Sun [YoonSeok/HopeGa]

052. BIKE RIDE

"Lo sé, sé lo que dije. No puedo creer lo que veo, no voy a olvidarlo. Ella me tiene retorcido en el amor, enredado con una cuerda"

—"Beach Bones", de More Amor y Ryan Ross.

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1

—¿Dónde está Jungkook? ¿No piensa ir a la escuela? —pregunté, colgando mi mochila en mis hombros y arreglando los últimos detalles de mi uniforme.

—No, él no irá —respondió mi abuela, quien estaba lavando los platos en la cocina—. Dijo que le dolía mucho el estómago y que no quería ir.

Pensé el asunto por un momento y aunque no insistí, algo me daba mala espina porque Jungkook no era la clase de chico que le gustara faltar a la escuela, aunque no era un estudiante muy bueno sí era alguien muy responsable. "Si no quiere ir lo del dolor de estómago va en serio", pensé.

—De acuerdo, abuela, entonces me voy —dije, acercándome para besarla en la frente y después irme, cerrando la puerta a mis espaldas.

Habían pasado varios días desde que Hobi y yo nos íbamos juntos a la escuela, fue algo que dejamos de hacer desde lo que sucedió en su cuarto aquel día y yo estaba empezando a darme por vencido, incluso con nuestra amistad, ya que él no parecía tener la más mínima intención de hablarme y se la pasaba evitándome.

Metí mis manos en los bolsillos del pantalón de mi uniforme y caminé hacia mi destino, la calle se veía demasiado grande, como si alguien la hubiera ensanchado mientras todos dormían, yo era el único que la veía así porque estaba acostumbrado a caminar con Hoseok a mi lado.

¿En qué momento dejé que toda mi felicidad dependiera de sus miradas despreocupadas y sus sonrisas comunes? ¿En qué momento permití que toda mi existencia girara en torno a él? ¿En qué momento le entregué todo? Yo sé que no vale la pena preguntarme eso, ya que todo fue por mi propia voluntad. Reconocí el momento justo en el que debía alejarme antes de seguir cayendo cada vez más y más profundo por él, pero no lo hice.

En ese momento, como si la situación no pudiera ponerse más complicada, lo encontré. Ahí estaba él, sentado en una banca del parque que estaba cerca de nuestras casas, tenía su mochila a cuestas y su uniforme puesto, estaba alimentado a las palomas con las galletas que siempre llevaba para comérselas en la escuela.

Detuve todos mis movimientos y me paré frente a él, su cabeza estaba agachada, así que no se percató de que yo estaba mirándolo.

—¿Qué estás haciendo aquí? —mi voz lo hizo sobresaltarte por un instante casi invisible y despegó su vista del suelo y de las palomas que estaban siendo alimentadas por él.

—No lo sé, no quería ir a la escuela —respondió, dejando de mirarme y volviendo a concentrar su atención en las aves.

—¿Puedo sentarme? —pregunté. Él solo movió su cabeza un par de veces para indicarme que lo hiciera, sin mirarme.

Por un momento creí que me pediría que me fuera o que él saldría corriendo de nuevo como en las veces anteriores, creí que iba a pedirme que me alejara de él y que nunca más volviera a hablarle. Casi siempre odio el ruido y las voces de las personas, pero cuando estaba con él no quería hacer otra cosa que escuchar su voz, así que el silencio me estaba matando.

—¿Quieres dar un paseo conmigo? —pregunté, levantándome de la incómoda banca. Las ideas locas y las cosas espontáneas eran la especialidad de Hobi, pero en vista de que él tenía planeado quedarse así por siempre, tal vez podríamos cambiar roles por una vez.