𝐗𝐋𝐕𝐈𝐈𝐈

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𝐃𝐨𝐫𝐦𝐢𝐫 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨,
𝐄𝐬 𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨 𝐦𝐚𝐬 𝐝𝐢𝐫𝐞𝐜𝐭𝐨 𝐚𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐚𝐢𝐬𝐨,
𝐒𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮𝐞ñ𝐚𝐬
𝐌𝐢𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐭𝐞 𝐛𝐞𝐬𝐨 𝐲 𝐥𝐚𝐬 𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐭𝐞 𝐚𝐜𝐚𝐫𝐢𝐜𝐢𝐨
𝐄𝐬 𝐧𝐚𝐯𝐞𝐠𝐚𝐫 𝐞𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐥 𝐞𝐬𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨, 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐮 𝐜𝐚𝐛𝐞𝐥𝐥𝐨 𝐚𝐜𝐨𝐦𝐨𝐝𝐚𝐝𝐨 𝐚𝐪𝐮𝐢 𝐞𝐧 𝐦𝐢𝐬 𝐛𝐫𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐲 𝐞𝐥 𝐭𝐞𝐫𝐜𝐢𝐨𝐩𝐞𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐛𝐫𝐢𝐧𝐝𝐚 𝐭𝐮 𝐫𝐞𝐠𝐚𝐳𝐨
𝐐𝐮𝐞 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐯𝐢𝐥𝐥𝐚, 𝐝𝐨𝐫𝐦𝐢𝐫 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨.

𝐃𝐨𝐫𝐦𝐢𝐫 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨
𝐋𝐮𝐢𝐬 𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥





Cuando a la mañana siguiente intentó quitar la pereza de su cuerpo sus brazos automáticamente chocaron contra la tibia espalda de Steve. Sonrió ampliamente al recordar que había logrado convencer a su ex esposo de que se quedara a dormir aquella fría noche. Su pecho se regocijó en una sensación increíble al confirmar cómo había dormido abrazado contra el cuerpo del soldado. Simplemente dormir a su lado le hacía embriagarse de amor por aquel hombre.

- Stevie... Despierta... - Susurró Eddie contra el oído derecho del castaño

Un divertido gruñido salió desde la garganta de Steve él cuál se intentó tapar el rostro con la almohada haciendo reír a lo bajo al arquitecto.

- Buenos días... - Volvió a susurrar el rizado mientras comenzaba acariciar la espalda bronceada de su ex esposo.

Steve murmuró algo inentendible entre dientes haciendo reforzar la amplia sonrisa que se dibujaba en el rostro de Edward y es que en estos momentos no podía imaginar una mejor forma de despertar.

En silencio se mantuvo acariciando con la punta de sus dedos la espalda de la persona que amaba... Sus ojos chocolates se detuvieron en el tatuaje y las cicatrices ocultas que permanecían en la piel del costado izquierdo del soldado. Sabía que aún faltaban muchas cosas que hablar entre ellos, muchas cosas que solucionar, muchas cosas en las que trabajar, y sobre todo mucho que perdonar por parte de ambos... Pero sin dejar de sonreír comenzó a besarle las mejillas a Steve para hacerle despertar de una vez.

- Venga, seguro que en un momento despertará Joseph y ya no te librarás - Acusó divertido Eddie.

- Cinco minutos... - Murmuró aún con los parpados cerrados.

- Arriba Stevie... - Dijo divertido.

Dejó caer su cuerpo sobre el de su ex esposo haciendo que él soldado lanzara una pequeña risa frente al inesperado asalto. Él mismo también comenzó a reír mientras Steve negaba con la cabeza al intentar esconder su rostro contra la
almohada.

- ¡No seas un perezoso Harrington! - Chilló Eddie.

- Déjame dormir... - Murmuró sonriendo mientras comenzaba a acariciar el rostro del arquitecto.

Bésame, pensó el rizado mientras ambos se quedaron mirando en silencio... Y claro que pasó, Steve acortó las distancias para dejar un suave y delicado beso en los labios de Eddie. Luego del tímido comienzo el beso se hizo más duradero y profundo. Cuando la lengua del soldado entró en la boca del arquitecto ambos dejaron escapar un suspiro. Las manos del pelinegro se enredaron en los cabellos de la nuca de Steve y él soldado abrazó fuertemente el delgado cuerpo de Eddie al suyo.

𝐈𝐍𝐀𝐆𝐎𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄  [𝐒𝐓𝐄𝐃𝐃𝐈𝐄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora