𝐈𝐈𝐈

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De todas las respuestas naturales que pudo esperar, la que tomo Steve fue la que menos imaginó, su esposo no había dicho una sola palabra como respuesta, ni siquiera había llorado, solo cortó el momento y se subió al coche encendiendo el motor, mientras esperaba a que el subiera al vehículo también, no hubo ninguna conversación durante todo el trayecto de vuelta a casa, mientras el sólo había apoyado la frente en el vidrio de la ventana del copiloto.

Lloro en silencio mientras se recriminó por no exigirle una respuesta al hombre que estaba a tan solo unos centímetros a su lado conduciendo a aquel lugar al que ambos llamaba hogar. Volverían a casa donde los esperaba un pequeño adorable, y su llanto se volvió en un fuerte ahogo al imaginar que pasaría con la custodia de Joseph, era un hijo biológico de ambos procreado juntos y gestado en su vientre gracias a la rara condición con la que había nacido... La razón por la cual su madre aquella adicta al crack lo había abandonado a los dos años de edad ...
¿En que estaba pensando? ¿Cómo iba a separar a su hijo de su otro padre? ¿Cómo podía condenar a su pequeño a pasar por algo similar a lo que el había vivido?
Aún era muy pequeño, pero el amaba a su padre, estaba acostumbrado a pasar el día con el, mientras Edward trabajaba...
Sintió que se le partía el corazón, aún más sabiendo el daño que le podría causar a su esposo, por que sabía perfectamente que Joseph le había devuelto la vida a Steve

......

Steve vio salir a su suegro de la casa dando por finalizada la actuación por parte de él y Edward.... La verdad era que todo parecía una maldita pesadilla, podía sentir como su cuerpo no respondía bien, y su mente estába en un caos, sin lograr conectar palabras ni todo aquello que había sucedido.

Su esposo, el hombre al que amaba, su eje, el centro de su universo, quién llevaba 10 años a su lado, a quién podría asegurar que seguiría amando sin importar qué, le había dicho que se quería divorciar... Todo eso aún empeorado por un miedo mayor, el de perder al pequeño hijo que ambos tenían.

Edward estaba arriba revisando si Joseph seguía durmiendo y si tenía las ropas necesarias para pasar la noche. En cambio el seguía mirando hacía la nada, ahí sentado en el sofá de la sala de estar, sintiendo ¿miedo? No, no era miedo... Era terror al futuro, sin saber que hacer, sin saber si debía suplicarle a Edward que abandonará esa horrible idea de destruir todo lo que habían soñado juntos y lo que habían logrado.

- Steve..

La voz de Edward rompió el silencio de la casa, pero el no fue capaz de dirigir sus ojos hacía su esposo, tenía tanto miedo que su cuerpo se había quedado congelado mirando hacía la nada.

- Steve, dime algo... por favor - Rogó Edward.

Su mandíbula se apretó mientras se ponía de pie rápidamente hasta acercarse al de cabellos rizados.

- ¿Que te diga algo? ... ¿Cómo has sido capaz? - Dijo dejando ver que el enfado estaba comenzando a instalarse en su pecho.

Vió como Edward era incapaz de formular una frase mientras se quedaba con la boca abierta, tenía los ojos hinchados, pero al menos se había limpiado los restos de lágrimas de las mejillas antes de entrar a casa para encontrarse con Murray.

- Existe.... ¿Existe una posibilidad de que me digas que lo que acabo de oír sea solo una equivocación? - Se refiero a las palabras de Edward sobre el divorcio.

- Yo.... - Murmuró el de cabello rizado.

Steve esperó mirando fijamente los ojos de su esposo, los oídos le retumbaban, e incluso sentía ganas de vomitar, pero sobre todo se sentía enojado, y no sabía si era con Eddie, con el mismo, con el destino, o con todo el mundo.

- Dime que... - Pero fue interrumpido.

- Quiero que nos divorciemos Steve - Dijo fríamente Edward.

Buscó con desesperación la mentira en los ojos marrones de su esposo, o la duda, e incluso todas las respuestas de todas las preguntas que bombardeaban su mente, pero no logró ver nada, y el tono frío de Edward hizo que todos los músculos de su abdomen se tensaran.

𝐈𝐍𝐀𝐆𝐎𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄  [𝐒𝐓𝐄𝐃𝐃𝐈𝐄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora