Capitulo I - El gran inicio.

946 16 3
                                    

La madrugada atormenta mis sentidos, el mundo parece darme tantas vueltas que quisiera vomitar, última vez que intento sobre pasarme con tantas copas, tal vez llevo diciendo eso mismo el último mes - Vamos, Hailee... es la última copa del día- Niego con rapidez pero Ava y Jess tiran el trago sobre mi boca haciendo que este me empape la mandíbula y parte de mi ropa - Lo pagarás Jess - Mi mirada es de total desprecio, ellas lo notan - Hasta borracha eres adorable - Lo único adorable que verás en mí, es en el retrete, botando lo poco que había comido en el día, fue solo pensarlo para literalmente vomitarme encima - Que puto asco Hailee- Dice Jess o Ava, no sé... su voz se vuelve cada vez más lejana, ¿Quién apagó la luz?...

Puto ruido de mierda - exclamo en mi mente y diría mi madre que así no habla una dama y ... ¿Saben qué?, ahora me vale un carajo su opinión. Apago lo que sea que estaba sonando y abro mis ojos... el lugar, un momento... ¿Dónde estoy?, me pongo de pie tan deprisa como puedo - ¡ouch! - Toco mi cabeza, martilla como un carajo, abro y cierro mis ojos para evitar el mareo que viene con bastante velocidad, fracasé en ello, tuve que sentarme en la cama desconocida...por Dios ¿Qué pasó anoche?, mis manos se dirigen a mi frente, está...¿vendada?, pero ¿Qué?... otra vez intento ponerme de pie y esta vez lo logro con éxito. Camino alrededor de esta, parece que es de alguien con muy buen gusto. ¡Vaya! En esa cama puede dormir media población con tranquilidad, el gran ventanal sigue cubierto, cuando voy abrirlo suena la puerta, me asusto y por instinto intento esconderme, pero me es inútil, la sombra de un hombre alto de aproximadamente de un metro ochenta y algo, se pone en el marco de la puerta...

Hasta que por fin despiertas - ¿y tú quien carajos eres?, la pregunta del millón ¿Que putas hago acá? - Te traeré algo de comer y supongo que algo para el dolor, me alegro de que estés bien - Va cerrar nuevamente la puerta, pero por fin hablo lo cual hace detenerlo -.

Yo... ¿Tú quién eres? - escucho como ríe - Hablo enserio, ¿Dónde estoy?, ¿Dónde están mis amigas? - No dice nada, solo responde con un "Ya regreso" ... ¡AY!, Dios mío te lo ruego, no, te lo suplico, por favor que esto no sea un secuestro, no quiero terminar muerta en manos de un psicópata, ¿O ya lo estoy?. Mi pulso se acelera, tomo la poca velocidad que tengo y empiezo a buscar mis cosas, me detengo en al instante cuando la puerta se abre nuevamente y las luces se encienden.

Espero que te gusten las tostadas francesas, no soy muy bueno en la cocina... - Declara - ¿Necesitas ayuda con algo? - Me quedo en completo shock, veo a un chico de unos 28 años, con una barba de hace algunos días, cabello un tanto oscuro y desordenado, lleva un pantalón de mezquilla, una camiseta negra y zapatos deportivos blancos... a pesar de que me encuentro en una distancia considerable, logro ver que este chico es muy guapo, aunque no quita lo aterrada que me encuentro al estar en esta situación - Oye... - Me saca de mis vagos pensamientos - ¿Está todo bien?, mira si no quieres las tostadas, puedo pedir algo para que co... - Niego.

Así está bien... - Digo un tanto aterrada por no decir que en cualquier momento voy a entrar en pánico - ¿Qué pasó? - Le pregunto y él se sienta en la cama -.

Eso mismo desearía saber - Mi expresión es de completa confusión - Mira, no sé quién eres o que haces... yo sólo te encontré en un callejón, con un golpe en la cabeza...quise ayudarte, pero no reaccionabas así que te traje a mi casa -.¿Cómo que en un callejón?, no, no, no... esto pinta cada vez de mal a peor -.

¿En un callejón? - Asiente - Pero y mis amigas... Digo, las chicas con las que estaba anoche, ¿están bien? - El niega y su expresión es tan confusa como la mía -.

¿amigas?... tu estabas sola, llena de vómito y tu cabeza sangraba - ¿Qué putas?, pero donde carajos estaban mis "amigas", si es que ahora les puedo decir así -.

Peligro En Mi CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora