Teen Wolf One Shots

86 | Peter Hale

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Mi papel en mi familia era ser la tía joven, divertida y bonita.

Trabajé en ese vínculo con mi sobrina y sobrino desde que cambiaba sus pañales olorosos, era merecedora de tener ese papel sin duda ni objeciones. 

Helena y Mark tenían ya diecisiete años, casi dieciocho. Eran mi más grande amor en esta vida, porque cuando crecieron me enseñaron una nueva forma incondicional de amar.

Daría todo lo que no tengo por ellos. Los cuidaría con mi vida, hasta el último segundo.

Aprendí de la maternidad y lo compleja que es desde joven, cuando mi hermana quedó embarazada y su novio pensó que irse a buscar cigarrillos era más entretenido. Una completa basura; pero menos mal que se echó sola.

—¿Estas por llorar?

Siento unos fuertes brazos rodearme la cintura y abrazarme por detrás.

—Limpie sus traseros olorosos, los llevé y busqué en el jardín, estuve en sus primeros festivales y ahora... Míralos —digo melancólica, viendo como los mellizos festejan con sus amigos en el patio—. Ya no puedo obligarlos a que me alcancen las cosas como cuando eran niños, mucho menos extorcionarlos con dulces, ahora debo hacerlo con bebidas.

Peter se ríe y apoya el mentón en mi hombro.

—Así es la vida, amor. Tú creciste con ellos, es inevitable.

—Bueno, pues no quiero crecer más. Y que ellos tampoco crezcan.

—Claro, ya bebemos el agua de la fuente de la juventud y nos hacemos inmortales.

Sonrío apoyando mis manos sobre las suyas.

—Eternamente sexys.

Peter me da media vuelta y acerca su rostro al mío, besándome. Su barba corta pincha un poco, pero ya me he acostumbrado.

Llevamos más de cuatro años en pareja, y casi diez desde que nos conocemos. Podría decirse que él vio gran parte de mi proceso siendo tía, del crecimiento de los mellizos y de como mi amor por ellos siempre creció. 

—Siempre serás sexy —da besos cortos mientras aprieta mi cintura.

—Me encanta cuando te pones meloso.

—Y... deberían detenerse.

Peter se ríe al escuchar a Mark, Helena viene detrás suyo y asiente de acuerdo con su hermano.

—Como si no hubieras besado a alguien, mocoso —regaño en broma.

—No hablaré de eso, pero están frente a adolescentes hormonales y dos de mis amigos quieren hacer un trío contigo.

Peter cambia completamente su rostro y siento como aprieta mi cintura. Estoy en shock.

—¿Qué? —río sin poder creer.

—Siempre fue tu sueño ser la tía joven y linda, disfrútalo —se burla mi sobrino.

—¿Quiénes son? —Interroga Hale, mirando por la ventana de la cocina hacia el patio, donde los adolescentes están bebiendo y riéndose.

Helena se ríe y niega—: Bueno, mi amiga Sara también dijo varias cosas sobre ti, tío, así que supongo están a mano.

¿Qué dijo?

Ahora soy yo la que se deja de reír y mira por la ventana para encontrar a Sara. La conozco desde que es amiga de los mellizos, hace casi ocho años, estoy impresionada de que esté hablando así de Peter.