1
—Buenos días, dormilón —la voz suave de Hobi me hizo despertar de mi sueño al mismo tiempo que él posaba su brazo sobre mi abdomen para dejarlo descansar ahí. Mis ojos se abrieron con lentitud, ajustándose a la luz de la mañana, y reprimí la tentación de pellizcarme a mí mismo en el brazo para asegurarme de que no estaba soñando.
Considerando todo lo que pasó en la noche, yo estaba seguro de que la mañana siguiente sería incómoda y extraña, pero Hoseok estaba actuando como siempre mientras me miraba con su sonrisa adormilada. Todo parecía como cualquier otra mañana normal después de haber dormido juntos, a diferencia de que jamás nos había sucedido el quedarnos besándonos hasta la madrugada.
Suspiré al recordarlo y lo miré, sonriendo lo mejor que mi sueño y mi confusión me permitían. —Hola.
—Es hora de que nos levantemos o llegaremos tarde a clase —respondió felizmente. Se levantó de la cama con entusiasmo y empezó a estirarse para deshacerse de los rastros de sueño—. Voy a cambiarme a casa y volveré por ti en una hora para que vayamos juntos. Te veo después, Yoon.
Me sonrió como si nada y salió de mi habitación.
2
Las cosas resultaron muy bien después de todo, demasiado bien que me preocupaba. Un chico no puede simplemente besarse con su mejor amigo y después actuar como si nada hubiera pasado, las cosas no funcionan así, sin tomar en cuenta que él aún estaba saliendo con Mijoo.
Me levanté con pesadez y me froté el rostro con ambas manos para disponerme a hacer lo que debía, que era meterme a la ducha y después vestirme para la escuela. Cuando estuve listo bajé las escaleras con recelo, extrañamente me sentía culpable y quería evitar la mirada de mi abuela y de mi hermano, como si ellos pudieran darse cuenta de lo que había estado pasando la noche anterior con sólo mirarme.
—Buenos días, cariño, ¿vas a comer? —mi abuela me saludó con un beso en la mejilla, Jungkook ya estaba comiendo.
—Lo siento, no tengo hambre. Ya me voy —repuse. Tomé mi mochila y salí lo más rápido que pude para no ser cuestionado, pude escuchar la voz de mi abuela llamarme mientras yo cerraba la puerta a mis espaldas. Sorpresivamente Hoseok ya estaba del otro lado, casi chocamos el encontrarnos en la puerta—. Hoseok, ¿qué haces aquí?
—Pues vengo por ti para ir a la escuela, como siempre —me miraba confundido, como si todo fuera tan natural y tan obvio.
Al parecer yo era el único que se sentía horriblemente asfixiado por la situación, lo que me causaba el doble de estrés era que él actuara como si no estuviera sucediendo nada. Asentí un par de veces con rapidez y caminé, él hizo lo mismo y pronto nos encontrábamos andando juntos por la calle, como todos los días.
—Ayer olvidé contarte que ya compré el juego que te había dicho, más tarde que lleguemos a casa voy a traerlo y patearé tu trasero, Min Yoongi —dijo mientras sacaba un paquete de galletas de su mochila, siendo el rayo de sol viviente de siempre.
Si él podía sacar la situación de su sistema así de fácil, entonces yo también, pensé.
—Siempre que dices eso termina resultando una mentira, siempre termino ganando.
Él solo sonrió y seguimos hablando de cosas triviales hasta llegar a la escuela.
3
Yo estaba solo en el almuerzo mientras a lo lejos él besaba y abrazaba a esa chica como si no hubiera mañana. ¿Qué se supone que yo debía hacer? No había nada que pudiera reclamar, tenía que mantener la compostura y volver a recordarme mi lugar: Hobi y yo éramos amigos, nada más.
Lo vi despedirse de ella con otro beso para después caminar hacia mi dirección, giré mi cabeza rápidamente para evitar que él notara que llevaba bastante rato observándolos. Se acercaba a mí con la sonrisa más tranquila de la Tierra mientras a mí se me revolvía el estómago.
—Hola, Yoon —tomó asiento a mi lado y robó un bocado de mi charola de almuerzo.
—¿Ya terminaste? —inquirí amargamente, incluso yo me sorprendí de que mi respuesta se escuchara tan recriminatoria.
—No lo digas así.
Lo más sensato hubiera sido que me quedara en silencio por el resto del almuerzo, que dejara el tema en paz y entonces todos saldríamos ganando, pero sólo estaba hablando por la sensación amarga en mi garganta. —¿Piensas ir y besar a tu novia como si nada estuviera sucediendo?
—No sé de qué me hablas, Yoongi —ahora él hablaba sin mirarme. ¿Entonces su plan realmente era actuar como si nada hubiera sucedido? Debí haberlo esperado de todo el mundo, menos de él.
—No, Hoseok, estoy muy seguro de que sí sabes de lo que hablo. Y si no, déjame recordarte que tú y yo nos be...- —la mano de Hobi sobre mis labios no me permitió completar la oración.
—¿No quieres ir también a la dirección para que el director lo diga en el megáfono? Habíamos dicho que no era nada, así que vamos a olvidarlo.
Me liberé del agarre de sus manos y me levanté, evidentemente molesto. —Eres un idiota, Hoseok.
Me fui a las canchas de baloncesto a las que les habían estado dando mantenimiento, por lo que no había nadie más que yo. Él no me siguió y se suponía que así estaba bien, pero eso no evitó que esa sensación dolorosa regresara, pero ahora en mi corazón.