Derek Hale es un chico gay.
A él le costó bastante aceptar su sexualidad, ya que su madre es bastante homofóbica.
Tras un tiempo lo acepto, pero decidió mantenerlo en secreto por temor a la reacción de los demás.
Sin embargo esa decisión cambió d...
— ¡Bienvenido a Storybrooke!– exclamé muy emocionado y esa emoción aumentó al ver la cara de mi novio que reflejaba pura y plena felicidad y alegría.
— ¡No me puedo creer que me hayas traído aquí!– dijo muy contento– Siempre he querido visitar esta ciudad. Es lo más bonito que han hecho por mi.
— Lo sé, Der– solté una pequeña risa– Y de nada, Derbear.
Entonces aparqué el coche en un sitio que encontré por suerte cerca de la zona centro de la ciudad.
A continuación, en cuanto el coche estuvo parado, mi chico salió de él rápidamente.
Yo solté una pequeña carcajada y después salí del jeep.
Una vez estuve fuera, Derek me empotró contra el coche y comenzó a besarme con pasión, devorando mi boca.
Yo enseguida le correspondí.
Nos separamos debido a que alguien nos interrumpió.
— Perdonad. Esto es propiedad pública. No podéis hacer eso– dijo el hombre.
Tras escuchar eso Derek frunció el ceño y iba a decir algo a ese hombre cuando alguien le interrumpió.
— Papá, venga, déjalos. Solo son dos chicos enamorados– la mujer nos dirigió una mirada sonriendo– Se les nota– ella volvió a dirigirle la mirada al hombre– No hacen daño a nadie.
El hombre estaba a punto de decir algo cuando Derek habló.
— Esto no será porque somos dos chicos, ¿verdad?– dijo con el ceño fruncido– ¡Porque somos gays!– dijo con un tono enfadado y acusatorio.
— ¡Que! ¡No, claro que no!– dijo el hombre algo incómodo y la mujer rió.
— Papá, déjamelo a mi.
— ¡Espera! ¡¿Como que, papa?! ¡Si parecéis prácticamente de la misma edad!– dije elevando algo la voz.
— Es parte de la magia de Storybrooke– dijo ella y luego soltó una carcajada.
— No tiene que ver con que seáis gays. Es solo que parecía que ibais a hacerlo ahí mismo– se excusó algo incómodo.
Derek y yo reímos.
— Tranquilo, señor. Lo sentimos si te pareció tal cosa y te incomodamos.
— Yo no lo siento– dijo mi Derek.
— ¡Der!– le regañe y la mujer rió.
— Bueno, mejor nos presentamos y así cambiamos de tema.
Yo le asentí y Derek elevó los hombros.
— Yo soy Emma Swan, soy la sheriff de Storybrooke.
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