XXII (22) - CAPÍTULO

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--ALINA--

-Estoy lista.

Estoy frente a la habitación de mis padres, mamá arregla la corbata a papá y el algo en el cabello a ella.

Siempre he amado ver la relación de mis padres, tanto que a veces deseo en un futuro seguir sus pasos.

Tienen peleas, Pero no tan graves como para separarse, discuten y aún así el amor está intacto. Se besan frente a quién sea y a diario se dicen cuanto se aman.

Sonrío al verlos así, ella ayudándole y él de igual manera.

Ambos giran a mirarme. Rápidamente poso como si estuviera en una sesión fotográfica para una revista

Papá está boquiabierto y mamá sonríe.

-¿Esa es mi nenita?.- Pregunta papá a mamá como si no cree lo que ve.

-Ésta es tu nenita.- Sonrío.

-Estás...- Queda en silencio un pequeño segundo.- Hermosa.- Susurra.

Sigo sonriendo. Siempre he amado que papá me halague.

Camina hacia mí y toma mi mano derecha y me hace girar.

-No crezcas más.- dice en voz baja.

-Voy a intentarlo.- responde dando un beso en su mejilla.

Mamá echa a reír mientras camina hacia nosotros. Pasa su mano derecha por mis cabellos y sonríe.

-Estás hermosa.

-Igual que tú.- Muestro mis dientes en una sonrisa.

Nos miramos unos segundos sin decir nada, muchas veces es mejor apreciarnos en silencio.

-Bien, ¿estamos todos listos?.- Pregunta.

-Creo que sí.- dice papá.

-¡TROPA, ¿TODOS LISTOS?!.- Grita papá desde mi lado.

-¡LISTO!.- Responde Alan.

-¡LISTO CAPITÁN!.- Grita Aaron

-¡¿QUÉ ES TROPA!.- Pregunta Cami desde su habitación.

Papá echa a reír.

-¡Luego te digo muñeca!, ya ven que nos vamos.

-¡YA VOY!.- Grita la niña corriendo por el pasillo camino a nosotros.

-Buscaré mi celular y cartera .- Digo a mis padres.- Los veré abajo.

Salgo de la habitación y camino hacia la mía.

Desconecto el celular que estaba cargando y tomo mi cartera de noche.

-Bien... ¿Se me queda algo?.- Pregunto en voz baja.

-¿El cerebro lo llevas?.

Giro a mirar y es Alan quien está en la puerta.

-Sí, ¿y tú llevas el tuyo?.- Pregunto saliendo de la habitación.

-Siempre.

-No hablo del que piensa por ti.- Señalo su parte íntima.- Hablo del que no te funciona.- Ahora su cabeza.

-Ja, ja, ja muy graciosa, creo que sacaste el sentido del humor de la abuela Silvia.

-Gracias, algo debía sacarle.- Comenzamos a bajar las escaleras.

-Y también te ves linda.- Dice mi hermano detrás de mí.

Giro a mirarle sorprendida.

-¡Gracias!.- Le sonrío.

Solo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora