Capítulo 31

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DEREK

Stiles y yo acabábamos de salir de la consulta del doctor Archie Hopper y ahora mismo nos encontrábamos en el jeep de Stiles de camino a casa de mi tía.

Stiles es quien iba conduciendo.

Yo fruncí el ceño ya que se me había prometido una explicación y aún no había empezado dicha explicación.

La paciencia no es una de mis virtudes, lo sé.

— Empieza a explicar, amor– le exigí con el ceño fruncido.

Él bufó.

— Bueno, Der, sé que he estado un poco raro últimamente.

— ¡¿Un poco?!– exclamé, pero él me ignoró y siguió hablando.

— Tiene un motivo. Después de lo que pasaste en ese lugar horrible, pensé que tal vez necesitaras un tiempo para recuperarte y no te apetecía hacer nada.

— Amor, sabes que a mi siempre me apetece– rodé los ojos con frustración.

— Es bueno saberlo– sonrió travieso– Fui paciente y espere a que me dieras una señal o me comunicaras que estabas listo, pero nada paso.

Él bufó con desesperación.

— Y ese también es el motivo por el motivo por el que estaba comportándome tan extraño, debido a lo difícil que es controlar las ganas que tengo de sentir nuestros cuerpos juntos, de sentir piel con piel, sentir como nos fundimos juntos en un solo ser.

— La próxima que se te ocurra tan tremendo disparate dímelo para decirte– eleve un poco la voz– ¡¡la gran estupidez que es eso!!– entonces inhale aire y luego lo expulse– Yo también te he echado muchísimo de menos.

— Me alegra escuchar eso, Der– sonrió.

Pocos minutos después aparcó el jeep en un callejón.

— ¿Que hacemos aquí?– pregunté confuso.

— Recuperar el tiempo perdido– me miró con lujuria y luego me guiñó el ojo.

Tras eso nos besamos apasionadamente, como hacia tiempo no lo hacíamos.

— Ve al asiento de atrás, Der– me pidió.

Yo lo hice de inmediato.

Tenía tantas ganas como él de lo que iba a suceder en unos minutos.

Mientras me movía hacia el asiento de atrás, mi chico me dio una fuerte nalgada.

Al mismo tiempo que Stiles también iba al asiento de detrás del jeep, desabroché mis pantalones y moví mi cadera hasta que el pantalón y el bóxer estaban alrededor de mis tobillos.

Pude ver como a mi chico le encanto lo que acababa de hacer. 

Además yo ya me encontraba bastante emocionado.

Stiles trago saliva al ver mi polla dura, la cual ya estaba mojada con líquido preseminal.

Mi castaño colocó sus manos sobre mis muslos mientras se inclinaba hacia delante y tomaba la cabeza de mi polla en su boca.

Yo gemí en voz alta y Stiles al escucharme cogió mis manos y las puso en su cabeza, haciéndome así saber lo que él quería.

Que yo tomara el control.

Le ayudé a bajar la cabeza, tragando más de mi a medida que avanzaba.

Ambos estábamos muy contentos por la falta de reflejo nauseoso de Stiles.

MAMÁ, SOY GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora