|Nea|
Jake transmitía ilusión en sus palabras, en cada una de las que empleaba para hablarme de aquel lugar. Al parecer le gustaba demasiado cada rinconcito del paraje. Él intentaba convencerme de que era un parque, un parque abandonado actualmente, pero parecía de todo menos eso. Se encontraba en mal estado, sucio y oxidado. La famosa fuente, aparte de estar sórdida, tenía hojas secas en ella, un pequeño charco de agua estancada y ramas de diferentes tamaños.
También cruzamos por delante de unos columpios, Jake se paró en uno de ellos, retiró el polvo con su mano y se balanceó un par de veces sobre él. Me invitó a seguirle y me negué. Las cadenas estaban oxidadas, hacían ruido en esos balanceos, por no hablar de lo deteriorados que se veían. A Jake parecía darle igual el estado o el molesto ruido que emitían las cosas, él las disfrutaba.
Sus pies se frenaron al compás de su canturreo, le gustaba tararear, eso fue una de las cosas que descubrí en nuestra excursión. Me miró con entusiasmo, le miré con incomprensión. Aclaró el motivo de su parada al señalar a la lejanía de donde nos encontrábamos. Un puente. Estábamos sobre la pasarela de un puente. Se veía más parte del parque desde nuestra ubicación, pude comprobar de nuevo lo estropeado que se encontraba todo aquello. Lleno de tierra, polvo, suciedad... No le encontraba el encanto como Jake sí lo hacía. Hasta que miré al frente. Embobada me quedé.
—Este es mi lugar favorito de todo el parque —informó.
—No me extraña, es alucinante.
Un campo de amapolas se postraba frente a mis ojos, a la lejanía. Se veía en todo su esplendor, bien cuidado, como si alguien se dedicase solo a mimar cada flor de las tres mil que debía de haber. Era enorme, alegraba la vista los pequeños puntitos rojos. Era tan agradable que te dejaba ensimismado, plasmada en ellas. Se movían hacia la derecha a raíz de una ráfaga de viento que golpeaba en su contra. Estaban todas sincronizadas.
—Es increíble que algo tan bonito esté rodeado de algo tan feo, ¿verdad?
—¿Eh? —parpadeé y dejé de mirarlas. Me habían encandilado—. Sí.
—Algún día las visitaremos.
—¿Por qué no ahora? —le miré de reojo. Esbozó una pequeña sonrisa de boca cerrada, una que me pedía a gritos que la detallara.
—Porque no. Todo a su tiempo.
No entendía su decisión, sin embargo, iba a respetarla, me enseñó un lugar importante para él y no iba a exigirle que me lo mostrara todo. No.
—Son Papaver somniferum —soltó.
—Parece que estás conjurando un hechizo de Harry Potter —bromeé, emitiendo una carcajada—. ¿No te suena muy a Harry Potter?
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𝐌𝐀𝐑𝐈𝐏𝐎𝐒𝐀 ✔
Teen Fiction(BORRADOR) "-Me aterra el hecho de haberte encontrado tan pronto. -¿Por qué? -Porque la vida no es fácil ni corta por mucho que creamos que así es. Y eso significa que nuestro camino será largo e intenso... -suspiró-. Difícil. -Para mí nada es difí...