022. AWAKE

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"Sí, es mi verdad. Estaré lleno de cicatrices, pero es mi destino. Aun así sigo queriendo luchar por ello.

Puede que nunca pueda volar como los pétalos de las flores, no puedo volar como si tuviese un par de alas. Tal vez nunca pueda tocar el cielo, pero sigo queriendo alcanzarlo.

Quiero intentar un poco más"

—"Awake", de Jin.

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1

Yo estaba sentado en la ambulancia, recostado en una camilla y sin escuchar mucho de lo que sucedía a mi alrededor cuando vi cómo la policía se llevaba a mi padre. Un par de hombres fuertes llevaban a mi papá con las manos esposadas detrás de la espalda. Jungkook no paraba de llorar mientras una mujer le daba un vaso de agua y trataba de tranquilizarlo. Todos los vecinos se encontraban afuera, incluso Hobi, viendo el espectáculo.

A diferencia de los demás, Hoseok no murmuraba ni nos regalaba feas miradas, en cambio, él hacía lo posible por acercarse a mí, pero un hombre no lo dejaba, diciéndole que mi estado no era el mejor y que yo necesitaba descansar.

Lo único que yo necesitaba era a Hoseok, necesitaba escuchar su voz y ver su sonrisa brillante frente a mí sin importar lo que estuviera pasando con el mundo.

— ¿Ve a ese chico de ahí, el de los dientes grandes? —Yo interrumpí al hombre que me interrogaba, mi voz sonaba muy apenas como un susurro—. Déjelo venir en la ambulancia conmigo, por favor.

—Está bien... —el hombre le hizo señas a un paramédico y después le habló a Hoseok—. Hey, chico, puedes venir.

Hobi corrió a mi encuentro y se subió a la ambulancia lo más rápido que pudo. Muy apenas y podía a verlo cuando se acercó a mí, mi ojo izquierdo estaba tan hinchado que se mantenía cerrado. Mis costillas me dolían horriblemente y al parecer tenía un brazo roto.

Hoseok tragó saliva y acarició mi cabello. —Yoongi... ¿Qué te han hecho? —Sus ojos se humedecieron mientras seguía acariciando mi mejilla con ternura—. Debí haber hecho algo por ti antes, yo...-

—Todo está bien, Hobi, después sólo serán cicatrices de guerra.

Los dos reímos y Hobi me ayudó a entender algo.

Aunque mi padre era mi propio monstruo y mi infierno personal, yo no tenía que luchar solo contra él, tampoco tenía que fingir que todo estaba bien ni tragarme mi dolor. En cambio, podía dejar que Hobi me ayudara, como él había prometido.

Y lo hizo.

Poco después me enteré que, en contra de su madre, Hoseok fue el que llamó a la policía.



2

—Feliz cumpleaños, Yoongi —una voz familiar me despertó de mi sueño, Hobi estaba entrando a mi habitación de hospital con un pequeño pedazo de pastel y otro pequeño acompañante.

— ¡Yoongi hyung! Feliz cumpleaños —Jungkook venía con él, con una pequeña caja de regalo en sus manos.

Al parecer mi padre no sólo me había molido la cara a golpes, el doctor me dijo que yo tenía una costilla rota, al igual que mi brazo, y por eso después de tres semanas yo permanecía en el hospital, incluso en mi cumpleaños. Traté de apoyarme un poco sobre mis codos para levantarme ligeramente e incorporarme, el aroma familiar a desinfectante y medicamentos me hizo reaccionar rápidamente, pero lo que me hizo despertar por completo fue verlos a ellos dos, irradiando felicidad y ánimos.

Mi padre estaba siendo procesado y me informaron que pasaría muchos años en la cárcel. Por otro lado, las autoridades llamaron a mi abuela Sohee, la mamá de mi madre. Ella vino desde su ciudad natal a vivir con nosotros para que servicios infantiles no nos separara.

Mi mamá me había hablado de mi abuela Sohee cuando yo era muy pequeño, así que yo no sabía demasiado. Lo que las autoridades me comunicaron fue que ella era una profesora de música que ya no daba clases y que se sustentaba a base de su pensión como jubilada. Me sentí intranquilo al pensar que tendría que vivir con una mujer que jamás se había interesado por nosotros, pero la verdad me calmé un poco al reflexionar que servicios infantiles no nos dejarían a mí y a mi hermano vivir con una mala persona, lo más seguro era que ella ya había pasado por muchos procesos y preguntas antes de que se le otorgara nuestra custodia.

Al verme, la mujer me llenó de besos las manos y me pidió mil disculpas, diciendo que ella hacía desconocía la situación en la que vivíamos mi hermano y yo. Fue algo muy extraño, pero aunque era la primera vez que la veía, su presencia me inspiró confianza, sus ojos me recordaron mucho a los de mi mamá.

Cuando la vi, también llegaron a mí unas fervientes ganas de preguntarle un millón de cosas sobre mi madre. Yo quería saber cómo fue su infancia y cómo era ella cuando tenía mi edad, quería saber cuáles eran sus sueños antes de casarse con mi padre, esos que tal vez no pudo cumplir porque un infarto fulminante terminó con ella cuando yo era más pequeño y Jungkook todavía era un bebé. En ese momento, mientras esa mujer que recién entraba en mi vida me pedía disculpas y me acariciaba el rostro con amor, me dije a mí mismo que ya habría tiempo para hacer todas esas preguntas. De cierta forma me llenaba de esperanza no sólo por mí, sino que por fin habría alguien que podría decirle cosas a Jungkookie sobre su mamá, esa a la que apenas conoció.

Tras algunos procesos legales que prefiero omitir, las escrituras de la casa, que originalmente pertenecían a mi madre, pasaron a mi abuela, quien ahora viviría con nosotros en Daegu. Eso significaba que tampoco tendía que separarme de Hobi.

Estoy completamente seguro de que si Hobi no hubiera estado conmigo yo no me habría recuperado. Y no me refiero a la recuperación física, sino al trauma que significó que mi padre destruyera mi piano. Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando se lo conté a Hoseok, él solo me abrazó y me dijo que no pasaba nada, que todo estaría bien y que si yo seguía llorando él lloraría también.

—Había olvidado por completo que hoy es mi cumpleaños —miré a los dos visitantes y les sonreí algo adormilado.

—Puede que tú lo olvides, pero yo jamás, éste es tu primer cumpleaños en el que tienes al mejor amigo más genial del mundo... No entiendo cómo podrías olvidarlo —Hoseok dejó el postre en una mesa que estaba cerca y Jungkook se acercó para besarme la mejilla y entregarme la caja, al ver que yo no podía abrirla, él la abrió por mí.

De la caja sacaron una camiseta de Capitán América y podría jurar que Hobi la escogió más para él que para mí.

—Creí que me conocías —lo miré y después me reí un poco—. Pero me gusta mucho.

—No seas mentiroso, Yoongi... La compré porque yo tengo una igual y quiero que tengamos la misma camiseta el día que yo venga por ti del hospital. Aparte, este no es tu regalo oficial... Digamos que es un ¿pre-regalo?

—Hobi, esa palabra ni siquiera existe, pero te lo agradezco.

Y aunque nunca estuve inconsciente, cada vez que veía a Hoseok sentía como si acabara despertar de un coma después de muchos años.

Sun [YoonSeok/HopeGa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora