𝐈𝐍𝐀𝐆𝐎𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄 [𝐒𝐓𝐄𝐃𝐃𝐈𝐄]

𝐗𝐈𝐗

09 𝑑𝑒 𝐽𝑢𝑙𝑖𝑜 2020, 𝐵𝑜𝑠𝑡𝑜𝑛 - 𝑈𝑆𝐴

Una semana ya había pasado desde el nacimiento de Joseph, el pequeño seguía con ventilación mecánica, medicamentos endovenosos y en una incubadora que sólo dejaba a Edward acariciar al pequeño bebé a través de dos ventanas redondas por dónde podía meter sus manos y los antebrazos.

Steve aún no despertaba del coma pese a que los médicos aún le daban esperanzas de que más pronto de lo que esperaba el soldado despertaría. Su estado era estable y para Eddie eso era lo único que quería saber del castaño, le había pedido a todos explícitamente que no quería saber más detalles, ahora lo que más le importaba era enfocarse en la salud de su pequeño hijo quién luchaba a diario para salir del complicado momento que vivía.

Y el sé sentía fatal, se sentía culpable de no haber podido cuidar bien al bebé de cabello castaño que solía abrir sus pequeños ojos con curiosidad cuándo con una de sus manos acariciaban sus pequeños pies.

- Buenos días Eddie - Saludó el doctor Lonnie Byers, el pediatra especialista en neonatología que trataba a Joseph.

- Buenos días doctor Byers - Murmuró el en respuesta visiblemente cansado.

- Creó que te gustará saber que tú pequeño se portó muy bien anoche - Sonrió el médico de cabello castaño.

- ¿Cuánto más estará con los antibióticos? -

- Cómo mínimo una semana más, su condición basal no ha empeorado, lo cual es bueno... Tu hijo es un guerrero al igual que su otro padre -

Una sonrisa tímida se dibujó en su rostro a la vez que a su mente llegaba la imágen de Steve conectado al ventilador mecánico. Un dolor sordo se instaló en su pecho al admitirse a sí mismo cuánto necesitaba al castaño en aquellos momentos, de los dos, Steve siempre había sido el más fuerte con respecto a los momentos difíciles, ahora mismo podría asegurar que su esposo estaría muy orgulloso de él, al ver lo determinado que estaba siendo el arquitecto enfrentando día a día la situación que vivan las dos personas que más amaba en la vida.

- Lo que más queremos es que su capacidad respiratoria mejore, esperemos que sea pronto, así le podremos quitar el ventilador y lo podrás alimentar - Apuntó Byers mientras rellenaba el cuadro de evolución del pequeño bebé.

Afirmó en silencio, mientras con una mano seguía acariciando a su hijo, le encantaba que el poco cabello que tenía fuera rizado y de color castaño caramelo igual al de su esposo, mientras se preguntaba que color serían sus ojos, ya que desde esa distancia no podía apreciarlos cómo era debido, internamente deseó que fueran marrón almendrado, con aquellos destellos de verdor cómo los de Steve.

..............

- ¿No creés que la actitud de Eddie es extraña? - Susurro Jim mientras rodeaba con sus brazos a su esposa.

- No lo sé cariño... Eddie ha vivido algo horrible todos éstos días, a mí me parece que sólo intenta protegerse de todas las esperanzas sobre cuan pronto pueda despertar nuestro hijo -

- Sólo quiero que nuestro nieto pronto pueda salir de la ventilación mecánica - Murmuró el ex soldado.

Joyce observo la preocupación en el rostro de su esposo, beso rápidamente sus labios para volver a apoyarse contra el pecho de Jim. Una extraña sensación embargaba su corazón, era una dulce/amarga mezcla entre la alegría de haberse convertido en abuela y una tristeza dolorosa al seguir viendo como su hijo mayor luchaba para seguír con su vida.

- Eddie dice que los pies de Joseph tienen casi la mitad del largo de su dedo meñique - Sonrió con afecto Joyce

- Es nuestro pequeño campeón - Sonrió ampliamente Jim - Estoy ansioso por conocerlo -