79. Семьдесят девять.

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He estado pensando en todo lo que diferencia a Scott del resto...

Recuerdo que cuando cogia con los clientes me drogaban tanto que ni podía parpadear y para mí era como estar en trance.

A algunos clientes los miraba pero solo cuando estaba muy drogado.
Otras veces miraba para crear una falsa conexión y que quisieran volver a verme para conseguirle clientes a Viktor.
Muy dentro de mi agradezco haber estado drogado y no poder hablar porque la sensación en el momento me dolía mucho.
Pero con los recuerdos era como tratar de pensar en una pesadilla deconstruida.

Aveces el único pensamiento que tenía era que me dolía, y deseaba que se acabara rápido.

Algunas veces miraba a los clientes por curiosidad.
Otras veces cuando estaba muy asustado no los miraba y eso era más cuando estaba sin drogas.

Pero a Scott si quiero verlo.
Ni siento que alguna vez fue un cliente.



Mis días con él son lindos y estoy muy feliz.
Estoy tan feliz que el otro día llore.
Estaba solo, tomando un baño y sentí lo Bienaventurado que soy.
Y pensar que no quería firmar... pero yo no sabía.
Creo que últimamente desde el orfanato, soy muy sentimental, antes casi no lloraba.
Quizás empecé a llorar mucho con Niko y Lana.

Ahora me siento que no estoy atrapado.
Siento que puedo explorar mi sexualidad con alguien sin sentirme obligado o asqueado, Scott de verdad me está ayudando con eso.
Incluso con Sofía tenía esa idea de que estábamos juntos porque nos encarcelaron y no había nadie más.

Entre semanas él seguía enviando regalos.
Me enviaba cajitas de fresas con chocolate derretido.
Me las comía casi enseguida.
Cuando Scott enviaba cosas de comer siempre le ofrecía a los guardianes pero casi todos me decían que no.
Excepto por uno que siempre estaba curioso por saber qué me enviaban porque sabía que yo le ofrecería.
Aveces compartía con él la mitad de mis chocolates.

Ese escolta era el más joven y parecía de veintitantos años.
Es un hombre muy atractivo.
Él era el único que se veía así de bien parecido. Los otros son más hostiles y serios.
No sé si porque es muy joven es así.
El tiene los ojos castaños claro y pelo oscuro, su piel es muy blanca y me gusta estar con él porque de los escoltas, es el único que me habla, sin cortarme en seco.
Los otros evitaban mantener charlas conmigo.
Creo que no debían.

Su nombre es Joseph y siempre me acompaña para abrir los regalos porque nos emocionábamos, él es muy alegre como yo y nuestras personalidades son compatibles.

Yo me ponía tan contento que daba saltos de emoción cuando llegaba un regalo a la puerta de la suite.
Aprovechaba que cuando Joseph estaba de turno me acompañara a abrir los regalos hasta que un día Scott envió algo que él no debió ver y me dio mucha vergüenza.
Ambos nos hicimos que no nos dimos cuenta.

Estábamos en el sillón frente a la TV, él sentado a mi lado esperando ver que había adentro.

Scott envío una bolsa de regalos llena de productos para la piel y yo pensé que era un error pero la bolsa decía mi nombre.
Ambos agarrábamos los frascos y botes para leer que era y el olor.
TODO es de fresa.

Leí mentalmente  un sobre que decía:

"Para que los uses después de cada baño y antes de domir. "

Te quiero,
Scott.

Me quedé mirando el "te quiero" y se me humedecieron los ojos.
Esto significa mucho para mí.
Quería llamar a Scott de una vez para darle las gracias. Pero sé que está ocupado.

Valerian Donde viven las historias. Descúbrelo ahora