|𝗩É𝗥𝗧𝗜𝗚𝗢| 🦋

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|Nea|

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|Nea|

Crucé la puerta principal más feliz que una perdiz. Ahí podía asegurar que estaba feliz, no plenamente, pero lo estaba. Me sentía como en una de esas nubes que tanto observaba con Jake y que tanto adoraba Margi. Flotando de felicidad. Y de amor.

Había sentido muchas cosas bonitas en esa tarde. Desde que Jake me hiciese sentir única y especial en su vida a que me hubiese dado el beso más largo y bonito de todos los que nos habíamos dado hasta el momento. Fue cálido, suave, puro, maravilloso y de ensueño. Muy especial y sincero me pareció la manera en la que nos unimos. Me sentí conectada a él, una vez más, como con nadie me había sentido nunca antes.

Deposité las llaves en el recibidor, el sonido que hicieron al caer en el plato de color azul, fue el que me hizo volver a mi patética realidad en la que ya no estaba Jake. Me costó despedirme de él como siempre, cada vez me costaba más. Era tarea difícil pasar tiempo sin su persona a mi lado. Lo hacía todo mágico y mejor.

—Ya has vuelto —la voz de mi madre hizo que terminase del todo de bajar de esa nube a la que me aferraría de por vida.

—Sí —me limité a responder por educación más que por otra cosa.

—¿Qué tal lo habéis pasado? —se acercó a mí, interceptándome a mitad de pasillo—. ¿Qué es?

Mostró curiosidad en mi peluche, en ese que tanto le había costado a Jake liberar de esa jaula de cristales con aquel gancho. Veinticinco intentos concretamente. Era adorable, no Jake, sino el peluche, que Jake también. Le pedí a Mike de Monsters, Inc; sin embargo, sacó el que le vino en gana y, para mi sorpresa, los resultados no fueron malos, me había conseguido a Boo de la misma película.

—Oh, un regalo —resumí.

—¿Has estado con Jake? —lució una sonrisilla que no me gustó demasiado. Parecía una de esas sonrisas con doble significado.

—Sí. Le hemos encontrado allí por casualidad.

Esa misteriosa sonrisa se ensanchó.

—Qué bien. ¿Qué tal lo has pasado?

—Bien —admití.

Por segunda o tercera vez no mentía cuando me hacían esa pregunta. El día no había sido perfecto, claro que no, no obstante, me atrevía a calificarlo como tal. Cierto que me caí en público y también cierto que muchos lo presenciaron y ese pequeño resbalón me hizo sentir expuesta a demasiadas miradas... Restando ese pequeño inciso, se podía decir que me lo pasé en grande y que era de mis mejores días junto a Jake y Margi.

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