Capitulo XL - de compras y sorpresas

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La vida vibraba en el bullicio del centro comercial, y yo, inmersa en una tarde de compras, me sentía radiante. Las bolsas de las boutiques colgaban de mis brazos como trofeos de mi expedición de moda (Y eso que odio ir de shopping), y cada tienda ofrecía cosas que jamás pensé que compraría. Detuve mi paso cuando vi un vestido blanco que parecía perfecto para la cena de hoy, es más, es perfecto. 

¡Hailee! - una voz dulce pero falsa rompió mi ensueño. Giré para encontrarme con Jess, ¿que tal esta perra?, Dios mío, se supone que habías quedado en el pasado. Su sonrisa era tan falsa como su amistad en su momento, pero decidí no dejar que eso empañara mi día de compras.

Hola, Jess - respondí con una sonrisa igualmente amigable, aunque la tensión era palpable. Jess se abalanzó hacia mí, abrazándome con fuerza, pero percibí la falta de sinceridad en el gesto.

No te veía desde la otra noche, ¿cómo has estado? - preguntó con un brillo fingido en sus ojos.

Estoy bien, gracias - respondí con cortesía, sintiendo la falta de autenticidad en cada palabra. Jess no me deseaba nada bueno, eso lo sabía muy bien, pero había aprendido a disimular mis emociones, especialmente cuando estaba frente a personas con intenciones psicópatas.

La charla continuó con la delicadeza incómoda de la cortesía superficial. Olivia comentaba sobre lo maravilloso que se veía el vestido en el ventanal, y yo asentía educadamente. Sin embargo, no podía ignorar la mirada envidiosa que me lanzaba de vez en cuando.

Antes de que la tensión pudiera intensificarse, una voz conocida salvó mi día. 

Hailee, cariño, encontré una tienda que creo que te encantará - anunció Marco, apareciendo de la nada y colocando una mano amistosa en mi espalda.

Oh, hola ¿Marco? - dijo Jess, su sonrisa forzada transformándose en una mueca de disgusto por un breve instante, ¿estos dos por qué se conocen? - No sabía que estabas por aquí

Sí, estamos de compras - respondió Marco con un tono amistoso, aunque noté la tensión en su postura. Era consciente de la relación incómoda entre Jess y yo, y su presencia no hacía más que añadir más combustible al fuego.

Bueno, no quiero interrumpir su día de compras - dijo Jess con una sonrisa forzada, aunque sus ojos reflejaban una mal disimulada satisfacción por el encontronazo - Nos vemos, Hailee. Marco.

Claro, nos vemos - respondí con una sonrisa tranquila, a pesar de sentir la mirada afilada de Jess mientras se alejaba. Una vez que estuvo lo suficientemente lejos, me volví hacia Marco con un suspiro de alivio.

Gracias por eso. No estaba preparada para una conversación con ella - Marco me miró con una mezcla de preocupación y determinación - No hay problema. Pero creo que deberíamos ir a un lugar seguro - Asentí, confiando en la intuición de Marco. Nos dirigimos hacia un área más tranquila del centro comercial, donde las tiendas menos concurridas ofrecían un respiro.

¿Estás bien? - preguntó Marco, mirándome con preocupación una vez que estuvimos a salvo de oídos curiosos.

Sí, estoy bien - respondí, forzando una sonrisa para tranquilizarlo - Solo fue un encuentro inesperado y bastante intimidante. Pero estoy bien - La expresión de Marco dejó claro que no estaba completamente convencido, pero decidió no presionar el tema por el momento.

A medida que avanzábamos por las tiendas, la felicidad volvió a florecer en mí. Marco hizo todo lo posible para mantenerme entretenida y distraída, y agradecí la gracia con la que manejó la situación, aunque sigo sin entender por que Jess lo conoce, ¿a que se debió su sorpresiva manera de llamarme "cariño" cuando soy su cuñada?, bueno, eso si tiene explicación, solo fue una manera de distracción pero lo de que Jess sepa quien es él, enreda más la cuerda de lo sucedido aquella noche en la que terminé metida en los brazos de Matt.

Al regresar a casa de mi novio, me pongo lo más bella posible y si se preguntan, si, compré el vestido, sólo espero que a Matt le encante tanto como a mi y dejenme decirles que me hace ver bien mamona, aunque no soy de darme ese tipo de halagos. 

Peligro En Mi CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora