010. WINGS

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1

Las horas pasaron demasiado rápido, estando con él definitivamente no había ni siquiera una oportunidad para aburrirse, era la persona más risueña que había visto en la vida. Cuando menos nos dimos cuenta ya era de volver a casa, así que Hoseok se dispuso a llamarle a sus padres para que fueran por él, obviamente habíamos perdido el autobús.

—De acuerdo, Yoon, ahora llamaré a mi mamá. Probablemente se está arrancando el cabello del enfado, dame un segundo —no supe cómo reaccionar ya que jamás nadie me había llamado así, sólo le respondí con una sonrisa nerviosa.

Cuando colgó el teléfono se rascó la nuca y me miró con una sonrisa. —Tenemos un problema, Yoon, mamá está ocupada y no podrá venir a recogerme, creo que tendré que caminar.

— ¿De verdad? Yo no puedo ayudarte, también regreso a casa caminando... ¿Tu casa queda muy lejos de aquí?

—La verdad no... Simplemente soy terriblemente perezoso. Vivo al frente del pequeño parque que queda a cinco cuadras de aquí. Aparte, como soy nuevo en el barrio, siento que me puedo perder aunque el camino sea corto.

— ¿Hablas en serio? ¿Entonces tú eres el que acaba de mudarse a la casa de al lado? Entonces debió ser tu madre la que le regaló galletas a Jungkookie ayer... —lo último lo dije un poco más para mí mismo, mi hermanito me había dicho que una mujer muy amable le había obsequiado galletas. No pude contener la sensación de calidez que invadió mi pecho al escuchar que Hoseok era mi vecino.

—Dudo que haya sido mi madre... Como sea, ¿quieres que regresemos juntos a casa?

Nuevamente me regaló otra de sus sonrisas que se parecían bastante al sol de mediodía y no pude negarme.



2

—Muy bien, Min Yoongi, ¿cuál es tu color favorito? —Hoseok hablaba mientras caminaba al lado de mí.

—Uhm, en negro... ¿Y el tuyo?

— ¡El verde! Me encanta el color verde. Ahora tú debes preguntarme algo a mí.

—Bien, bien... —fingí que me esforzaba demasiado en pensar para después preguntarle sin mirarlo a los ojos—. ¿Cuál es el día de tu cumpleaños?

—Yo nací en el glorioso dieciocho de febrero... Ahora que lo sabes estás completamente obligado a darme un regalo. ¿Cuándo es el tuyo?

—Bien, pensaré en un obsequio para ti. Mi cumpleaños es el nueve de marzo.

—Perfecto ahora los dos tenemos pretextos para intercambiarnos regalos...

— ¡Yoongi!

Estábamos acercándonos a la casa cuando vi a mi padre parado en la entrada, tenía una botella en la mano y gritaba con todas sus fuerzas.

— ¡Min Yoongi, si no vienes aquí es este momento yo mismo iré por ti y te traeré del cabello, hijo de puta!

Todo el aliento se me escapó y supe que, aunque tuviera unos segundos de tranquilidad, esa era mi realidad, el lugar oscuro al que pertenecía y del que nunca podría escapar. Mi padre era ese monstruo debajo de la cama que aterroriza a los niños y no les permite caer en un profundo sueño... Sólo que yo ya no era un niño y mi padre sí era real, más real que las efímeras sonrisas que yo le regalé al chico que se encontraba confundido al lado de mí. Mi padre, los chicos de la escuela, mi dolor y todo mi miedo era real y no podía escapar de él. Como una cruz que estaba obligado a cargar y que, por más que intentara, no podía hacer a un lado. En mi cabeza tomé a Hoseok de la mano y corrí lejos del monstruo, pero en realidad solamente lo miré a los ojos y no pude decirle nada.

Corrí hacia mi padre mientras lágrimas amargas se escapaban de mis ojos que ya estaban tan hartos de tanto llorar. Todo mi cuerpo dolía y por un momento sentí que me partiría en dos.

Aunque no soy creyente, recé desde mis adentros para que me salieran alas y pudiera salir de ahí, no sin antes tomar a Jungkook y tal vez, sólo tal vez, también a Hoseok. Al llegar con mi padre, él me tomó por el cabello con tanta fuerza que no dudo que me haya arrancado un par de mechones.

Me arrastró dentro de la casa y lo primero que pude ver fue a Jungkookie, quien estaba debajo de la mesa y se cubría los oídos con ambas manos mientras lloraba sin cesar.

El monstruo me hizo voltear a verlo y me dio una bofetada con tal fuerza que aterricé en el suelo, muy cerca de mi hermano, quien estaba a punto de salir de abajo de la mesa para auxiliarme, pero antes de que él pudiera acercarse mi padre me levantó del brazo con brusquedad y prácticamente me arrojó al sofá. Lo miré a los ojos, pidiéndole piedad porque en verdad la necesitaba, sólo escuché el sonido de cómo se deshacía de su cinturón y cerré los ojos.

Imaginé grandes praderas de color verde cubiertas de flores de todos colores. Jungkook y yo corríamos de un lado al otro cuando de repente vimos a mamá, quien nos esperaba con los brazos abiertos.

Sentí el primer golpe del cinturón de mi padre y no me atreví a abrir los ojos, en cambio, me concentré en dejar volar mi imaginación como un globo de helio y me vi a mí volando por el cielo, sin un monstruo que cortara mis alas, me imaginé tocando piano y a mi mamá y a Kookie bailando alegremente al ritmo de mi música.

Los golpes llegaban por todas partes y el dolor era tanto que no lograba detectar qué parte de mi cuerpo estaba siendo abusada de esa forma. Sentía mi carne arder y el llanto de Jungkook retumbaba en toda la habitación. El dolor no me permitió seguir imaginando, así que sólo recordé la única sonrisa sincera que había visto después de tanto tiempo.

La sonrisa de Hoseok.

No supe en qué momento los golpes dejaron de llegar ni cuándo Jungkook dejó de llorar, pero sí sentí perfectamente el momento en el que mi corazón se caía de mi pecho y se rompía en mil pedazos, para después abandonar mi cuerpo a través de lágrimas.

Sentí perfectamente el momento en el que ese monstruo cortó mis alas de nuevo.

Sun [YoonSeok/HopeGa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora