Capitulo LXVIII - Entre la Culpa y la Esperanza

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*POV Matt*

La sala de espera del hospital parecía un reloj detenido, cada segundo estirándose hasta la eternidad mientras Hailee luchaba por su vida en alguna habitación más allá de esas frías paredes. La ansiedad flotaba en el aire, como una sombra oscura que se posaba sobre todos nosotros. Griffin estaba ahí, firme y sereno a mi lado, pero yo no podía dejar de sentir el peso abrumador de la culpa que se apoderaba de mi ser.

Observaba el suelo, incapaz de encontrarme con la mirada de Griffin. Las palabras que tanto deseaba decir se atascaban en mi garganta, pero no podía permitirme el lujo de callar más tiempo. Debía enfrentar la realidad que había creado.

Griffin, lo siento - murmuré, mis palabras apenas audibles - Lo siento por todo esto, por permitirme enamorarme de Hailee, por arrastrarla a este caos

Matt, estamos todos metidos en este enredo - respondió con voz firme - No hay tiempo para culpas ahora. Lo único que importa es la salud de Hailee

Me sentía atrapado en un torbellino de emociones encontradas: amor, remordimiento, desesperación. Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas. ¿Cómo podría explicarle a Griffin que mi amor por su hermana, aunque genuino, se había convertido en una fuente de sufrimiento?

Nunca quise lastimarla. Mi amor por Hailee no debería haberla arrastrado a esto - Él me miró con ojos comprensivos, como si entendiera la complejidad de los sentimientos involucrados. Sin embargo, un silencio incómodo se instaló entre nosotros, como un abismo que separaba nuestras almas atormentadas. No sabía qué decir, y Griffin, parecía sumergido en sus propios pensamientos -

El tiempo pasó muy largo pero finalmente, el sonido de pasos apresurados y un abrigo blanco interrumpieron nuestra conversación no dicha. El médico, con una expresión grave, se acercó a nosotros.

¿Son los familiares de la señorita Hailee Steinfeld? - Asentimos con la cabeza, incapaces de articular palabras en ese momento crítico - Hailee ha pasado por una cirugía complicada. Ahora está estable, pero su recuperación será un camino difícil - Instintivamente, nos pusimos de pie, ansiosos por cualquier noticia que pudiera arrojar luz sobre el futuro incierto que nos esperaba. El médico continuó explicando el estado de Hailee y los cuidados necesarios, pero mis pensamientos estaban enredados en una maraña de emociones. 

llegó el momento en que el médico mencionó que solo un familiar podía pasar a ver a Hailee por el momento. Griffin se volvió hacia mí, su expresión indecisa, como si estuviera sopesando las palabras no dichas entre nosotros.

Matt, creo que deberías ver a Hailee primero - dijo Griffin, tomando una decisión que pesaba en su corazón - Ella... necesita verte - Intenté protestar, pero las palabras se atascaron en mi garganta. Griffin insistió con firmeza, terminé accediendo.

El médico, con pasos rápidos y decididos, me guió por los pasillos del hospital hasta llegar a la habitación de Hailee. Mi corazón latía con fuerza, un eco retumbante de la preocupación y el miedo que me consumían.

La puerta se abrió con un chirrido, revelando la escena que tanto temía enfrentar. Hailee yacía en la cama, conectada a una maraña de artefactos que zumbaban y pitaban, como si fueran el único eco de la vida que quedaba en ese lugar. El médico explicó la situación, subrayando la importancia de que le habláramos, sugiriendo que podría despertar en cualquier momento.

Mis ojos se posaron en Hailee, su rostro pálido y tranquilo, pero marcado por la lucha que había tenido que enfrentar. Tomé una respiración profunda y me acerqué a ella, sintiendo cómo el peso de la culpabilidad se apoderaba de mí. Mi voz temblorosa rompió el silencio de la habitación.

H-Hailee, soy yo, Matt - musité, luchando contra las lágrimas que amenazaban con emerger. Me dirigí al médico con una mirada de urgencia - ¿Qué pasó con la bala?  - pregunté, necesitando entender la magnitud del daño.

El médico, con seriedad, me proporcionó los detalles más crudos. La bala había causado un daño considerable, fracturando el hueso de su pelvis y dañando ligamentos importantes. Mis manos temblaban ante la gravedad de la situación.

Manténganse alerta a cualquier señal de despertar -  aconsejó el médico antes de retirarse de la habitación, dejándonos a solas con Hailee -

Me acerqué a su lado, observando cada monitor con desesperación. Tomé una silla y la acerqué a la cama, sintiendo el peso de la responsabilidad y la culpa en cada uno de mis movimientos. Mi mano temblorosa alcanzó la suya, y las lágrimas se desataron en torrentes mientras le repetía una y otra vez perdón por todo lo que le había ocasionado.

Peligro En Mi CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora