— ¡Mamá, estoy en casa! —Hoseok se quitó los zapatos y los dejó en la entrada, colgó su abrigo en un perchero y me invitó a hacer lo mismo.
No tengo idea de cómo accedí a esto, pero lo hice. Ahora caminaba detrás de Hoseok, quien balbuceaba algo acerca de que lo disculpara por el desorden y que nos la pasaríamos genial, algo que yo dudaba muchísimo.
Yo simplemente no combinaba con el ambiente, la casa de Hoseok era tan pulcra y ordenada, todo lucía tan limpio y fino, tan alegre y cálido, tal como Hobi.
—Hola, cariño, ¿cómo te fue? —La madre de Hoseok estaba de espaldas, sacando algo del horno—. ¿Sí trajiste al famoso Min Yoongi del que tanto hablas?
Yo acomodé mi cabello rápidamente y le regalé a la mujer mi mejor sonrisa, pero ella no hizo lo mismo.
Al verme, ella parecía decepcionada e incluso molesta. Me miró de arriba a abajo y puedo entender perfectamente por qué lo hacía; mi uniforme estaba deslavado y me quedaba algo pequeño, papá no había querido comprar uniformes nuevos, yo llevaba usando el mismo desde hace ya varios años, mi mochila también estaba rota ya que era la misma de varios ciclos atrás. Como no traía zapatos, ella pudo ver que uno de mis calcetines tenía un agujero.
—Mucho gusto, señora —hice una reverencia y la mujer tardó un poco en contestar.
— ¿Tú eres Yoongi? ¿Eres el niño de la casa de al lado?
—Así es, señora —mi voz sonaba terriblemente apenada y un silencio incómodo hacía el ambiente tan pesado.
—Uhm, muy bien... Mamá, Yoon y yo iremos arriba —Hobi me tomó de la mano y me vi forzado a caminar rápidamente detrás de él. Cuando me alejaba pude ver que la mujer me miraba de la misma forma.
Caminábamos en medio del pasillo, había muchas fotos colgadas en la pared. Había fotos familiares, fotos de una chica y fotos de Hoseok. Hoseok parecía tener muchos logros, había fotos de él en eventos deportivos, en obras escolares, en eventos de su iglesia y en infinidad de cosas más.
—La chica de las fotos es mi hermana mayor, todos dicen que nos parecemos mucho —Hoseok rompió el silencio incómodo y pronto nos encontramos en su habitación.
La habitación de Hobi lo representaba a él en toda la extensión de la palabra; era de color blanco con detalles verdes, había muchos pósteres y muchas figuras de acción, había medallas y trofeos colgados por todas partes y muchas fotos con chicos, al parecer tenían muchísimos amigos.
—Ponte cómodo, Yoongi, iré por limonada —Hoseok salió de la habitación sin decir más y yo me quedé ahí.
Sin querer, escuché a Hoseok y a su madre hablar en el pasillo.
—No puedo creer que ese niño sea el famoso Min Yoongi... ¿Sabes que él es el de al lado? Son unos muertos de hambre y aparte su padre es una bestia, ¿no has escuchado los gritos, acaso?
—Lo sé, mamá, lo sé todo. No sólo he escuchado los gritos, sino que él me lo ha dicho todo y lo último que él necesita es que tú lo juzgues de esa manera... Sólo... Déjanos en paz, ¿quieres?
— ¡Jung Hoseok! No me dejes con la palabra en la boca —Hoseok hizo exactamente eso y volvió a la habitación.
Hobi entró de nuevo y me regaló su mejor intento de sonrisa. —Lo siento, Yoongi, ya no tenemos limonada. ¿Crees que estés bien así?
—Sí, Hobi, no hay problema.
—Es tan genial que estés aquí, hay tantas cosas que quería mostrarte —Hoseok se apresuró y empezó a sacar una caja llena de cosas, en ella tenía tomos de manga, algunos cómics, entre otras cosas que él consideraba "las mejores del mundo".
Yo sólo sonreía y no dejaba de sorprenderme que éste chico tuviera tanta energía.
—No, no, ¿sabes qué? Acabo de recordar que compré algo en Internet —Hobi corría de un lado al otro mostrándome unas figuras de acción que había adquirido, entre otras cosas—. ¡No, no! ¿Sabes qué sería genial, Yoon? ¡Hay que ver una película!
Yo asentí un par de veces y me levanté de la cama, acercándome a la computadora de Hobi. —Solamente si yo la escojo.
Hobi y yo estábamos recostados en un sofá que se encontraba en la habitación, estábamos tapados con una manta y él no paraba de asustarse con todo lo que aparecía en la película, que ya estaba cerca del final.
—Yoongi... ¿No pudiste escoger una película que no diera tanto miedo? —ahora él se cubría la cara con sus manos y yo no podía parar de sonreír ante su gesto tan infantil.
—Vamos, Hoseok, la película es genial, no seas una gallina.
Las horas pasaron volando y me di cuenta de que no me molestaría quedarme acostado al lado de Hoseok por mucho más tiempo.