1
Aunque había muchas personas cerca de mí, yo no escuchaba lo que decía ninguna de ellas. Para ser honesto, aunque estaba consciente de todos los sonidos en el entorno, incluso el de mi lápiz chocando contra mi mesa de trabajo, no estaba prestando atención a ninguno, nada me interesaba en ese momento.
Nada, excepto la manera en la que mi Hobi conversaba airadamente con la bonita joven frente a él. La forma en la que él sonreía y ambos coqueteaban descaradamente hacía mi sangre hervir. Yo no odiaba a Lee Mijoo, es más, ni siquiera tenía nada en contra de ella; la chica era bastante linda y tenía una personalidad agradable (aunque una cabeza bastante hueca, en mi opinión), pero yo no podía evitar esa sensación ácida entre mis labios.
Ah, sí. Se llaman celos.
Hobi caminó y tomó su lugar en la clase detrás de mí sin borrar esa tonta sonrisa de su cara ni por un segundo. Cuando por fin estuvo sentado, recargó su barbilla en la palma de su mano y me miró.
—Yoongi, ella me encanta.
— ¿Hablas en serio? —Mi mano derecha, que jugueteaba con mi lápiz, se detuvo en seco y preferí fingir que estaba escribiendo algo en mi libreta—. De todas las chicas del mundo decidiste escoger a la más superficial.
— ¿Por qué no te agrada? Mijoo es genial, es una gran chica.
Hobi tenía toda la razón y yo estaba siendo un idiota, pero el horrible gusano de los celos se había colado en mi cerebro por medio de una de mis orejas y no me permitía pensar con claridad. Por supuesto que Mijoo era genial y todo eso que Hobi y otros chicos de la escuela decían.
—Porque no, simplemente no me agrada, tú te mereces a alguien mejor, ella muy apenas y te conoce.
Yo sabía perfectamente que me estaba comportando como un niño de seis años cuando las cosas no salen como él quiere; la persona que yo quería para mí se estaba sintiendo naturalmente atraído por alguien que no era yo y lo único que podía hacer era sentarme a observar cómo cualquier posibilidad que yo pudiera tener se diluía como agua entre mis dedos.
Lo que más me dolía era presenciar la manera tan devota en la que Hoseok seguía a esa chica para conseguir un poco de su atención.
Hobi dijo algo más a lo que sinceramente no presté atención y después volvió a levantarse de su asiento, lo miré alejarse para irse con ella y no hice nada. No me percaté de que había estado apretando ese lápiz otra vez hasta que lo sentí romperse en mis manos y escuché la voz de mi compañero Baekhyun.
—Oye Min, ¿qué tienes? Parece como si quisieras matar a alguien.
2
Hobi estaba empezando a pasar cada vez menos tiempo conmigo y a hablar más y más sobre lo maravillosa que era Mijoo. Incluso cuando estábamos juntos sólo estaba riéndose frente a su celular y mencionando a su chica en cada oportunidad que se le presentaba.
No sé ni siquiera en qué momento sucedió, pero de repente Hobi llegó diciendo que eran novios; me dijo que salió con ella el fin de semana pasado y que, mientras comían un helado cerca de un parque, se había confesado.
Mi corazón se cayó desde su lugar en mi pecho y terminó en el suelo, de todas maneras, lo único que hice fue mirarlo con indiferencia y entregarle mi mejor intento de sonrisa. Quería decirle muchas cosas: yo me había percatado de la forma en la que esa chica no prestaba la más mínima atención cuando Hobi le contaba una de sus historias, quería hacerle saber que yo la había visto coquetear con otros chicos igual como lo hacía con él.
Quería decirle que él se merecía a alguien que lo quisiera más que a nadie en el mundo, que se preocupara por él y que lo que más quisiera fuera hacerlo sonreír, pero Hobi también necesitaba a alguien igual de brillante y especial que él, alguien que también tuviera muchas historias interesantes que contar y mucho que ofrecer.
Y aunque yo lo amaba con todo mi corazón, yo no podía decir nada.
Porque yo no era esa persona.
—Eso es genial, Hobi —dije sin mirarlo. Nos encontrábamos en mi habitación y recién me había dicho lo de su confesión—. Aunque aun así creo que pudiste haber esperado más tiempo, debe haber otra chica por ahí que sea mejor para ti que ella. Tampoco sé por qué no me dijiste que pensabas confesarte.
—No te conté que quería confesarme porque no estaba en mis planes. Estábamos caminando juntos y solamente lo dije, se me escapó —respondió Hoseok—. Y la verdad no comprendo por qué no te agrada, tal vez deberías darte la oportunidad de conocerla, yo creo que te agradaría, todos la adoran... Es más, pronto voy a presentársela a mis padres y estoy seguro de que ellos también la amarán.
Eso era completamente comprensible si tomamos en cuenta cómo era la familia de Hobi, su mamá sólo quería cierto tipo de personas cerca de sus hijos, preferentemente aquellas con un nivel social y económico ligeramente elevado y con vidas tranquilas y sin problemas, gente que no era como yo. Hasta ese momento no sabía la forma de pensar del padre de Hoseok, muy pocas veces me lo había topado y jamás cruzábamos palabras, pero en ese momento pensé que lo más seguro era que sus ideas no fueran muy distintas a las de su esposa.
—Mira, Hobi, entiendo que estés emocionado y todo eso, pero ¿podemos dejar de hablar de Mijoo por un segundo? Desde que llegaste a mi casa no has hecho otra cosa que darle vueltas al mismo asunto.
—De acuerdo, de acuerdo. Te prometo que dejaré en paz el tema, pero aun así me gustaría que consideraras lo que te dije acerca de ir a comer con nosotros el sábado. Tú eres mi mejor amigo y ella mi novia, es importante para mí que se lleven bien.
—Qué necio eres, Hoseok, los dos hemos salido con chicas antes y nunca te lo has tomado tan en serio, ya deja el asunto por la paz.
Dejando de lado mis celos, realmente no entendía la razón por la que Hoseok se estaba tomando todo eso tan en serio. Sólo teníamos 16 años, no era como si tuvieran que casarse o algo por el estilo. "Eso ni siquiera es de mi incumbencia...", me dije.
¿A quién quería engañar?
Mientras yo había salido con algunas chicas anteriormente (a citas que no llegaban muy lejos y casi siempre por presión de mis amigos), nunca había sentido nada especial por nadie. O al menos nada que se le parezca a lo que sentía por Hoseok.
O nada que se le parezca a lo que él sentía por esa chica en esos momentos.
No tenía idea de qué hacer con todo lo que sentía. El amor es una mezcla de sentimientos tan confusos que me lastiman, pero que al mismo tiempo me hacen tan feliz.
Por un lado, deseaba tocar a Hoseok, lo deseaba bastante. Y ni siquiera sé de qué forma, sólo sé que tenía ganas de poner mis manos sobre él, quería acariciar su abdomen cuando lo veía deshacerse de su camiseta, quería abrazarme a su espalda y aspirar de su aroma, quería poner mis labios sobre los suyos y dejar mi lengua bailar al ritmo de las suya, como lo había hecho antes con mis anteriores "novias".
Pero definitivamente lo que más quería era que me mirara de la manera que yo lo hacía con él, quería que él pensara en mí tanto como yo pensaba en él, quería escuchar todas esas palabras lindas que le decía a Mijoo, pero las querías todas para mí, quería que me necesitara.
Pero Hoseok tampoco podía enterarse de nada de eso.