callado lo que queda del viaje?.- pregunta ella sin expresión alguna.

-Depende... ¿Cuánto falta?.

- Solo diez minutos, Axel. Por favor.

Asiento con la cabeza y vuelvo a girar hacia la ventana.

Este es un nuevo comienzo. Somos de Alemania, al menos mamá, Ian y yo.

Nos estamos mudando por cuestiones de trabajo de papá o al menos eso escuché. La verdad no me ha importado el motivo, solamente escuché su larga charla sobre dejar mi país natal, subí a mi habitación e hice las maletas.

No había nada especial para quedarme mas que una persona que ya no está, por lo tanto no había nada que hacer allí.

Según papá, todo esto será distinto, nuevas personas, nueva casa, conoceré a los abuelos, y me han hecho traslado a una nueva universidad.

Mi vida no es emocionante.

A los cuatro años hice a papá hacer el ridículo en una tienda de utensilios de porcelana. Aquel día había prometido a papá portarme bien y no lo cumplí. En un impulso de tocar lo que me habían prohibido rompí más de sesenta materiales de porcelana. Él quería matarme. Lo que tuvo que pagar fue mas de lo que ha gastado en mí hasta el día de hoy.

A los dieciséis llamaron a casa desde la penitenciaria. Estaba borracho y había peleado con un hombre inmensamente enorme. Estaba hecho mierda, borracho y era menor de edad.

También a los dieciocho una chica de dieciséis y yo desaparecidos por una semana. Al momento de regresar, nunca fue cierto que llegué a casa, al igual que no fue cierto que mis padres fueron por mí. Duré dos días allí, en esa prisión por ser un presunto "pedófilo y secuestrador".

Lo peor del caso es que ella fue la de la idea... Papá fue por mí al segundo día, y no paraba de reír al verme.

Esto es solo un pequeño resumen de las cosas que he hecho, la he pasado peor y no me quejo, sin la adrenalina la vida no tiene sentido.

He pasado por toda clase de situaciones, he tenido toda clase de amigos y de chicas. Desde los mejores hasta los peores, amigos desde las chicas más calientes hasta las más inocentes.

Y... Aún teniendo todo lo que he querido, sigo estando vacìo. Necesito encontrar mi pasiòn, algo que me haga completamente feliz, despertar y acostarme pensando en ello. 

Solo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora