Capítulo 28

34 2 0
                                    

NARRADOR

— ¡Talía!– pronunció Regina llena de odio y rabia.

Iba a lanzarse contra su hermana para hacerle pagar por todo lo que le había hecho sufrir a Derek, pero por fortuna para Talía, Peter y su novio la retenían, o eso intentaban.

No tenían la fuerza suficiente para detener a Regina.

— Vosotros dos,– mando mi chico mirando a Theo y Liam– Ayudad a Peter y Aaron a evitar que Regina acabe asesinando a Talía.

Ellos obedecieron.

— ¿Y tú que harás?– preguntó Theo.

— Me quedó aquí con Derek. No pienso separarme de él.

Regina era implacable y tras unos minutos acabó tranquilizándose, un poco al menos. Lo suficiente para decir:

— ¡¿Que haces en mi casa?!

— Vine a por Derek.

— Nunca irá contigo– gritó el joven de lunares poniéndose protectoramente delante de su novio.

— Es hora de que deje todas sus tonterías y vuelva a casa. Estará mejor allí.

— Nunca– gritó Derek– Tú eres un monstruo y no te quiero en mi vida.

— ¡Soy tú madre!– elevó la voz.

— ¡No lo eres! ¡Que clase de madre hace que secuestren y torturen a su propio hijo!– elevó la voz– Regina es mejor madre de lo que tú lo has sido o serás jamás.

— ¡Fue por tu bien! Para que seas normal.

Al ojiverde se le escapó una pequeña lágrima.

— ¡La única que no eres normal aquí eres tú!– gritó Stiles dolido al ver a su novio sufrir.

Talía dio un paso adelante y fue entonces cuando Regina se zafó de todos los que le impedían el paso quedando a unos centímetros de distancia de Talía.

Hermana contra hermana.

— No te atrevas a poner un pie en mi casa, hermana, o te prometo que será lo último que hagas– amenazo Regina.

— ¡Como te atreves!– pronunció ofendida.

— ¡No! ¡Como te atreves tú! ¡Como te atreves a venir a mi casa después de todo lo que has hecho!

Talía la miró enfadada con el ceño fruncido.

— Cada vez que te veo siento un profundo asco, Talía. Te has convertido en un increíble monstruo. Eres incluso peor que madre.

Talía no dijo nada, pero se notaba que el último comentario de su hermana le había afectado.

— Nuestra madre, Cora, era dura, controladora, despiadada y cruel, pero tú has acabado siendo mucho peor. Ella al menos nunca juzgó a alguien por su orientación sexual.

Cada comentario de Regina era como una daga que se clavaba sobre Talía.

Talía cansada y furiosa por cada palabra de su hermana estaba a punto de lanzarse a por Regina, más una persona la interrumpió.

— ¿Que pasa aquí?– exigió saber al ver los rostros de Talía y Regina.

— ¡Cora!– dijo Regina sorprendida.

— ¡Hija!– exclamó en un mismo tono que su hermana– ¿Que haces aquí?

— Pregunté yo primero– frunció el ceño mirando a su madre y a su tía.

Su hermano no pudo callarse y le contó la verdad.

— Lo que pasa, querida hermanita, es que nuestra progenitora es un ser cruel y despiado que hizo un trato para que secuestraran y torturaran de las maneras más abominables posibles e imaginables a su propio hijo para curarlo de su homosexualidad.

Cora se puso pálida al escuchar a su hermano.

— ¿Como pudiste?– pronunció Cora con un hilo de voz debido al dolor de ver los actos tan despiadados que fue capaz de hacer su madre.

— Era lo mejor– se defendió Talía sin el más mínimo rastro de arrepentimiento– Yo soy vuestra madre y sé lo que es mejor para vosotros, aún cuando a vosotros no os lo parece. Y el sufrimiento de Derek es un pequeño precio a pagar por ser "curado".

Cora cerró el puño con dolor e ira mirando con desprecio a su madre.

Entonces antes de que se diera cuenta le dio un fuerte golpe en la cara a Talía.

— Bien hecho, sobrina– felicitó Peter y Cora entró a la casa.

— Eres horrible y no quiero tenerte más delante, así que LÁRGATE– exigió Cora desde dentro de la casa.

— Esto no acaba aquí– miró a sus hermanos y su hijo, después a su hija– Y tú, sigues siendo menor de edad, así que sigues a mi mando y me encargaré de hacer que te arrepientas de lo que acabas de hacer.

— Por supuesto que esto no acaba, hermanita– se burló Peter– Te recuerdo que aún tenemos un juicio pendiente.

— Nunca me arrebatareis lo que es mío– dijo furiosa Talía.

— Esa precisamente es la cuestión, querida– aclaró Regina con el ceño fruncido– Eso no es tuyo.

— Por supuesto que lo es. Por eso me casé.

— Nunca has querido a papá, ¿verdad?– dijo Derek con voz rota y su madre no contestó en un tiempo hasta que en su rostro se reflejaba pura maldad.

— ¡¿Por que crees que hice que tuviera ese accidente mortal?!

— ¡¡¿Tú asesinaste a papá?!!– exclamó el joven moreno.

Talía no contestó, solo se quedó mirando de forma tenebrosa y amenazante con una sonrisa a su hijo.

— Eres un monstruo y pronto se hará justicia contigo.

— Eso ya lo veremos– pronunció con odio dándose la vuelta y marchándose.

Hasta aquí este capítulo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hasta aquí este capítulo. Espero que os haya gustado mucho.

MAMÁ, SOY GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora