𝐋𝐈𝐗

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Porque no me preocupo con frecuencia con el tiempo que aún me queda aquí
Lo único que sé ahora, es que quiero usarlo
Contigo, con nadie más aquí
Esta noche será la más solitaria
Serás la más triste parte de mí
Una parte de mí que nunca será mía
Aún eres el oxígeno que respiro
Veo tu cara cuando cierro mis ojos
Es tortuoso
Esta noche será la más solitaria

The Loneliest
Måneskin


Steve se despertó lentamente al percibir cómo Eddie le quitaba a Joseph quién se había quedado dormido sobre su pecho. Todo el cuerpo del soldado agradecía lo confortable del colchón donde había dormido profundamente toda la noche. Intentó hablar pero el arquitecto le hizo una seña con el dedo para que se mantuviera en silencio.
Esperó unos segundos en que acomodó con cuidado las almohadas observando con detalle la habitación que compartía con su amado. Cuando el rizado volvió a entrar en la habitación una amplia sonrisa se dibujó en su rostro, Eddie rápidamente se acomodó contra su cuerpo en la cama.

- Lo dejé en su cuna para que pueda dormir un poco más, ha sido mucha emoción en un par de horas para él - Rió levemente.

Con sus manos acarició la espalda de su chico quien sólo llevaba una de sus camisetas antiguas que tenían estampado en negro U.S Army. - Pasé noches deseando que al despertar estuviera contigo y nuestro hijo... Estoy tan agradecido de tenerles - Susurró el sargento contra la mejilla del más bajo.

- Y nosotros de que hayas vuelto... Aún no me lo creo, podría enojarme porque no me hayas avisado, pero fue una hermosa sorpresa - Sonrió arrugando un poco la nariz. Acomodó su cuerpo para quedar sobre Eddie quien enarcó las cejas sugerentemente sin decir ninguna palabra. Steve acercó su rostro para dejarle un beso sobre las mejillas y dejar su frente contra la suave y pálida piel.

- Estaba deseando tenerte entre mis brazos - Murmuró él castaño acariciando los hombros de Eddie - Y claramente, besar toda tu piel desnuda.

Comenzó a dejar varios besos para llegar finalmente al cuello del rizado, el cual extendió su cabeza hacia atrás dando más espacio a Steve, quien se mantuvo ahí por unos minutos hasta sentir que esté tiraba del borde del pijama de seda que estaba ocupando el sargento.

- Hagamos el amor - Susurró el arquitecto mientras subía lentamente la camisa del pijama.

Afirmó en silencio dejando un par de besos más sobre la tibia piel del cuello del pelilargo, lentamente y ayudándose entre ambos quedaron totalmente desnudos abrazados bajo las sábanas. Sin previos avisos Edward giró sus cuerpos para quedar sobre Steve, que dejó escapar un suspiro al sentir la
proximidad de ambas hombrias.

- Te quedarás quieto - Apuntó con un dedo Eddie.

Tragó fuertemente saliva frente al sensual tono de voz que su ex esposo había usado. Destensando los músculos de su cuerpo y sin poner resistencia, pudo observar cómo el rizado comenzaba a dejar lentos y húmedos besos en sus hombros. Las manos de Eddie frotaron y arañaron el pecho del sargento quien dejó escapar un gemido al sentir cómo el más bajo comenzaba una suave danza con sus caderas.
Cerró los párpados placenteramente, dejandolo tomar el control, mientras Eddie comenzó a acariciar los duros y marcados músculos de su abdomen.

- Espero que esté preparado para otro tipo de ejercicios sargento Harrington - Murmuró.

Llevando sus manos hasta la cabeza de Eddie le sujetó para atraerlo nuevamente hasta poder besarse. Se fundieron en un apasionado y fuerte beso que se profundizó rápidamente cuando Munson llevó su lengua contra la boca del castaño, invadiendo y explorando a su antojo.

𝐈𝐍𝐀𝐆𝐎𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄  [𝐒𝐓𝐄𝐃𝐃𝐈𝐄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora