Capítulo 43

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DEREK

Hoy es jueves.

Había estado esperando que llegara este día toda la semana.

No solo porque así el fin de semana estaba muy próximo, también porque hoy tenia cita con mi psicólogo y después del tremendo ataque de ansiedad que había tenido hace unos días, me vendría muy bien.

Como supuse me vino bastante bien la sesión.

Al terminar la cita, puse la siguiente y fui hacia mi chico que me estaba esperando impaciente.

Stiles era quien siempre me llevaba y me traía de vuelta. Él es el mejor, lo sé.

Después fuimos agarrados de la mano hacia el jeep de mi hiperactivo chico, donde él conducía mientras yo le contaba cómo había ido la sesión, a pesar de saber que probablemente él había estado escuchando a través de la puerta.

Sin embargo al cabo de unos minutos me di cuenta de que no estábamos yendo por el camino de siempre.

— ¿Amor?– pronuncié confuso y él hizo un ruido con la garganta para que continuara hablando– ¿Por qué vamos por aquí?– fruncí el ceño– No es el camino indicado para llegar a casa de Regina.

Él soltó una pequeña carcajada.

— Eso sería un problema si fuéramos a casa de tu tía, Der.

— ¿Que?

No estaba entendido nada.

— Tú relájate. Es una sorpresa.

Yo intenté hacer justo eso, más no podía parar de darle vueltas a la cabeza.

Al poco rato mi novio detuvo el coche.

— Estamos en medio del bosque– proteste frunciendo más el ceño.

— Que te dije sobre relajarte– se burló él y yo bufé.

Stiles me guió a través del bosque hasta una parte en la que había una manta en el suelo y al lado una gran cesta de picnic.

— ¿Que es esto?– pregunté sin entender nada y él soltó una ligera risa.

— ¡Feliz día de San Valentín, Derbear!– exclamó y yo abrí los ojos ojiplático.

— Es... hoy– solté entre murmullos– Lo siento amor. No me acordé que hoy era 14 de febrero– me disculpe avergonzado por haberlo olvidado.

Más cuando mi novio se volvió a reír mi culpa disminuyó un poco.

— Me parece completamente normal con todo el estrés y la ansiedad por la que has estado pasando últimamente– le sonreí agradecido y algo ruborizado por entenderlo.

Tengo al mejor novio que existe.

— Ese es uno de los principales motivos por los que organice esto, Der. Para que olvides toda esa preocupación y te lo pases bien.

Yo estaba sonrojado cuando me acerqué a él y le di un casto beso, agradeciendo todo lo que estaba haciendo sin palabras.

— Siéntate mientras acabó de preparar las cosas– me pidió cariñosamente y yo asentí tímidamente.

A continuación mi chico sacó de la cesta bastante grande que tenía al lado una sábana algo vieja, pero aún así aún estaba blanca.

Yo lo miré confundido mientras él la ataba bien entre dos arboles, tensándola bien, con lo que no quedo ni una arruga en ella.

Seguí mirando atentamente a mi hiperactivo novio, intentando entender que estaba haciendo.

Entonces volvió junto a la cesta y de ahí sacó un pequeño aparato.

MAMÁ, SOY GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora