82 | Peter Hale

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Peter Hale iba de la mano con la palabra prohibido para mí.

Mejor amigo de mi padre, socio de mi madre, padrino de mi hermano.

Amigo de toda la familia desde que tengo memoria.

Y es que al principio solo era eso, el amigo de papá. El que venía en las fiestas de fin de año, en los cumpleaños o los domingos a comer a casa.

El que siempre me traía un regalo cuando pasaba de año.

El que me regalaba los vestidos que a mi madre no le gustaban y a mí sí.

El que me abrazaba cada vez que discutía con mis padres y pensaba en escapar de casa.

Peter se había vuelto un refugio… Una especie de habitación segura que siempre tendría su puerta abierta para mí.

¿Cuándo todo eso cambió y se convirtió en pasión?

¿Cuándo dejé de verlo como un amigo y empecé a verlo como un hombre?

¿En qué momento sus abrazos llenos de cariño se volvieron una excusa para pegar nuestros pechos y sentirnos más cerca?

¿Cómo algo que se sentía tan bien… estaba tan mal?

Intento olvidar. Despejar mi mente un segundo, disfrutar de la lluvia que cae sobre mí y moja mi cuerpo desnudo.

«Tienes que olvidar».

Respiro el vapor, tiro mi cabello hacia atrás y cierro los ojos.

—¿En qué piensas?

Su dedo índice acaricia mi hombro y baja por mi espalda, se detiene en mi espalda baja, vuelve a subir con lentitud deteniéndose en el contorno de mi seno.

—¿Qué te molesta?

—¿Cómo sabes que algo me molesta? —Lamo mis labios, disfruto de su caricia.

—Porque te conozco como la palma de mi mano, cariño…

Sus labios se pegan en mi hombro, comienzan a subir hasta mi cuello y corre mi cabello mojado para comenzar a repartir pequeños besos.

—Dime… Soy todo oído.

Me doy vuelta, miro sus bellos ojos brillar y su sonrisa comenzar a crecer.

—No quiero hablar de eso, no ahora… —Respondo volviendo a la realidad.

La realidad de la cual me estaba atormentando.

La realidad en donde Peter y yo estamos en su casa, en su baño.

Duchándonos desnudos luego de tener sexo en su cocina.

—Bien, lo entiendo… —Me toma de las mejillas para que lo vea fijamente, sus dedos proporcionan caricias que me derriten en sus manos—. Pero si en realidad es alguien y no algo, le haré mucho daño.

Sonrío como boba y niego—: Nadie me está molestando, Peter.

—Menos mal. Nadie molesta a mi niña.

«Niña»

La palabra resuena en todo mi cuerpo. Eso soy para él, eso me siento a su lado. Una niña inexperta.

—¿Lu? ¿Qué sucede? —pregunta cuando me alejo y comienzo a escurrir el agua de mi cabello,  salgo de la ducha bajo su atenta mirada.

—Se me hace tarde, tengo que irme.

—¿Ahora? —Pregunta confundido, apoya su antebrazo en la mampara de vidrio.

—Sí, tengo que entregar un trabajo antes de las seis.

Teen Wolf One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora