Capítulo 37

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DEREK

A la mañana siguiente, al despertar estaba abrazando a mi chico, el cual estaba prácticamente desnudo.

Tras llegar a casa ayer, Stiles y yo fuimos lo más rápido que pudimos a nuestra habitación, mientras nos besuqueábamos sin parar, donde follamos un largo tiempo como conejos. Intentando no hacer ruido, claro, ya que mis tíos estaban el la casa.

A pesar de que era por la tarde ya cuando despertamos, Sti y yo fuimos a la cocina a tomar un café.

Sabíamos que en tan solo unas horas llegarían nuestros amigos y que todavía teníamos que prepararnos, pero nos lo estábamos tomando con calma.

Mientras tomábamos un café y comíamos algo, Regina nos contó que mi tío Peter había salido con su chico, Aaron, que estarían y de hecho dormirían fuera, ya que según las propias palabras de Peter, quería estar a solas con su novio y tener intimidad.

Después ella nos dijo que en cuanto llegaran Theo, Liam, Isaac y Jackson nos llevaría a cenar a uno de los mejores, más caros y lujosos restaurantes de Storybrooke.

Sin embargo, para eso mis amigos tenían que llegar.

Era prácticamente de noche, de hecho estaba anocheciendo, cuando Isaac me acababa de enviar un mensaje de que Jackson no encontraba la ciudad y se estaba poniendo de los nervios, así que decidimos ir a recogerlos.

Mis amigos estaban a unos pocos metros de los límites de la ciudad.

Fuimos con el coche de Regina y una vez estuvimos todos juntos ella reorganizó a las personas que irían en cada coche.

Yo conduciría el coche de Jackson, ya que él era incapaz de ubicarse y encontrar la ciudad, de copiloto iría Stiles y detrás Isaac y Jackson, y en el de mi tía irían Theo y Liam junto con ella, obviamente.

— ¡¿Que?! ¡Pero si pase antes por aquí y no había nada!– se quejó Jackson una vez entramos en Storybrooke– ¡¿Que pasa?! ¡Que era invisible y no se ve hasta que un Hale entra!

Stiles se rió y yo rodé los ojos.

Seguí el coche de mi tía, el cual iba delante, hasta un impresionante restaurante.

Aparcamos los coches, uno al lado del otro, y seguimos a Regina hasta la entrada del restaurante, donde hablo con una persona y nos dieron una de las mejores mesas.

Era una mesa rectangular, la cual al lado de un gran ventanal y tenía unas vistas increíbles.

Había tres sillas en el lado derecho, tres en el izquierdo y una en el centro, que justo quedaba en frente del gran ventanal, presidiendo la mesa, en la cual se sentó Regina.

Yo me senté al lado de Regina, enfrente de mi, mi chico Stiles. A mi lado derecho Theo. Justo frente a él su novio, Liam. Al lado derecho de Theo se sentó Jackson y delante a él, Isaac.

La comida estaba increíble y la prepararon razonablemente rápido.

Todos ya habíamos acabado de comer nuestra respectiva comida y estábamos charlando animadamente cuando Regina, que estaba sentada frente al ventanal, entrecerró los ojos y luego frunció el ceño, entonces dijo con seriedad:

— Voy a pagar la cuenta– nos sonrió cariñosamente– Vosotros quedaros aquí mientras seguís hablando.

A continuación se alejó, marchándose de nuestro cambio de visión.

Tras eso me fijé en Theo, que se encontraba sentado a mi derecha, y su rara actitud, así que decidí hablarle susurrando para saber que le pasaba.

— ¿Que demonios te sucede?– pregunté con un hilo de voz directamente, sin andarme con rodeos– Desde que llegaste tienes esa cara de... bueno como la que yo llevo normalmente.

Theo suspiró y después dijo:

— Es por culpa de Liam– frunció el ceño– Desde que salimos de Beacon Hills no paro de enviarme mensajes por WhatsApp. Mensajes muy explícitos e insinuantes, ya sabes a lo que me refiero.

Yo abrí rápidamente los ojos sorprendido ante la información que Theo me acababan de soltar.

— Pequeña mierdecilla cachonda y provocadora– murmuró apretando los dientes y mirando a su novio, mientras yo pensaba en que tenía suerte en que tenía suerte de que a Stiles no se le diera por hacer algo así.

En ese momento miré al frente y vi a Stiles y a Liam cuchicheando entre susurros y soltando alguna pequeña risa, para que justo después mi chico me dirigiera una mirada traviesa y malvada.

"Mierda"– pensé.

REGINA

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REGINA

Me dirigí apresuradamente al mostrador donde rápidamente pagué la cuenta con mi tarjeta.

A continuación salí del restaurante y me acerqué al aparcamiento.

Era una noche tranquila.

No se escuchaba ni un ruido en la calle, tan solo el ligero viento y el sonido de mis tacones al caminar.

— ¿Querido, que estás haciendo?– pronuncie con un tono fuerte.

— Simplemente estoy dando un paseo nocturno.

— Sabes bien de lo que hablo– entrecerré los ojos– Te conozco bien, Gold, y sé que tú no sueles salir de tu casa o tú tienda a menos que estés planeando algo.

El Sr. Gold se quedó quieto apoyado con ambas manos en su bastón, sin decir nada, muy serio.

— Algo perverso seguramente. Y al margen de lo que sea que estes maquinando, deja fuera a mi sobrino. Él ya ha pasado por demasiadas calamidades.

— No sé de que hablas, querida. Solo escuché que la gran Regina Mills estaba de nuevo en la ciudad y quería saludar– intento fingir inocencia y sonrió.

— A mi no me engañas– el Sr. Gold se dio la vuelta– Sabes muy bien con quien estás tratando– alce la voz y en ese momento se detuvo unos instantes– Y como hieras o intentes dañarme a mi o a alguien cercano a mi, lo pagarás muy caro– pronuncie en un tono amenazante.

— Que así sea– contestó él con un tono parecido al mío.

Hasta aquí este capítulo

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Hasta aquí este capítulo. Espero lo hayáis disfrutado mucho.

MAMÁ, SOY GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora