Peligro En Mi Cielo

Capítulo XLIII - Mantén la calma para no perder la cordura

El aroma del café me invadía mientras miraba a mi papá, aunque recién salíamos de la clínica sigo preocupada por él, así su rostro refleje tranquilidad, sé que hay algo más que aquieta a mi padre y la verdad no estoy segura de que puede ser. El ambiente está raro, no sé que hablarían mamá y Matt, solo sé que no es nada bonito ya que el se la pasa jugueteando con la cuchara en su taza, aparentemente absorto en sus pensamientos. Decidí abordar el tema.

¿Está todo bien? - le digo mientras pongo mi mano sobre la de él -

Sí, estoy bien. Solo un poco cansado, supongo - Levantó la mirada, forzando una sonrisa -

Sabes que puedes confiar en mi, ¿verdad? - No creo que sea por falta de confianza, creo que la cosa es mi madre, no se que le diría y en el peor de los casos no se que tan violenta pudo estar esa mujer - ¿Qué te dijo mi madre? - esto lo digo acercandome demasiado a él -

Solo es un poco de cansancio... fue una noche larga, no te preocupes, estoy bien, de verdad - Mi madre, sin embargo, no disimulaba su descontento. Seguía enfocada en su café, como si la presencia de Matt le resultara incómoda. Decidí hablar con Matt más tarde, cuando estuviéramos a solas - 

Hailee, Necesito hablar contigo, ahora y a solas... - dijo mi madre, levantándose de la mesa y caminando hacia la salida. La seguí, algo no muy grato viene en camino. Fuera del ruido de la cafetería, ella se volvió hacia mí con una expresión seria.

Hailee, entiendo que estás preocupada por tu padre, pero no puedo ignorar lo que veo. Ese hombre no es para ti, vas a salir lastimada y luego vas...

Mamá, ¿puedes no hacer esto ahora? Estamos lidiando con suficiente presión - Traté de contener mi frustración - 

Lo sé, pero no puedo ignorar lo que está pasando. No quiero que te lastimen y luego vengas corriendo a mi pidiendo ayuda...

Matt no es lo que parece y apenas estamos intentando iniciar nuestra historia, deja que me equivoque si es que lo estoy

Eres un caso perdido Hailee... - dice ella con notable molestia -

Si nos disculpan -  Dice mi padre - tenemos algo que decirles - me espanto un poco al ver preocupación en mi padre, ¿le duele su pierna?, ¿la cabeza?. Al regresar a la mesa Matt es quien toma la palabra -.

Hailee, he estado pensando en esto, y creo que lo mejor para todos sería que se quedaran en casa con nosotros. Así podrás estar pendiente de tu padre y pasar el tiempo necesario con él - Mi mirada es de completo asombro al escuchar la propuesta de masacre por parte de Matt, Miré entre mi madre y Matt, sintiendo una mezcla de emociones. Dudé por un momento, consciente del conflicto interno que estos dos se cargan, ¿es lo conveniente?, ¿No será una batalla campal constante? -

¿Estás seguro de esto, Matt? -  le pregunté, buscando alguna señal de vacilación pero su respuesta fue completamente afirmativa -

Estoy seguro. Creo que es lo mejor para todos, especialmente para ti y tu padre. - Saca completamente a mi madre de esto embrollo -

Si crees que es lo correcto, estoy de acuerdo contigo...- dije aunque mis dudas siguen, esto puede no funcionar y como dije anteriormente terminar en una masacre -

Era  ya casi mediodía cuando regresamos a casa. Matt tenía asuntos pendientes con lo de las grabaciones así que solo nos dio el ligero aventón a casa, por más que lo deseaba se que no se podía quedar conmigo. Lección de vida, cuando uses tacones lleva siempre unas zapatillas de descanso, nunca sabes cuando puede accidentarse alguien, lo digo enserio, cuando lo empecé a quitar sentí que mis pies podía respirar de nuevo pero atención cambia escucho a Justin, visiblemente molesto, cargando las maletas de mis padres. Resultaba bastante cómico verlo en esa situación.

Justin, tranquilo. No son tan pesadas - le dije con una sonrisa, tratando de calmar su evidente frustración. 

¡No son ligeras! ¿En qué puto mundo piensas que estas maletas son livianas? - respondió, dejando caer una maleta con más fuerza de lo necesario.-

Mi padre, riendo, le golpea el hombro suavemente.

Vamos, Justin, ¿dónde está tu sentido del humor? - dijo, divertido -.

No sé, tal vez se quedó en mi casa antes de que casi murieras - contestó Justin, haciendo una pausa dramática antes de soltar una risa. Era evidente que, a pesar de su queja, estaba disfrutando de la situación tanto como nosotros.

Llevé a mis padres al cuarto de invitados, curiosamente, al mismo lugar donde conocí conscientemente a Matt. Vaya recuerdos. El cuarto estaba más o menos como lo recordaba. Podría quedarme aquí, pero explorar este lugar por mí sola no me parecía correcto.

Mi padre simplemente se tiró en la cama, visiblemente cansado. Mientras tanto, mi madre no decía nada, pero su mirada hablaba por sí sola: tenía ganas de matarme. Y Justin  estaba allí disfrutando de la situación. Parecía ser su pequeña venganza por haberme reído de él en el lobby.

¿Estás bien, papá? - pregunté, tratando de ignorar la mirada fulminante de mi madre.

Solo necesito descansar un poco. Estoy agotado - respondió él, cerrando los ojos.

Mi madre aún no decía nada, pero su silencio era más ruidoso que las palabras. Me volví hacia Justin, quien se limitó a sonreír de manera traviesa.

¿Qué has hecho para merecerte esa mirada? - me susurra mi querido pero en ocasiones detestable amigo -

Existir - Creo que es la única explicación clara al odio inminente que carga mi madre hacia este pechito -.