𝐄𝐏𝐈𝐋𝐎𝐆𝐎.

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Vamos a tratar de ser sinceros
Y así no hay ningún error
Dentro de tus dudas y tus miedos
Y dejar fuera el dolor
Serás mi compañía
En este invierno mi calor
Serás mi alegría
En esta guerra mi valor
Y serás lo que el destino decidió
Serás
Lo que la magia descubrió
Serás
Aquel deseo que sí que se cumplió

Serás
Carlos Rivera


Julio 2023, Boston - USA

Steve no podía despegar sus ojos del redondo y pequeño rostro de la bebé que tenía entre brazos, el momento era remarcado levemente por la luz de la luna entrando a través de la ventana de aquella habitación del hospital. El profundo sueño en que estaba la bebé acunaba su corazón que había estado lleno de emociones durante las últimas horas cuando inesperadamente Eddie entró en trabajo de parto. Girándose lentamente sobre sus pies pudo detallar cómo su esposo le miraba calmadamente desde la cama.

- Deberías intentar dormir - Murmuró Steve acercándose hasta donde estaba el arquitecto.

- Prefiero quedarme observando lo hermoso que es verte con nuestra hija en tus brazos - Susurró Eddie exhausto y aún bajo los efectos de la anestesia.

- Es tan pequeña... - Sonrió él castaño sintiendo cómo el diminuto cuerpo de la bebé se acomodaba para buscar más abrigo.

El parto había sido prematuro, pero sólo por casi cuatro semanas antes de lo esperado. Loonie junto al ginecólogo Brenner le advirtieron a la pareja que nuevamente no habían sido culpables de ello y que al parecer simplemente sería algo que no podían manejar. Sin embargo Eddie supo manejarlo con mayor tranquilidad comparado a la vez anterior ya que la bebé nació sin complicaciones y pudo quedarse con sus padres desde aquella misma noche luego de unas horas pasada la cesárea.

- Se parece tanto a ti... Serán iguales - Dijo feliz Steve.

- La vas a consentir demasiado...

- Seguramente - Rió levemente para acomodar tranquilamente el borde del pequeño gorrito color blanco que estaba usando la bebé.

Eddie sonrió para estirarle la mano que tenía libre a Steve el cual dejó sobre uno de los muslos del sargento. Debido a que ya era de madrugada casi ningún sonido ingresaba a la habitación, y el rizado se negaba a caer en un profundo sueño y perderse las primeras horas de vida de Destiny.

- Tus padres vendrán mañana a primera hora con Joseph para que él pueda conocer a la bebé - Apuntó el castaño.

- Vale - Sonrió levemente sintiendo la falta de su hijo mayor.

El brillo del anillo de matrimonio en la mano de Eddie hizo a Steve sonreír frente a la magia del momento que estaban viviendo. En silencio y mirando con todo el amor posible se quedó detallando cómo los cabellos del pelinegro caían por su sereno y agotado rostro.

- Siempre debió ser así mi amor, todo lo que pasó con el parto de Joseph no fue nuestra culpa... - Rompió el silencio Steve.

En el tranquilo rostro de Eddie se dibujó de una leve sonrisa que hizo brillar los ojos de éste.

- Ahora lo sé, perdóname nuevamente por culparte... Aunque no lo creas que estuvieras hoy en el parto de Destiny ha sido una de las cosas más maravillosas que has hecho por mí - Dijo sinceramente.

La emoción de las palabras que resonaron en la boca del arquitecto hizo que sus ojos se agolparan de lágrimas de felicidad.

- ¿Has oído eso Destiny? Con papá Eddie siempre estaremos cuidando de ti - Le susurró a la bebé detallando cómo ésta parecía estar despertando del letargo.

𝐈𝐍𝐀𝐆𝐎𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄  [𝐒𝐓𝐄𝐃𝐃𝐈𝐄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora