—Yo digo que se lo digas a tu papá y a tu mamá uno de estos días —dije mientras acomodaba las mantas y almohadas sobre la alfombra de la habitación de Hobi—. Nunca sabrás si puede pasar si ni siquiera lo intentas.
—Suena muy fácil si lo dices así, Yoon —respondió—. Pero tú los conoces y sabes que no lo aceptarían.
Suspiré rendido y me encogí de hombros ante la renuencia de mi mejor amigo. Si seguía a ese paso, iba a terminar como Seokjin, obligado a estudiar y dedicarse a algo que no deseaba. Hoseok amaba el baile, era la cosa que más le gustaba hacer y era excelente en ello, incluso quería dedicar su vida a eso, pero sus padres tenían ideas distintas, estaban empeñados en que fuera un abogado realmente reconocido e importante, no uno del montón, algo que el padre de Hobi nunca pudo lograr; el señor Jung no era más que una mínima parte de una firma de abogados, el dueño de la firma ni siquiera lo ubicaba en ese momento. Por supuesto que la señora Jung también estaba de acuerdo con su esposo porque, según ella: "Si Hoseok se dedica al baile se va a morir de hambre, tiene que conseguir un trabajo que le dé mucho dinero".
Hobi quería decirles a sus padres que había tomado la decisión de dedicarse al baile profesionalmente. Aunque aún faltaba mucho tiempo para que llegara el momento en el que tuviéramos que entrar a la universidad, era una decisión que debía tomarse con mucho tiempo de anticipación.
Terminamos de acondicionar el espacio en el que pasaríamos la noche y Hobi se acomodó, cubriéndose con una manta. Por poco y mi corazón se derrite ante la imagen tan tierna: su cabello estaba sumamente despeinado, su bonita sonrisa animada en medio de esas mejillas regordetas y esa mirada brillante.
—¿Qué vamos a ver? —preguntó Hobi.
—Adivina —respondí con mi mejor intento de sonrisa siniestra—. Terror
Hobi hizo un puchero y me recriminó con su mirada. —Yoonnieee, ¿por qué te gustan tanto las películas de terror?
Sonreí complacido e ignoré su pregunta. En realidad, no había ninguna película de terror en esos momentos que valiera la pena o que en realidad quisiera ver, pero me encantaba que él se asustara tanto y eso lo hiciera adherirse a mi cuerpo y sostener mi mano, la diferencia era que ahora todo terminaba en besos.
Y ese era otro asunto complicado del que ninguno de los dos hablaba, no era sano y estaba completamente mal. Pasar largas horas encerrados en la habitación, besándonos con tu mejor y después haciendo como que nada pasó... No era lo mejor, pero así habían terminado las cosas.
Y por la mierda que lo estaba disfrutando, claro que sí.
Disfrutaba los besos y las caricias, el lenguaje corporal subido de tono que sustituía las palabras, disfrutaba la atención y sentirme deseado cada vez que Hobi se apartaba de mí con los labios hinchados y con restos de mi saliva en ellos, sólo para tomar aire y volver a decir "bésame". Aunque no suene del todo bien, lo que más disfrutaba era el hecho de que Hoseok ignorara los mensajes y llamadas de su novia sólo porque estaba pasando el tiempo conmigo.
El único inconveniente era que, mientras Hobi sólo disfrutaba de los besos y caricias compartidas, yo me enamoraba cada vez más de él.