011. THANKS

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1

—Yoongi... —una voz diminuta y temerosa me despertó de mi profundo sueño.

Mis párpados se encontraban prácticamente pegados y me tomó un par de segundos poder abrirlos. La luz de la sala era la de siempre, pero la sentí demasiado brillante, me llevé la mano derecha a la frente y me incorporé.

—Hyung, papá se ha ido —Jungkook me miraba y hablaba suavemente, casi con dificultad. Sus ojitos estaban hinchados y su cabello estaba despeinado en todas direcciones.

—Hola, Jungkookie... No te preocupes, hyung está bien.

Hyung obviamente no estaba bien, pero tenía que estarlo.



2

Después de alimentar a Jungkook me quedé profundamente dormido. Desperté a la mañana siguiente y me preparé a mí y a mi hermano para ir a la escuela, pero cuando nos disponíamos a salir nos percatamos de que la puerta estaba cerrada con seguro.

Papá nos había encerrado.

No me importaba faltar a clases, de cualquier forma me dolía todo mi cuerpo y no creo que hubiera soportado nada de la mierda que me sucedía ahí, ni siquiera las preguntas de la señorita Kim. El verdadero problema era que la nevera estaba vacía, no había absolutamente nada de comer y Jungkook me recordaba que tenía hambre cada diez minutos.

—Lo sé, lo sé, Kookie. Yo también tengo hambre, pero no tenemos dinero y tampoco podemos salir, tendremos que esperar —puse mi mano en el hombro de Jungkook y seguí leyendo mi libro.

Lo vi cruzarse de brazos y levantarse evidentemente molesto, al poco rato volvió prácticamente corriendo y me sacudió el brazo para obtener mi atención.

— ¡Yoongi, Yoongi! Hay un chico en la ventana de nuestro cuarto que está preguntando por ti.

Dejé mi libro a un lado y corrí detrás de mi hermano, casi me ahogo con mi propia saliva al ver el rostro apenado que se asomaba a nuestra ventana, dicha persona estaba arriba de un árbol para así poder asomarse.

—Yoongi... —era nada más y nada menos que Jung Hoseok que colgaba de mi ventana. Levantó una mano en mi dirección para saludarme.

—Hoseok... ¿Qué crees que estás haciendo? —corrí para encontrarme con él.

—Pues nada, estaba colgándome en los árboles de mis vecinos como siempre y pensé que estaría bien pasar a saludar... ¡Obviamente vine a ver cómo estaban! —el chico puso sus ojos en blanco y me miró fingiendo molestia.

Reí inevitablemente por su sarcasmo y mordí mi labio inferior con nerviosismo. —Creo que estamos bien.

—No es cierto, no estamos bien, tenemos hambre. Papá se fue y cerró la puerta, no tenemos comida —la voz de Jungkook me hizo voltear de repente y le hice una seña para que guardara silencio, no quería que Hoseok se viera arrastrado a nuestros problemas.

Hoseok me miró con sus ojos color chocolate, pude ver rastros de tristeza en su expresión para luego fingir que todo estaba bien. —No te preocupes, Jungkookie, yo les traeré comida. No se muevan de aquí para que vean cuando llegue.

Sin que yo pudiera decir nada más, Hoseok desapareció de mi vista. Me asomé a la ventana y lo vi bajar del árbol y correr hacia su casa.

— ¿Qué crees que haces Kookie? No puedes ir por la vida pidiéndole de comer a desconocidos. Por cierto, ¿cómo sabe cuál es tu nombre?

—Él no es desconocido, me preguntó mi nombre. Aparte me dijo que son amigos —mi hermanito se encogió de hombros y se sentó cómodamente en su cama a esperar.

Pasados unos diez minutos, un sonido proveniente de la ventana nos hizo voltear a ambos. Kookie y yo nos habíamos sentado en la cama a esperar, de repente Hoseok se dejó ver con un par de recipientes plásticos en las manos.

—Yoongi, deberías ayudarme a menos que quieras que la comida termine regada sobre tu árbol —mis ojos se iluminaron al escucharlo y corrí a su encuentro, tomé los recipientes y se los pasé a Jungkook.

El menor empezó a comer con desesperación y yo me quedé pegado a la ventana con Hoseok. —Muchas gracias por... Por esto —froté mi nuca con nerviosismo e hice mi mayor esfuerzo por sonreír.

—Iba a traerte mi libreta para que vieras lo que hicimos hoy en clases, pero no podía cargar con todo y subir al árbol, eso no hubiera terminado nada bien —Hoseok terminó de hablar y los dos nos reímos tímidamente al unísono. El silencio se apoderó del momento y lo único que se escuchaba era a Jungkook mascar con prisa.

—Yoongi, yo escuché todo.

Tomé una respiración profunda y simplemente no pude seguir mirándolo, entonces sentí su cálida mano en mi hombro.

—Yo soy un hombre de palabra, Min Yoongi, y nunca he roto una promesa —me miró a los ojos con una expresión indescifrable.

—No sé de qué me hablas.

—Yo le tengo miedo a muchas cosas y me asusto con facilidad, pero aunque me cueste trabajo, mi promesa sigue en pie, nadie va a lastimarte mientras yo esté aquí.

Tenía un pesadísimo nudo en la garganta que no me permitía decir nada, así que sólo asentí. Ese maldito nudo tampoco me permitió tragarme mis lágrimas así que simplemente salieron. Hoseok estaba a punto de decir algo cuando la voz de mi padre nos interrumpió, viniendo desde la planta baja.

— ¡Ya llegué!

—Kookie, dame eso, tenemos que dárselos a Hoseok —me moví rápidamente y empecé a recoger las cosas.

—No, Yoon, tú no has comido. Esconde todo muy bien y come cuando tengas oportunidad, yo pienso volver a tu ventana de todas formas, así que entrégamelo después —sus palabras me hicieron parar en seco, pero Jungkook tapó los recipientes y los metió debajo de la cama.

—Muchas gracias, Hoseok hyung —Jungkook dijo con mucha facilidad lo que yo no podía decir sin tartamudear. Hoseok sólo bajó del árbol y se metió a su casa.

—Vamos rápido, Jungkookie, o papá se molestará.

Sun [YoonSeok/HopeGa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora