𝐗𝐗𝐕𝐈

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𝐍𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐬𝐚𝐥𝐯𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬, 𝐦𝐢 𝐀𝐭𝐥𝐚́𝐧𝐭𝐢𝐝𝐚, 𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐚𝐞𝐦𝐨𝐬.
𝐂𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐞𝐧𝐨 𝐢𝐧𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐥𝐞, 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐚𝐯𝐞𝐬 𝐡𝐚𝐧 𝐡𝐮𝐢𝐝𝐨 𝐲 𝐞𝐥 𝐝𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐦𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐚 𝐚𝐬𝐮𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨, 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐢𝐝𝐨.

𝐀𝐭𝐥𝐚𝐧𝐭𝐢𝐬
𝐒𝐞𝐚𝐟𝐫𝐞𝐭


Nancy vió con preocupación cuando Eddie volvía a vaciar nuevamente su copa de vino blanco aquella noche, ambos estaban en el piso de la ingeniera, la cual, había recibido una inesperada visita por parte del arquitecto un par de horas antes mientras entraba con tres botellas por la puerta.

- Eddie, creo que ya ha sido suficiente - Dijo Nancy intentando quitarle la última botella de vino que quedaba por abrir.

- No... No... Venga si hoy es viernes, no pasa nada - Murmuró con dificultad el arquitecto mientras luchaba por quedarse con la botella.

Hizo una mueca al ver el estado de su amigo, las marcas de las lágrimas secas por sus mejillas, la camisa con una gran mancha donde había caído vino hacía unos minutos y el cabello despeinado luego de haberse dejado caer aparatosamente sobre el sofá del pequeño piso.

- Deberíamos salir a comprar más vino - Apuntó Edward mientras se servía otra copa.

- Basta, mañana tendrás la peor resaca de tu vida si sigues así... - Nancy sabía que su amigo nunca había sido muy bueno para las
fiestas, el alcohol y las noches de bohemia.

Incluso el propio Eddie le había mencionado que durante la universidad poco salía a aquellas alocadas fiestas a las cuales siempre era invitado, el rizado nunca había sido muy bueno para compartir en eventos sociales y tampoco tenía mucha experiencia para beber alcohol, algo que claramente quedaba de manifiesto justamente en aquel momento.

- Venga, vamos a dormir - Repitió Nancy.

- No, no, que... Que necesito olvidarme de todo - Suplicó Eddie con los ojos ya inundados en lágrimas. El arquitecto lanzó un sollozo a la vez que revolvía el vino en su copa de forma nerviosa bajo la atenta mirada de su amiga. Aún no era tan tarde, pero para Eddie las horas habían perdido un poco el sentido debido a lo ebrio que estaba. Se pasó una mano por el rostro sintiendo desconocido su propio tacto, confirmando que estaba realmente ebrio

- Haré un poco de café - Avisó la ingeniera.

Edward terminó rápidamente la copa de vino y dejó su cuerpo recostarse nuevamente en el sofá. La cabeza le daba vueltas, y cerró los parpados fuertemente preguntándose qué estaría haciendo Steve en ésos momentos. Aquella noche Joseph se había quedado con el castaño en la casa donde antes vivían juntos. Buscó su móvil en los bolsillos para ilusamente sólo mirar la hora, pero lo único que logró fue ver la foto que tenía de fondo en la pantalla. Steve y el abrazados y sonriendo... Un dedo de forma tímida acarició la pantalla justo donde estaba el rostro de su ahora ex esposo. Sus sentidos estaban tan nublados que con torpeza dejó el móvil en el sofá y su cuerpo casi temblando logró ponerse de pie para caminar hasta la cocina donde Nancy estaba preparando el café.

- ¿Ya se ha acabado el vino o qué? - Preguntó irónicamente su amiga

- Algo así - El arquitecto hizo una mueca.

Frunció el ceño al detallar la cara de reproche que tenía Nancy, ésta misma negó con la cabeza mientras intentaba sostener a Edward el cual se tambaleaba en su propio lugar.

𝐈𝐍𝐀𝐆𝐎𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄  [𝐒𝐓𝐄𝐃𝐃𝐈𝐄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora