Capítulo LV

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Ambos se levantaron tarde ese día, disfrutando de la calidez del departamento y la compañía del otro, así que decidieron que la cita podía aplazarse para la tarde.

Comieron sin prisa, y se arreglaron sin prisa también, mientras usaban sus nuevos anillos.

Killua no podía evitar mirarlo de vez en cuando sin poder reprimir una sonrisa.

Más o menos a las cuatro de la tarde, dejaron el departamento y se dirigieron a un parque cercano. No tenían ningún plan definido, así que solo harían lo que les diera la gana.

Recorrieron el lugar, y a pesar del frío compraron helados, para luego quedarse mirando el atardecer.
Sentados en medio del parque, se tomaron de la mano mientras el sol rojizo teñía todo a su alrededor.
Súbitamente comenzó a nublarse, así que decidieron ir a un restaurante a cenar.
Comieron en abundancia y mientras disfrutaban el postre comenzó a llover.

—No traje mi paraguas —se lamentó Gon.

—No importa, podemos correr. Además ayudará a que bajemos la comida —rio.

Apenas terminaron se levantaron de la mesa, dudando en pedir un taxi o no, pero al fin Killua se encogió de hombros y le susurró:

—Si llegas antes que yo podrás hacer lo que quieras por un día.

A Gon se le iluminó el rostro.

—¿Estás seguro? No quiero escuchar tus quejas después...

—¡Ja! ¿Crees que vas a poder ganar? No me subestimes Freecss.

Y sin esperar la respuesta de Gon, Killua se echó a correr.

—¡Eso es trampa! —gritó el chico desde atrás mientras reía.

—¡Nunca acordamos cuando partiríamos! —rio también mientras doblaba una esquina.

Gon lo seguía de cerca, y el chico temió que perdería a este paso, pues por la lluvia el cabello comenzaba a meterse en sus ojos, sin dejarlo ver con claridad.

Quedaban unas dos calles para llegar al departamento, y Killua podía saborear la victoria.

—¡Sí! —gritó solamente para que Gon se enojara, y mirando atrás le sacó la lengua.

Fue entonces que la vio.

Probablemente había pasado por su lado, pero por la lluvia no se había dado cuenta. Una figura negra se movía justo en dirección hacia Gon.

Killua entendió de inmediato qué ocurriría a continuación.

Como si pudiera ver todo en cámara lenta, corrió de inmediato de vuelta hacia donde estaba Gon, que le dirigió una mirada confundida por un segundo, sin entender qué pasaba.
Trató de gritar lo más fuerte que pudo para advertirle, pero sus palabras quedaron sofocadas por el ruido de la lluvia y los automóviles que pasaban.
Sentía que iba muy lento, tan lento que no podría llegar, y sintió una tremenda desesperación que se extendía por su cuerpo. Justo entonces vio el brillo del cuchillo cerca del estómago de Gon, y sin pensarlo se lanzó hacia él.

Un grito desgarrador se escuchó en medio de la oscuridad, y Killua cayó al piso, mientras la lluvia le daba de lleno en la cara.

Gon se dejó caer de rodillas a su lado, mientras tocaba su estómago donde aún estaba enterrado el cuchillo, y trataba de parar la hemorragia inútilmente.

Lía estaba a un costado, desmayada, probablemente por el golpe que le había dado Gon.

El chico sacó su celular con las manos temblorosas, y Killua lo escuchó llamar a una ambulancia entre sollozos.

—Gon —lo llamó en un hilo de voz— ¿...estás bien?

El moreno lo miró con los ojos arrasados en lágrimas, y con cuidado lo besó en la frente mientras apartaba su cabello empapado.

—Estoy bien. La ambulancia llegará enseguida, ¿si? Por favor... por favor resiste Killua...

—Me alegro —masculló con una sonrisa débil—. Esta vez si pude protegerte.

Lo último que alcanzó a ver Killua antes de perder la conciencia fue que la luz en los ojos de Gon había desaparecido.

La Luz de tus Ojos - Gonkillu AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora