Capítulo 38

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DEREK

En cuanto Regina regreso de pagar la cuenta, salimos juntos del restaurante y Regina, Stiles y yo les hicimos un rápido y básico tour por la ciudad a Jackson, Isaac, Theo y Liam para después llevarlos a la gran casa Mills y mostrarles sus respectivas habitaciones a cada pareja.

Ahora Stiles y yo nos encontrábamos en nuestra habitación, sobre la grande cama, ambos semidesnudos, besuqueándonos sin parar.

Nuestras lenguas danzando juntas, a la vez que acariciando con nuestras manos todo lo que podíamos del cuerpo del otro y frotando nuestras entrepiernas brevemente.

— Te quiero muchísimo, Sti– dije entre jadeos separándome un poco de mi chico para tras acabar de decirlo volver a devorar sus deliciosos labios.

— Yo también te quiero muchísimo, Derbear– me respondió con la respiración agitada y sonrió con amor– Pero estoy algo cansado, cariño, así que mejor vamos a dormir– en ese momento se acostó en la cama.

Yo abrí los ojos como platos.

Desde que salimos del restaurante y gracias probablemente a la conversación de mi novio con Liam, Stiles no paro de provocarme, hasta que consiguió lo que pretendía, ponerme muy excitado y duro. Y justo así es como estaba ahora

No entendía por que quería parar justo ahora, así que me acerqué a él y le besé en el cuello.

¿Más cual fue su reacción? Pegarme en la cara con un cojín.

Yo gruñí frustrado.

— Silencio gruñon, amargado y cachondo. Quiero dormir.

Entonces fruncí el ceño enfadado y me tumbe en la cama al lado de Stiles.

Intenté dormir a pesar de que estaba increíblemente duro y caliente mientras escuchaba a mi cruel novio soltar una pequeña risita.

STILES

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STILES

En este momento me encontraba en la habitación que Regina les había dejado a Liam y Theo.

Liam estaba solo en la habitación, así que aproveche el momento para con rapidez darle darle una fuerte bofetada.

— ¿Y eso a que viene?– se quejó frotándose la zona golpeada.

— Por culpa de tus ideas de mierda ahora Derek está enfadado conmigo.

— ¿En serio?– se rió mi rubio amigo y yo le miré con odio.

— Dijiste que me follaría hasta dejarme sin sentido y prácticamente incapaz de moverme– le grité– Y en lugar de eso, apenas me dirige la palabra.

— Pues no lo entiendo– ladeó su cabeza confundido– Con Theo siempre me funciona y me funcionó– me miró con complicidad.

Me dieron ganas de golpear de nuevo a Liam y yo lo miré con odio y enfado.

MAMÁ, SOY GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora