Capítulo 35

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NARRADOR

— Hogar, inmundo hogar– bufó Peter mientras recordaba la última vez que piso esa casa.

Flashback

Hace unos cuantos años, un joven Peter se encontraba de noche bajando las escaleras hacia la puerta de la entrada de la casa con cautela.

Él había decidido escapar de esa casa y de su autoritaria madre.

Llevaba una mochila y una pequeña maleta.

Puede que no fuera mucho, más sabia que si algún día necesitaba algo que tenía en la casa podría contar con su hermana Regina, a pesar de que esta no tuviera ningún conocimiento de su plan de huida.

Peter le dejó una nota a su hermana Regina con una explicación.

Conocía bien a su hermana y sabía que si ella estuviera al tanto de sus planes intentaría convencerlo de no huir y encontrar juntos una solución.

"Lo siento, Regina. No puedo dejar que madre siga controlando mi vida"– pensó– "O nunca podré ser feliz. Espero que lo entiendas."

Suspiró con pesadez y pena, cuando de repente cuando ya había llegado al final de las escaleras y solo le quedaban unos metros para llegar a la puerta, se encendió la luz de ese pasillo y frente a él se encontraba una furibunda Cora.

El joven Peter miró asustado a su madre.

Ella se hallaba situada entre su hijo y la puerta, interrumpiendo el paso.

— Podías haber dejado al menos una nota– pronunció la mujer con saña.

— Madre, yo...– intento explicarse, sin embargo fue interrumpido.

— ¡No sigas!– exclamó– Sales de mi casa en plena noche y crees que no voy a notarlo. ¡Como te atreves!

— Es imposible razonar contigo– pronunció con pena– Por una vez escúchame, madre– suplicó.

El joven Peter intentó explicar a su inflexible madre sus sentimientos.

— Es cierto que me gustaría acabar la carrera y convertirme en un gran abogado, pero no por ello dejaré de lado todo lo demás en la vida– suspiró– No quiero renunciar a mi novio, ni al amor.

— Tú no sabes lo que quieres, más yo si– dijo con altanería– He sacrificado todo en la vida para llevarte a la cúspide de la grandiosidad– empezó a alzar el tono de voz– para que lo arruines todo por amor.

— Es mi vida, madre– frunció el ceño intentando defenderse y en ese momento Cora soltó una carcajada.

— Pobre necio– sonrió perversamente negando con la cabeza, para a continuación mostrar su rostro serio y una mirada de furia y rencor– ¡Es mía!– Peter miraba dolido a su madre mientras esta hablaba– Tras todo lo que tuve que luchar y los tratos que tuve que hacer para salir de la pobreza y gozar de esta vida, ¡tú quieres desperdiciarla!

Entonces Peter entrecerró los ojos y se dirigió enfadado a Cora.

— Yo le quiero y sé que él a mi también.

— Yo también te quiero– pronuncio sin hacer ninguna expresión facial que demostrara sentimiento alguno.

— ¡Si me quisieras no me impedirías amar, ni me obligarías a separarme de él!

— ¡Y si tú me quisieras no tratarías de fugarte!

— Lo siento, pero esta es ¡mi felicidad!– suspiró– ¡Me voy!

MAMÁ, SOY GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora