𝐈𝐗

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27 de Junio 2020, Boston - USA

- Cariño... Feliz cumpleaños mi amor - Susurró el pelilargo acariciando la mano izquierda de su esposo.

Edward cerró los ojos volviendo a pedir a Dios, al universo, a todo aquello que pudiera existir que Steve pudiera abrir los ojos, cada día perdía más la esperanza, y cada noche se recriminaba el ser tan débil para aguantar la situación. Lloraba al saber que su esposo dependía de todas esas máquinas, medicamentos y del personal médico que intentaban mantenerlo con vida y sacarlo de ese estado.

- Podríamos comprar esa tarta de zanahoria, que tanto te gusta... O podría hornear un pastel de vainilla y pedirle que Dustin que me ayude... Prometo no quemarlo está vez - Rio por lo bajo.

Una boba sonrisa se forma en el rostro del rizado, al recordar todos los cumpleaños que habían pasado juntos, tras nueve años de relación, en casa de los Harrington, en casa de los Munson, luego en el pequeño departamento donde vivieron antes de casarse y el último que había sido el año pasado, ya en la casa que tenían juntos.

- Por favor, déjame ver tus hermosos ojos... -

Se llevó la mano izquierda de su esposo a los labios y dejo tiernos besos ahí, mientras el sonido del respirador y el monitor hacía que se sintiera mareado.

Detalló como la piel de su esposo estaba fría y deshidratada, tenía unas ojeras impresionantes y había perdido pesó rápidamente.

Una enfermera entro en la habitación para avisarle que su horario de visita había terminado.

-Es su cumpleaños... Podría darme cinco minutos más... ¿Por favor? - Dijo tímidamente a la dulce enfermera, una mujer ya de mediana edad.

- Claro cariño... Ya saldrá de está - Y ella volvió a salir de la habitación.

- Tus padres y tus hermanos te mandan muchos abrazos, besos y saludos por tu cumpleaños... Estaré con ellos Lo que queda del día Jane vino de visita y se quedará un par de días, tal vez pueda venir a verte.. Jonathan y Will ayer lograron llamar a tu madre... Joyce dice que solo necesita que tú despiertes para que su felicidad sea total -

Se acercó a la cama con cuidado, y dejo un leve beso en los labios de su esposo, pero no hubo respuesta.

- Por favor amor... Despierta... Te extrañamos tanto... Tu hijo está ansioso, extraña la voz de papá Steve .... Nos vemos mañana mi amor... Te amo -

.....

30 de junio 2020, Boston - USA

Aquella mañana se había sentido extraño. Se sentía mareado y agotado, pero lo adjudicó a qué llevaba días sin poder dormír, por lo mismo decidió que se quedaría en la casa de su padre hasta que Steve despertara o al menos saliera del estado de gravedad.

Entre sus manos tenía una de las sudaderas que su esposo, usaba para entrenar de la U.S ARMY con las letras negras impresas, ya no tenía el perfume del castaño, pero la tela se sentía familiar entre sus dedos, le calmaba de una forma extraordinaria que el jamás pudo imaginar.

Su padre estaba del otro lado del salón tejiendo unos pequeños zapatos de lana en todos los colores posibles... Era toda una visión... Aquel periodista, tejiendo zapatos de recién nacido para su amado nieto, se había esmerado tanto en aprender a ser un gran padre para su hijo adoptivo, un chico especial en todo aspecto, al que había amado desde que lo vio, desnutrido y con esos enormes ojos color chocolate pidiendo a gritos el amor que le había sido negado, su madre lo había abandonado a la edad de tres años, una drogadicta, adicta al crack que abusaba de sustancias peligrosas y que se dedicaba a la prostitución, había abandonado al niño diciendo que no podía mantenerlo, y que además era un fenómeno, por la extraña condición con la que había nacido gracias a los excesos de su madre.
Tenía un órgano de más... Dijeron los médicos son casos extremadamente raros pero pasan...

𝐈𝐍𝐀𝐆𝐎𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄  [𝐒𝐓𝐄𝐃𝐃𝐈𝐄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora