032. DESIRE

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Ese día cavé mi propia tumba.

—Hola, señora.

—Hoseok está arriba —la mamá de Hobi habló sin voltear a verme mientras salía de su casa.

Planeaba subir las escaleras y entrar, así como así, pero después se me ocurrió entrar lentamente para ver si podía meterle un susto, abrí la puerta lentamente y sin hacer ruido y pude ver la figura de Hobi sobre su cama.

No sé si eso es lo mejor o lo peor que me ha pasado.

Por la pequeña hendija de la puerta que abrí pude ver a Hoseok, él yacía sobre su cama completamente desnudo. En su rostro estaba dibujada la expresión más tentadora que alguna vez he visto: sus ojos estaban cerrados y sus labios entreabiertos, dejando escapar pequeños gemidos mientras su mano derecha se movía de arriba hacia abajo a un ritmo obsceno sobre la longitud de su miembro erecto.

Hobi, el ser humano más inocente y dulce de la faz de la Tierra se estaba masturbando.

Ansiaba quedarme a ahí para poder ver cómo se corría, pero sabía que esa era la peor idea que jamás había tenido, así que sólo me fui sin hacer ruido.

Tres horas después me encontraba en la ducha. Traté con todas mis fuerzas de engañarme a mí mismo diciendo que no había visto nada, que no vi cómo la mano de Hobi sostenía su miembro mientras bajaba por toda su longitud con avidez, utilizando su propio líquido preseminal como lubricante, cómo esos pequeños gemidos llenaban su habitación y esos ojos cerrados, cegados por el placer.

Pero obviamente fue inútil, incluso traté de imaginar cómo pudo haber sido esa obscena expresión en esa cara tan dulce suya cuando se corriera.

Y así fue como cavé mi propia tumba, dejando mi mano bajar por mi abdomen y llegar a mi pene, que ya empezaba a despertar de tan sólo haber alimentado mi libido con mis propias fantasías. Pude haberme detenido, pero no lo hice, preferí mover mi mano al ritmo de mis respiraciones agitadas a un compás tan doloroso y placentero que hizo mis piernas flaquear.

Tan sólo unos instantes después mi mano se conectó con la pared mojada para tener soporte, mordí mi labio inferior con fuerza para poder evitar gemir y que mi abuela y mi hermano tuvieran el peor trauma de su vida.

Y así fue como llegué a un clímax auto inducido, liberando mi labio del agarre de mis dientes para dejar salir una sola palabra mientras el placer abandonaba mi cuerpo a través de líneas incontrolables de un líquido blanquecino.

"Hoseok..." fue todo lo que pude decir antes de recargar mi frente contra la pared mientras el agua seguía cayendo sobre mí. Me incorporé después de un instante y terminé de ducharme.

Estaba tan perdido, tan jodido.

Estoy jodido.

Sun [YoonSeok/HopeGa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora