Capitulo LXVI - Dolores

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*POV Matt*

Hailee estaba en el suelo, su cuerpo herido por una bala, y el sonido de los disparos continuaba en el fondo. Me lancé hacia ella, ignorando los riesgos de los tiros que cruzaban el espacio.Golpeé suavemente la mejilla de Hailee, esperando una respuesta que no llegaba.

Vamos, Hailee, te necesito conmigo - murmuré con desesperación. A pesar de mis esfuerzos, no había señales de que volviera a la conciencia. La ambulancia gritaba desesperadamente en el exterior, y todo a mi alrededor parecía estar en cámara lenta. Griffin apareció de repente, golpeándome en el rostro y acusándome de haber causado daño a su hermana. Mientras trataba de comprender la situación, Griffin tomó a Hailee en brazos y la sacó del pequeño cuarto. Sentí una mano en mi hombro; era Marco.

Ve a tu coche - dijo Marco - No te dejarán entrar en la ambulancia de la pista - Sin cuestionar, me vi conduciendo detrás de la ambulancia, dejando mi vida entera atrás y aferrándome a la esperanza de que Hailee pudiera ser salvada.

Me encontraba en un torbellino de emociones mientras conducía tras la ambulancia que llevaba a Hailee. La adrenalina corría por mis venas, y cada segundo se sentía como una eternidad. Mi mente estaba llena de imágenes de Hailee, su rostro pálido y vulnerable en ese pequeño cuarto, y la sensación de impotencia me carcomía.

La sirena de la ambulancia resonaba en mis oídos, como un recordatorio constante de la gravedad de la situación. Mi corazón latía con fuerza, temiendo lo peor, pero aferrándome a la esperanza de que los médicos pudieran salvarla. ¿Cómo todo había llegado a este punto? El juego macabro de venganza, las revelaciones impactantes, y ahora, Hailee gravemente herida.

Mi mente divagaba entre el pasado y el presente. Recordé los momentos que compartimos, la complicidad, los desafíos que enfrentamos juntos. Hailee había llegado a significar todo para mí, y verla en ese estado me partía el alma. Pero también estaba la realidad de que mi familia estaba involucrada en este caos, un pasado oscuro que parecía perseguirnos.

Finalmente, llegamos al hospital corrí hacia la recepción del hospital, mi corazón latía con fuerza mientras la ansiedad me envolvía. Al llegar, me dirigí al mostrador con un torbellino de emociones en mi interior.

Por favor, necesito saber sobre Hailee Steinfeld. ¿Cómo está? ¿Qué está pasando? - pregunté, con urgencia en mi voz -

La recepcionista, con semblante serio, revisó su sistema antes de levantar la mirada hacia mí.

El estado de la paciente es crítico. Actualmente está en cirugía. Los médicos están haciendo todo lo posible, pero la situación es delicada  - Mis rodillas flaquearon por un momento, el temor y la impotencia se apoderaron de mí. Mi mente se llenó de imágenes de los momentos felices que compartimos, y la idea de perderla se volvía insoportable.

¿Puedo verla? ¿Dónde está la sala de espera? - pregunté, intentando mantener la calma a pesar de la tormenta de emociones en mi interior. 

Me encontré con Griffin en el pasillo, su presencia era un torbellino de emociones intensas. Las lágrimas en sus ojos reflejaban la tormenta que se desataba en su interior, y la sangre en su ropa revelaba la crudeza de lo que acababa de experimentar.

Matt, ella... - susurró, apenas capaz de articular palabras. Su voz temblorosa cortó el aire, y pude sentir el peso de la tragedia que compartíamos.

Griffin, lo siento tanto  - respondí, luchando por contener mi propia angustia. No importaban nuestras diferencias, en ese momento éramos dos almas heridas por la misma tragedia.

Nos apoyamos mutuamente en silencio, compartiendo la incertidumbre y el dolor que llenaban el pasillo del hospital. La espera se volvía insoportable, y el miedo a lo desconocido se instalaba en cada rincón de mi mente.

Finalmente, un médico se acercó a nosotros, y nuestras miradas se encontraron con la esperanza temblorosa de recibir noticias positivas.Mis ojos buscaron desesperadamente los del médico, anhelando encontrar algún indicio de esperanza en su expresión. Las palabras que siguió pronunciando resonaron en mis oídos como un eco sombrío de una pesadilla.

Hailee perdió mucha sangre, su corazón está muy débil - mencionó el médico con seriedad, y mi pecho se apretó con la angustia. Aunque la bala solo había perforado su bazo, las secuelas de ese encuentro violento se manifestaban en las costillas rotas y el labio magullado - Lo bueno es que pudimos atenderla a tiempo - continuó el médico, intentando inyectar un matiz de esperanza en sus palabras - Pero las próximas 12 horas son críticas. Su cuerpo está luchando, pero no podemos prever completamente cómo responderá - Un suspiro pesado escapó de mis labios mientras asimilaba la magnitud de la situación. La sala de espera se convirtió en un refugio silencioso para el miedo y la incertidumbre. Griffin permanecía a mi lado, compartiendo el peso de esta pesadilla compartida - Haré todo lo que esté a mi alcance - prometí al médico, con la mirada fija en la puerta que llevaba a Hailee. La vida que conocíamos estaba en equilibrio, y solo el tiempo revelaría si el destino nos sería amable. Las horas en la sala de espera transcurrían con agonizante lentitud. Cada tic-tac del reloj resonaba como un eco desesperado de mi propia impotencia. Griffin y yo nos sumergíamos en un silencio compartido, nuestras miradas perdidas en el horizonte incierto de lo que sería el futuro.

Al cabo de un tiempo que se sentía como una eternidad, el mismo médico que nos había entregado las noticias se acercó hacia nosotros. Su expresión era seria, pero no dejaba entrever nada definitivo.

Hemos estabilizado su condición por ahora - comenzó a explicar, y mis oídos captaron cada palabra como si fueran la clave para desentrañar el misterio de nuestro destino - Pero aún no estamos fuera de peligro. Necesitará descanso y cuidados intensivos en las próximas semanas. La recuperación será gradual.

La mezcla de alivio y preocupación se instaló en mi pecho. Griffin, aunque también afectado, asintió con agradecimiento hacia el médico. Sabíamos que la batalla aún no estaba ganada, pero al menos teníamos una oportunidad de luchar.

El proceso de recuperación de Hailee se convirtió en un compromiso constante. Cada día llevaba consigo una mezcla de esperanza y ansiedad. Las visitas al hospital se volvieron mi rutina, y aunque el tiempo parecía deslizarse con mayor rapidez, cada pequeño progreso de Hailee era una victoria que celebrábamos con el corazón en la mano.

Griffin, a pesar de su propio dolor y resentimiento, también estaba presente. Nuestra conexión a través de la adversidad se transformó en un vínculo irrompible. A veces, compartíamos silencios que hablaban más que cualquier palabra, reconociendo la complejidad de nuestras vidas entrelazadas.

Peligro En Mi CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora