𝐗𝐈𝐈𝐈

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El sábado había llegado rápidamente y Steve se sentía más nervioso de lo normal, a final de cuentas, no todos los días es el primer cumpleaños de tu hijo. Sus manos se movían rápidamente al ordenar las ropas que usaría el pequeño aquel día, mientras podía oír los sonidos provenientes del baño mientras Edward bañaba al pequeño de ojos chocolates.

Luego de unos minutos, su esposo apareció en la habitación con Joseph riendo al intentar huir de la toalla morada de dinosaurios que lo envolvia.

- Papapapa Papapapa - Vocalizo el pequeño mientras estiraba los brazos hacia Steve.

- Joseph Harrington Munson, primero la ropa, en esta casa no queremos exhibicionistas -

- Eso lo ha heredado de tí - Rio levemente el castaño.

- ¿De mí? - Edward elevo las cejas con cara de incredulidad.

- Oh... Puedo recordar cómo amabas estar sin ropa en nuestro antiguo piso - Soltó Steve.

El ex soldado miro con complicidad al pelilargo, el cual tenía un leve rubor en las mejillas, quizás recordando aquellos días en el que aún no estaban comprometidos
Edward había comenzado a adquirir aquella costumbre en aquel tiempo, y en algunos momentos su líbido era tan fuerte que obligaba a Steve a hacerlo suyo desde que despertaban.

- Tu padre ha llamado y dice que ya vienen en camino - Mencionó Steve mientras ayudaba a secar el cuerpo de Joseph con una toalla.

- Ufff.... De aquí no pararemos hasta la noche - Le entrego media sonrisa.

- Ni que lo digas, mis padres y hermanos también están por llegar -

Edward, le regaló una amplia sonrisa mientras terminaba finalmente de colocarle unos lindos pantalónes celestes a Joseph, el cual jugaba entre sus manos con una de las pequeñas converse color blanco.

- Me alegra mucho que Jane y Mike también vengan - Aclaró Edward.

El arquitecto terminó de abotonar la pequeña camisa color verde claro que usaría el pequeño , para luego comenzar a secar sus rizos castaños.

Steve tomó en brazos al pequeño para que a su esposo le fuera más fácil la tarea, mientras Joseph se revolvía para escapar, al pequeño nunca le había gustado la parte en que debían secarle el cabello.

- Papapapa - Volvió a vocalizar el pequeño dejando ver los seis pequeños dientes que ya tenía.

La risa de Edward resonó en la habitación, haciendo que Steve abrazara más fuerte a su hijo y se contagiará también de la risa.

El ex soldado se había prometido aquel día olvidar todo el asunto del divorcio, llevaba días diciéndose lo mismo, lo cual estaba bien, hasta el punto en que tarde o temprano se daría contra una pared al volver a la realidad.
.........

Pudo sentir cómo los brazos de Jane rodeaban sus hombros a la vez que sus propios brazos rodearon la cintura de la menor de los Harrington

- Me parece que ha pasado una eternidad desde que me Fuí - Murmuró la chica que ahora lucía una larga cabellera rubia.

- Y me da mucho gusto que estés aquí Jane - Dijo Edward.

Dejó escapar una sonrisa al volver a ver sus ojos marrones oscuros y cálidos, y aquella gran sonrisa que adornaba el rostro de Jane. Ya poco quedaba de la niña que estaba convirtiéndose en adolescente cuando él comenzó a frecuentar la casa Harrington y conocer a la familia de hombre que más tarde se convertiría en su esposo.

- ¡Hola Mike! - Recibió con un fuerte abrazo al esposo de Jane, quien había resultado ser hermano de su compañera de trabajo y amiga Nancy Wheeler.

- Eddie.. ¡Que gusto verte! - El más joven lo abrazo dándole unas palmadas cariñosas en la espalda.
La menor de los Harrington vivía en Cleveland, con su ahora esposo, Michael Wheeler, un joven piloto de la 𝑈.𝑆 𝐴𝑖𝑟 𝐹𝑜𝑟𝑐𝑒, se habían conocido un verano en que el alto chico de cabello negro había estado de vacaciones visitando a su familia en Boston, en aquel entonces Jane tenía solo 18 años, tuvieron un amor de verano, que luego continuo en un amor a distancia, ya que el joven piloto debía volver a su entrenamiento en Texas, todo había terminado hacía poco más de seis meses en un matrimonio, con una boda tan express como lo que había demorado el hombre del ayuntamiento en firmar su acta de matrimonio.
Claramente Jim y Joyce habían quedado destrozados al saber que la menor de sus hijos se había casado en secreto con el piloto. Sin embargo las cosas se habían calmado hacía un año atrás y la menor de los Harrington volvía a Boston siempre que podía, Ella no estudiaba, y tenía un sencillo trabajo en una pequeña cafetería de la ciudad donde vivía junto al piloto.

𝐈𝐍𝐀𝐆𝐎𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄  [𝐒𝐓𝐄𝐃𝐃𝐈𝐄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora