Ipsa Natura Rei - NamJin [ Terminada ]

Capítulo 22: Gripe (Seokjin)

Había sucedido hace muchos años atrás.

– Te quiero –susurré sobre los labios ajenos, esos que me callaron con otro beso.

Llevábamos meses saliendo juntos, siempre en secreto, siempre en silencio. Sólo en su habitación quedaron los recuerdos de los jadeos y murmullos, de las caricias compartidas y las miradas cómplices.

Estábamos a punto de crear un nuevo recuerdo de esos cuando me detuve. Sus manos bajo mi camisa, mi cuerpo sobre el suyo.

– ¿Me quieres? –pregunté, pues no recordaba haberlo oído en el tiempo que llevábamos juntos.

Desvió su mirada y no necesité más. Las explicaciones que vinieron después solo me terminaron de romper el corazón.

– Se supone que no involucraríamos sentimientos –empezó. "Esto es solo sexo", "yo no te veo así", "no me gustan los chicos", "siento que te hayas confundido" y otro sinnúmero de excusas intercaladas con disculpas.

– Creo que debemos terminar –fue lo que salió de mi boca antes de arrancar de ahí intentando que no notara como los pedazos de mi corazón yacían en el suelo.

Al día siguiente desperté con fiebre y me desmayé en la ducha. Gripe, al menos ese fue el diagnóstico del médico.

Fue difícil superarlo, es difícil cuando descubres que lo que tu creías que era una relación seria, tu primera relación seria, era sólo un juego.

El tiempo pasó y otra persona me ayudó a superar esos miedos y entregarme nuevamente a sus brazos en una relación donde estaba seguro de que era amado.

– Te amo, Seokjin –susurró en mi oído mientras me montaba, duro, profundo, con tantas ganas y tanta energía– no olvides eso –susurró y no le tomé importancia, concentrándome en la unión, en el placer. Iluso de mí.

Dos días después la familia Kim recibió la invitación a su boda.

– No lo entiendes, yo la quiero –me dijo cuando lo confronté.

– ¿Cómo puedo entenderlo cuando me decías que me amabas? –grité.

– Es distinto. Te amo, pero ella es lo que siempre busqué, incluso podré ir de la mano con ella en Corea y ella podrá darme...

– No lo digas –quise interrumpirlo.

– ... una familia propia –"ella podrá darme lo que tu nunca podrás"– ¿Lo hacemos una última vez?

Lo único que hice fue darle una bofetada tan fuerte que quedó mirando a la pared y no me molesté volver a cruzar miradas con él mientras tomaba mis cosas y salía con la dignidad hecha trizas y el corazón aún más roto.

Esa vez la fiebre empezó cuando conducía a casa, desperté al haber chocado el carro contra un árbol. Gripe, fue nuevamente el diagnóstico médico.

🐨♥️🐹