Capitulo VI - ¿Que hice?

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La semana transcurrió relativamente corta, me la pasé estudiando mi libreto, hablando una que otra vez con Justin por teléfono de cosas triviales y en ocasiones de sus no sé cuántos ligues que tuvo en una sola semana (Justin necesita alguien que lo controle), quedamos en tomar una cerveza el viernes, pero por desgracia ese día tengo la peor cita de mi vida, ¿es una cita?, la verdad no sé, solo es trabajo y me parece algo innecesario, aunque debo seguir reglas como siempre lo he hecho. Como era de esperarse y más si proviene de contarle algo importante a Justin, su humor parecía haberse disparado como un jodido torbellino le causó tanta gracia que no paraba de decirme que era ley de algún tipo de karma o qué sé yo.

Entonces que te vas a poner, maldita zorra - escucho a Justin por la alta voz del teléfono mientras peino mis cejas con algo de delicadeza -

No sé, tal vez unos snikers con un jean y una camisa... nada llamativo - le quito demasiada importancia a mi apariencia y más cuando sé quién es el que va a estar allí. Termino mis cejas y empiezo a ondular mis pestañas -.

¿Cómo que unos snikers? ¿te fumaste algo?, mejor abre esa maldita puerta - escucho como la golpean con fuerza, hace que me sobre salte dicho sonido. ¡Por un carajo! -.

No lo puedo creer, Justin- Digo mientras niego frente al espejo, Justin me sacará canas antes de tiempo. Al final salgo del baño y termino abriendo la puerta - ¿Era necesario?, ya veo canas en mi cabellera por tu culpa.

Siempre es necesario arreglar un desastre y esas canas son porque al paso que vas, te quedarás beata, mugrosa - dice aún con su teléfono en la oreja - además - lo quita, cuelga la llamada y entra - este pechito hará que te veas deseable, esa flor tiene que florecer algún día, se va marchitar – levanta sus cejas de una manera demasiado exagerada. Con esa acción no había notado que traía una bolsa gigante, claramente es algún vestido o algo extremadamente elegante - toma - entra y se tira sobre mi cama, la que parece un zoológico sin cuidadores -.

Justin, no me voy a poner nada para provocarlo, él me es indiferente... - digo con algo de indiferencia, aunque de cierta manera es un poco falso lo que digo -.

¿Quién dijo que lo ibas a provocar a él?... - me mira confundido- lo decía por los demás chicos, ¿no me digas que algo despertó en ti cuando quedaron como protagonistas?, si lo eliges comes bueno... muuuuuy bueno – me río cuando hace un gesto de ¿placer?, enserio si alguien necesita coger con urgencia es él.

Fuera de unas buenas nauseas, nada – miento descaradamente otra vez, omito la pequeña corriente eléctrica que recorre mi cuerpo con un leve contacto de él - Mejor dime, ¿qué es esto? - sostengo lo que parece ser un vestido- claramente se lo que es pero quiero que él lo diga-.

Un lindo vestido que te pondrás, con ... – Deja la posición en la que estaba y se sienta en la cama, mientras busca en su morral que curiosamente no había notado. No lo había notado porque aún lo llevaba en la espalda y era igual de oscuro a su chaqueta de cuero - estos diablos - muestra unos tacones rojos hermosos, no sé si vaya a estar lo suficientemente cómoda con ellos para toda una noche, aunque para salir siempre uso unos, lo cual es irónico-.

¿Me quieres prostituir o algo por el estilo? - el ríe con demasiadas ganas - Justin... – Me gana algo de desespero-.

Ay, lo siento... pero quiero que aproveches tus dotes ... -se pone de pie - ve a cambiarte y yo haré el resto, aunque no es mucho lo que se tenga que hacer para ti... sin maquillaje pareces un bombón recién salido de su caja - lo miro con algo de molestia haciendo que rueden mis ojos sé que, si no hago lo que me pide, tendré la cátedra de mi vida sobre cómo no presentarme a cualquier lugar. Regreso al baño y cierro la puerta, sin ponerle seguro - ¿A qué restaurante irán? -.

Peligro En Mi CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora