Valerian

35. Tридцать Пять.

Desde que sucedió lo de Serge que me violó en su cuarto por el incidente con el guardaespaldas perdí el apetito... eso y que por haber comido con el último cliente, me regañaron y que Serge me hizo vomitarlo todo.
Ellos siempre quieren saber, qué me dan de comer los clientes para que vomite y así no dañar mi régimen dietético.

He estado muy deprimido al nivel que cuando estoy en el cuartito cárcel, no hago nada más que estar acostado en la cama mirando lejos, pensando en todas las porquerías que he tenido que hacer.

Estar en ese cuarto cárcel es cómo el limbo.
Cuando estoy ahí dentro, no quiero salir...
porque es aterrador lo que me depara cuando me sacan, porque sé que me van a degradar para darle placer a los hombres y hasta podría convertirse en mi último día de vida.
Y después.... cuando estoy afuera no quiero regresar por lo sucio, asqueroso, y deprimente que es ese lugar de encierro.

Aveces tengo pesadillas sexuales con Sofía y Yulia en la que Viktor nos coge por turnos y sus genitales son de hombre y mujer. Casi todas las pesadillas que he tenido desde que llegué aquí son así. Donde involucra a las niñas y hay algo muy retorcido en todo lo que nos rodea.

Ya ni ordeno el cuarto, como cuando llegué, que traté de poner las cosas en su lugar.
También estoy tirando todo al suelo, porque no tengo ganas ni de pararme de la cama.
Estoy enojado constantemente conmigo mismo.

Ya no estoy escuchando música porque me quitaron el reproductor...
Lo único que tengo, es la música de "rap ruso"  que Serge pone a todo volumen en las tardes porque se oye en todo el piso.

Él repite el mismo playlist todos los días... y ya me sé las canciones, y hasta les agarre algo de aprecio; al menos, no quedo en silencio en esta cárcel.

Serge se hace el muy macho pero cuando no hay nadie en casa, en secreto me abusa sexualmente.
Lo hace suave para que su jefe no se dé cuenta. Se supone que no debemos estar lastimados en "ese" lugar; es por eso que no fuerza las penetraciones.

Ni las niñas saben de esto porque siempre aprovecha cuando estamos a solas.
Me acuesta en la cama boca abajo, hunde mi cabeza contra la almohada y habla entre dientes para amenazarme en que si le digo a Viktor me va a sacar los ojos o a cortar los testiculos. Siempre sale con algo nuevo para amenazarme.
Pero lo que más dice son esas 2.
No sé como se ve su miembro porque cuando lo hace siempre estoy cabeza abajo.
Y mejor así porque no quiero ver...
Quedo tieso hasta que acaba y me deja ir.
Él no jadea, solo yo, porque duele.

Lo que pasó con el último cliente es que... cuando Serge fue a recogerme, el señor le comentó que soy una excelente compañía para cenar...

Quedé pálido...

Serge me miró enseguida con ojos de asesino.
Oh no... un cumplido pero quedé en evidencia.

Creo que el cliente se dió cuenta que dijo algo y me delató, pero él no sabía el contexto de su metida de pata.

El señor se quedó mirando suspicaz y preguntó si todo "está bien" y Serge respondió mirándome: "todo está perfecto".
Yo estaba muy nervioso y Serge me apretó con fuerzas para salir del cuarto hotel.

Nos metimos juntos al baño del lobby del hotel y me puso frente al retrete para obligarme a vomitar TODO.

Le supliqué que eso había sido hace rato y que no podía vomitarlo. Su cara de rabia cambió a odio; gritó que lo hiciera.
De nuevo le dije desesperado que no podía...

Sergetri se enfureció...

Agarró con violencia mi cabeza y me puso frente al retrete y me obligó a meterme los dedos hasta atrás y sacarlo todo.

Por presión tuve que hacerlo...
Metí dos dedos hasta el fondo de mi garganta y me costó sacarlo. No salía nada más que saliva.
Empecé a salivar como un perro en verano y ni así salía.
Por la tensión de la situación, empuje más los dedos y salió algo...
Se me salieron las lágrimas por la sensación de asco y por los espasmos.
Esto es inhumano...

Un seguridad del lobby del hotel tocó la puerta porque los baños eran individuales y no se podía entrar de a dos.

- No pueden estar ambos ahí. Tiene que salir uno.- (vociferó afuera de la puerta del baño)

Serge abrió la puerta y yo estaba en el lavamanos limpiándome la cara con jabón y la boca con el enjuague bucal que lleva en su maletín.

Miré al seguridad por el reflejo del espejo... yo estaba lloroso y resignado.

- Mi pequeño hermano está enfermo, vomitando... lo estoy acompañando por si se desmaya, está débil. -
Su tono de voz era muy cínico.

El seguridad se dirigió a mi:

- ¿Estás bien? -

Asentí.

Por obviedades, el seguridad parecía incrédulo pero como yo dije que "estoy bien" eso es todo.

Después de eso, fuimos en Metro a casa y Serge me llevo jalado a la cocina, me desnudó y puso arroz crudo en el suelo e hizo que me arrodillara ahí, no sé cuanto tiempo fue... pero eso es una tortura sin igual.

Estuve desnudo así de rodillas adolorido por un buen rato hasta que me caí a un lado por el insoportable dolor... quizás también estoy muy débil.

Serge me levanto y me dió un vaso de agua;
(me metió al cuarto cárcel) Quite con los dedos el arroz que quedó incrustado en mis rodillas.
Después de vestirme, quedé tirado en la cama adormecido y exhausto de esto.
Me dormí casi enseguida por cansancio.
Siempre estoy cansado.

Esa tarde almorcé lo mismo de siempre
La señora que tanto odio... que limpia, estuvo gritandome que está harta de nosotros por dejar el cuarto hecho un asco.
estuve en la rutina de ejercicios y después que tuve un brake porque Serge estaba en una llamada, fui a la cocina a pedirle permiso por un vaso de agua.
Y la muy maldita me lo negó.
¿Quién niega agua?
No es como que ella me lo va a servir.

Me quedé parado a un lado de la estufa velando la comida y lo que ella hacía.
Esa comida es para los adultos...
huele tan bien.
No era nada especial, solo carne y papas, lo mismo que ellos suelen comer... pero como olía a ajo y tenía hambre; el estómago vacío ruge y más después del ejercicio.

A ella como todo le enoja, me pegó con el tenedor caliente con el que volteaba la carne en el sartén.

- ¡LARGATE PARA LA SALA! -
Me gritó.

- solo quiero agua - susurré

- ¿NO SABES HACER CASO? -

- una agua, por favor...-

Levantó la mano al mismo tiempo que me insulto:
- ¡PEDAZO DE MIERDA INSOLENTE! -
Me pegó... (si no fuera porque levanté el brazo me hubiera dado en la frente)
- ¡QUE TE LARGUES A LA SALA! -

Retrocedí y me limpié el brazo porque quedé aceitado por el oliva del tenedor caliente.

Serge quedó mirándonos, cerró la llamada, se levantó en dirección a la cocina y me agarró el brazo para ver si me dejó marcas, ambos empezaron a discutir.
(No tenía casi nada, solo quedé rojo)
Él le estaba reclamando a ella por pegarme cuando no era necesario y ella le gritó de vuelta por alzar la voz.

Yo regresé a la sala y me senté en el suelo y me puse cerca al televisor para no oír esos gritos de fieras con rabia.

Mis captores tratan de evitar a toda costa que tengamos marcas en el cuerpo porque a los clientes no les gusta eso.
Pero aveces es inevitable no tener golpes por todos lados.