Peligro En Mi Cielo

Capítulo LX - Inicio del plan (4/4)

La espera por Matt se hizo un tanto prolongada para mí, aunque, por suerte, la investigación que Ella y yo habíamos llevado a cabo estaba bien estructurada. La única pieza del rompecabezas que aún necesitábamos entender era el misterio detrás de las cartas que había estado recibiendo y, sumándole, la conexión entre el piloto y todos estos eventos enredados. Además, quedaba claro que Marco no era la figura que yo había imaginado, y eso solo añadía más complejidad a la trama.

Cuando Matt finalmente llegó, se sumergió de inmediato en su computadora, revisando información y manteniendo su expresión enigmática. Mientras tanto, yo me encontraba absorta en mi propia investigación cuando recibí un correo anónimo. El asunto me llenó de ansiedad antes de siquiera abrirlo:

"Vaya, no pensé que te tomarías todo esto tan en serio. Tienes entradas VIP para la carrera, disfrútala. Estaré esperando para ver tu reacción".

Cerré de golpe mi computadora y me dirigí al baño, tratando de controlar el nudo en mi estómago. Un ataque de ansiedad se apoderó de mí; no podía evitar pensar en quién podría estar detrás de estos mensajes y, lo que era aún más aterrador, cómo parecían conocer cada uno de mis movimientos. Las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas, mi respiración se volvía rápida y mi mundo parecía dar vueltas.

Fue en ese momento cuando escuché la voz de Matt llamándome desde afuera del baño, preocupado por mi bienestar. Sin embargo, estaba tan sumida en mi propio tormento que tardé unos segundos en responder.

H-Hailee, ¿estás bien? ¿Qué sucede? - preguntó Matt, golpeando suavemente la puerta -

Después de mi breve colapso en el baño, traté de recomponerme antes de salir y enfrentar a Matt. Mi mente estaba llena de preguntas sin respuestas y el temor de compartir la naturaleza del mensaje anónimo solo intensificaba la carga emocional. Salí del baño con una sonrisa forzada, tratando de ocultar la turbulencia interna. Matt, aún preocupado, me miró con atención.

¿Estás bien, Hailee? ¿Qué sucedió? - Asentí, tratando de disipar sus inquietudes -

Solo un momento de ansiedad, ya sabes. Todo está bajo control. - Aunque Matt parecía dudar de mis palabras, decidió no presionar más el tema. La cena transcurrió entre conversaciones ligeras, pero mi mente seguía atormentada por la sombra del mensaje anónimo.

Después de la cena, Matt y yo nos retiramos a nuestra habitación. Mientras él se sumía en su trabajo en la computadora, yo me quedé contemplando la pantalla, lidiando con el dilema de si debía o no revelarle sobre el mensaje que había recibido.

Finalmente, decidí no contarle a Matt. Había demasiada incertidumbre en el aire, y añadir más tensión a la situación no ayudaría. Opté por enfrentar el problema por mi cuenta y, con suerte, encontrar respuestas antes de que la verdad nos alcanzara.

La noche se volvió silenciosa, solo interrumpida por el clic constante del teclado de Matt. Mientras me sumía en mis pensamientos, el misterio de las cartas, el piloto y el mensaje anónimo se entrelazaban en una red intrigante que parecía no tener fin.

La noche se extendía en un silencio inquietante, y mi mente estaba lejos de encontrar la paz. Incapaz de conciliar el sueño, decidí acercarme a Matt, quien estaba absorto en su trabajo en la computadora. Me acerqué sigilosamente y lo abracé por detrás, sintiendo el calor de su cuerpo.

¿Qué haces? - pregunté suavemente, esperando no interrumpir demasiado su concentración. Matt, sin dejar de mirar la pantalla.

Solo revisando algunos asuntos sobre un evento que tengo en dos días - Fue en ese momento cuando conecté los puntos: la famosa carrera a la que se refería. La información que había estado buscando se estaba revelando, aunque de manera indirecta. Decidí no profundizar -