Capítulo 34

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DEREK

Al fin había llegado el día que tanto esperaba.

El ansiado día de salir de viaje a Storybrooke.

Me encontraba en el coche de Regina, en el asiento de atrás. Ella iba conduciendo con mi tío Peter y su amado Aaron siguiéndonos en otro coche, el cual mi tío había alquilado, ya que no quería levantar sospechas ante nadie, sobre todo ante Talía, por si alguien veía el coche de ambos hermanos Hale salir de la ciudad.

Él incluso llevaba puestas unas gafas de sol y un sombrero para según sus palabras ir de incógnito.

A todos nos pareció gracioso, aunque algo ligeramente paranoico.

Aún así le agradecimos que a pesar de que él no quería pasar, ni celebrar la Navidad en Storybrooke, ni en la casa donde se crío hiciera el esfuerzo para que todo fuera lo mejor posible.

Otra de las mejores cosas para mi, es que Stiles iba a mi lado. Él estaba dormido recostado sobre mi.

Aún quedaban un par de días de clase para las vacaciones de Navidad, pero nos habían permitido faltar para que pudiéramos salir de viaje y ayudar a preparar la casa para el gran día.

Fue idea de mi tío Peter y Aaron.

Regina y Claudia estuvieron de acuerdo casi al instante.

El que tardo más en aceptar y protestó un poco fue el padre de Stiles, más al final acabó aceptando gracias a la presión de ambas mujeres y bueno tampoco es que le quedara más remedio tras ver la mirada fiera y dominante de su mujer.

Me sentía inmensamente feliz e iluminado por las increíbles vacaciones de Navidad que me esperaban.

Suspiré con satisfacción y cerré los ojos, relajándome más y dejándome llevar por el sueño hasta que estuve en los brazos de Morfeo.

NARRADOR

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NARRADOR

Una vez Regina llegó a Storybrooke y aparcó su coche cerca de la casa de su infancia procedió a despertar a su sobrino y al novio de este, no sin antes sacarles un par de fotos, ya que la imagen ante ella le pareció adorable.

— ¿Ya llegamos?– preguntó el chico moreno bostezando.

Regina asintió sonriente.

— Así es– Peter se acercó agarrado de la mano de Aaron– Este fue nuestro hogar hace mucho– suspiró con cansancio.

— Tranquilo– le susurró Aaron a su novio al oído– Yo estoy a tu lado

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— Tranquilo– le susurró Aaron a su novio al oído– Yo estoy a tu lado.

— Es grande– le dijo Stiles a los tíos de su novio– Aunque no tanto como la de Regina en Beacon Hills.

La mujer soltó una pequeña risa.

— Bienvenidos a la casa Mills.

— ¿Mills?

— Está casa, Stiles, era propiedad de mi madre,– Regina dirigió entonces su mirada a su sobrino– tu abuela Derek, Cora Mills.

— ¿Que fue de ella?– preguntó el joven castaño con curiosidad.

En ese momento ambos hermanos se miraron con seriedad a los ojos.

— No es relevante– le sonrió Regina a ambos jóvenes intentando evitar esa pregunta.

Ambos jóvenes elevaron los hombros mirándose el uno al otro.

— Bueno, entremos– mando la mujer, mientras abría la puerta con la llave.

La joven pareja la siguió mientras Peter y su novio se tomaban su tiempo.

Peter suspiró, buscó el valor para entrar y apretó con fuerza la mano de su amado antes de entrar a la casa.

Nada más entrar cada uno veía alarmado el interior de la casa.

— Todo está hecho un desastre– comentó Stiles y su novio le dirigió una mirada severa– Sin ofender.

— Tantos años le han pasado factura– se pasó la mano por el pelo Regina– Más sé que entre todos podemos arreglarla y adecentarla para el gran día.

— ¿Tú crees?– preguntó Aaron escéptico con los ojos como platos viendo toda la suciedad y el estado en general de la casa.

— Claro que si– dijo la morena intentando ser optimista– Solo necesita una pequeña limpieza.

— ¿Pequeña?– río Stiles sarcásticamente.

— ¡Stiles!– le regañó su novio.

— ¿Que? Sé que tú piensas lo mismo, Derbear.

Derek entonces se sonrojó y miró al suelo, lo que al joven de lunares le pareció muy lindo.

Es cierto que Derek pensaba así, pero no quería ofender a sus tíos despreciando e insultando el hogar de su infancia.

— Hogar, inmundo hogar– bufó Peter mientras recordaba la última vez que piso esa casa.

Hasta aquí este capítulo

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Hasta aquí este capítulo. Espero lo hayáis disfrutado.

MAMÁ, SOY GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora