𝐈𝐍𝐀𝐆𝐎𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄 [𝐒𝐓𝐄𝐃𝐃𝐈𝐄]

𝐗𝐗𝐈𝐕

𝐀𝐮𝐧𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐩𝐫𝐨𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞𝐣𝐞 𝐝𝐞 𝐠𝐢𝐫𝐚𝐫, 𝐲 𝐥𝐚𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐲𝐚 𝐧𝐨 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐯𝐚𝐧 𝐚 𝐛𝐫𝐢𝐥𝐥𝐚𝐫 𝐀 𝐭𝐢 𝐲𝐨 𝐦𝐞 𝐚𝐟𝐞𝐫𝐫𝐚𝐫𝐞́, 𝐭𝐞 𝐚𝐦𝐚𝐫𝐞́, 𝐧𝐨 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐛𝐫𝐚́ 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬, 𝐀𝐮𝐧𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐞𝐫𝐚 𝐭𝐞𝐧𝐠𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞𝐠𝐚𝐫, 𝐣𝐮𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐧𝐚𝐝𝐚 𝐧𝐨𝐬 𝐬𝐞𝐩𝐚𝐫𝐚𝐫𝐚́, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐡𝐚𝐬 𝐝𝐚𝐝𝐨 𝐥𝐮𝐳, 𝐮𝐧 𝐜𝐢𝐞𝐥𝐨 𝐚𝐳𝐮𝐥.

¿𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬 𝐭𝐮?

𝐃𝐚𝐧𝐧𝐚 𝐏𝐚𝐨𝐥𝐚.

12 𝑑𝑒 𝐽𝑢𝑙𝑖𝑜 2020, 𝐵𝑜𝑠𝑡𝑜𝑛 - 𝑈𝑆𝐴

Edward detalló la amplia sonrisa victoriosa que Steve le dirigió desde la silla de ruedas, él soldado por fin luego de tres días de largas sesiones con el fisioterapeuta había logrado salir de la cama, por ahora se acostumbraba a la extraña sensación de aun no poder caminar pero ya estar sentado y lograr movilizarse era un gran avance.

- Vamos - Murmuró el arquitecto tirando de la silla por el pasillo.

- ¿No crees que nos llegó muy rápido la vejez? - Bromeó el castaño.

- Oh por Dios no, soy demasiado joven - Respondió riendo levemente Munson. Pese al enredo que tuvieron sus emociones el primer día que Steve despertó, con las horas y días Eddie volvió a encontrar su más sincera sonrisa al ver cómo el ex soldado intentaba ponerse al día y le preguntaba todos los detalles del pequeño bebé que aún no conocía.

- ¿Entonces le sacarán el ventilador mecánico hoy? - Preguntó Steve tan emocionado cómo un pequeño niño llena de ilusiones.

- Sí, el Dr. Byers me ha dicho que cuando lleguemos allá seguramente ya estará desconectado y lo pasarán a cuidados intermedios - Dijo el rizado sonriendo.

Subieron al elevador donde un par de enfermeras les dieron los buenos días, él arquitecto observó cómo Steve apretaba los puños de forma nerviosa. Sonrió para sí mismo mientras acariciaba levemente la cabeza de su esposo, quizás con la mejoría de Joseph las cosas dentro de su mente comenzaran a tomar lugar, e incluso aquella rabia oculta que sentía contra él soldado también se fuera desvaneciendo con el tiempo, no le debía tomar importancia...

- Estoy seguro que debe ser idéntico a ti - Aclaró el castaño.

Cuando llegaron a la puerta del servicio de neonatología Edward golpeó hasta que un sonriente Loonie Byers salía al encuentro.

- Steve Harrington, por fin, un gusto... - Saludó el médico extendiendo la mano.

- El placer es mío de conocer al hombre que cuida 24/7 a mi hijo. - Respondió el soldado de forma solemne.

- Pasen, tengo buenas noticias -

El arquitecto tiró de la silla de ruedas mientras se dirigían a la unidad de cuidados intermedios siendo guiadas por Loonie.

- Ésta mañana hemos desconectado a Joseph de la ventilación mecánica, ahora sólo está con apoyo con naricera y oxígeno... Pero vamos, en pocas palabras, ya respira por sí mismo. - Habló el neonatólogo mientras Steve atrapaba una de las manos de su esposo.