(BORRADOR)
"-Me aterra el hecho de haberte encontrado tan pronto.
-¿Por qué?
-Porque la vida no es fácil ni corta por mucho que creamos que así es. Y eso significa que nuestro camino será largo e intenso... -suspiró-. Difícil.
-Para mí nada es difí...
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|Jake|
26 de julio, 2:26 AM.
El aire presionó mi pecho hasta el punto de cortarme el aire. Mis pulmones luchaban entre ellos para robarse mutuamente el poco aire que mi boca absorbía. Mis piernas y pies se entumecieron y estiraron, al igual que los dedos de dichas extremidades. Otra pesadilla más añadida a la lista infinita de ellas. Últimamente, había tenido más de estas de las que me gustaría. ¿El motivo de ellas? Aleatorios. Una noche soñaba con que me caía a un pozo sin fin y otro día con que alguien intentaba meterme en una jaula sin cerradura, sin escapatoria. Tal vez eran mis miedos, que se manifestaban de esa forma. Porque continuaba teniendo temores, como cualquier otra persona del mundo. No obstante, el mío era solo ese; que me encerraran de nuevo. Me daba pavor tener que darle un adiós a mi libertad con Nea. Me aterrorizaba este posible, y ojalá inexistente, suceso.
Intenté abandonar el bungalow de madera con el mayor sigilo que mis pies descalzos me permitían. Lo dejé atrás en silencio, cuidando el no alertar a la castaña que descansaba en un lado de la cama en la que tan mal descansé esa noche. El sudor aún resbalaba por mi pecho cuando me vi rodeado de aquella arboleda tan pura y natural, y que tanta paz me regaló en ese instante. Decidí contemplarla desde uno de los cuatro escalones que separaban el bungalow de la arena. Antes olfateé el aire. Olía a fresco, a pureza, a húmedo, a libertad... Y se oían a los grillos, protestando por el calor que hacía, y a los árboles, silbando por las cortas ráfagas de aire caliente que los golpeaban.
Seguido, cerré los ojos y me dispuse a tararear alguna canción que me relajase. Elegí canturrear una melodía de esas canciones que Nea escuchaba del tal Harry Styles. No fallaba su chute mañanero de ese chico. Llenaba la estancia con su voz. Y a pleno pulmón las cantaba ella. Las vivía a flor de piel, y al final, me las terminaba pegando. Me sabía el repertorio entero de ese artista, desde las canciones de cuando empezó con un grupo musical hasta las que cantaba ya en su carrera en solitario.
—As It Was... —murmuró una melódica y suave voz a mi espalda.
Giré el cuello lo mínimo e indispensable para verla. Ahí estaba, con un despelujado moño que retenía su mediana melena. Desnuda de no ser por una camiseta blanca y de tirantes que me robó del armario, con un ojo pegado y el otro abierto. Y sonriente. Siempre sonriente cuando más lo necesitaba.
—¿Puedo? —pidió permiso.
—Puedes.
Tras recibir luz verde, y a pesar de que no podía sostenerse en pie por la sensación de sueño que la llenaba, consiguió acercarse a mí, con los ojos entrecerrados, pero con ánimo de descubrir qué me pasaba. Aunque ella sabía en sus adentros que algo iba mal. De nuevo.
—Para que luego digas que no te gusta Harry Styles —me proporcionó un suave codazo que provocó una sonrisa en mí, una minúscula.
—Es la primera que se me ha venido a la mente —excusé, encogiéndome de hombros.
