XLI (41) - CAPÍTULO

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----ALINA----

Aún nos amamos...

Increíble, el sentimiento sigue intacto, pensaba que estaba pasando la decepción amorosa sola y debería esperar que se esfumara completamente.

En mi cabeza solo repasaba las últimas semanas con Axel, desde el día que estuve en su casa llevando a Ian, hasta ayer en la noche, cada momento ha sido inolvidable, ya sea bueno o malo.

Luego de confesarnos que aún nos queríamos más de lo que podíamos soportar, hablamos por largo rato, nos besamos y abrazamos mucho tiempo, nos dimos una ducha juntos, exploramos cada parte de nuestro cuerpo, nos tocamos por aquí y por allá, pero no tuvimos sexo, o hicimos el alto como me ha dicho Axel.

Había sacado ropa del cuarto de Alan para Axel, y yo me coloqué un suéter gigante con mis pantys.

Decidí que debo hablar con Sebastián, dejar las cosas con él, así sea que esté sola por un tiempo, porque no pienso poner todo fácil a Axel.

Comenzamos a contarnos lo mucho que había pasado estos meses y nos dormimos.

Al despertar mi cabeza reposaba sobre el pecho de Axel, nuestras piernas estaban enredadas  y su brazo me apretaba a él, como si quisiera escaparme.

-Te extrañaba.- Pasa sus largos dedos por mis cabellos.- Tanto tiempo sin ti fue difícil.

Levanto la cabeza de su pecho mostrando una grata sonrisa.

-Aún no estamos juntos, Axel.- mi voz se hace lo suficientemente aguda, si todo hiciera dodo diferente esta sería una de nuestras tantas mañanas juntos.

-Lo sé.- suspira.- Aún hay cosas que debo componer.

-Y yo...

Hablo de Sebastian.

-Sabes, amor.- retomo la palabra.- Quizás esto será un poco difícil.

-¿Por qué lo dices?.

-Pues... se supone que Sebastian y yo estamos en una relación.

-Oh...

-Dije muchas veces que estaba con él porque lo quería sabiendo que no era así. La manera en que yo quiero a Sebas es igual a la de un hermano.- trago.

Me alejo del cuerpo de Axel tomando asiento en cama.

¿Qué hago?.

-Deja de pensar en eso.- Axel toma asiento a mi lado.- Tendremos tiempo de resolverlo.

-¿Puedo seguir con él entonces?.- ladeo las cabeza.

Obvio no puedo estar con los dos, me consumirían en su totalidad.

Hace silencio, sus ojos se estrechan.

No le gusta la idea.

-Mejor bésame.- Su brazo me toma por la cintura acercándome a él.

Echo a reír.

-No creo querer besarte.

-¿Ah no?.- Me coloca sobre sus piernas.

Me acerca a su pelvis dejando nuestros rostros totalmente cerca.

-No.- respondo.

-¿Está mal que te bese?.- da un beso en mi barbilla.

-Para mí, mentalmente no. Pero... moralmente para la sociedad y quizás nuestros padres y abuelos, sí.- encojo los hombros

-Pues, adivina algo.- Axel se acera a mi oreja.

Solo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora