Capítulo 46

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NARRADOR

Tras terminar de leer los mensajes del moreno, Stiles se encontraba ojiplatico sin parar de leerlos una y otra vez por si su inmensa e intensa imaginación se la estaba jugando.

Más por desgracia no era así.

Alguien había saboteado el coche del tío de su novio para que este tuviera un accidente.

El castaño sabía perfectamente quien era la persona responsable.

Solo una persona podría haber hecho algo así, solo una persona sacaría beneficio de ese accidente, ya que además de ser su tío, también era el abogado de Derek y sin su inteligente y perspicaz abogado el joven ojiverde no tenía ninguna oportunidad en el juicio.

Esa persona era claramente la cruel Talía Hale.

Debido a los mensajes que le mando su novio a Stiles era obvio que el moreno también sabía quién había provocado ese horrible suceso.

Stiles espero impaciente a que esa aburrida clase terminara para a continuación irse del instituto hacia el hospital donde se encontraba su amor.

Él no le dijo nada a nadie, ni siquiera a sus amigos que lo miraban extrañados. Simplemente se largo de ahí y fue a donde sabía que lo necesitaban.

Llegó al hospital velozmente debido a que no paro de correr hasta que alcanzó su destino y entonces se dirigió a la sala de espera, donde supuso que se encontraba su amado gruñón.

Efectivamente ahí se encontraba de pie.

Se notaba en el rostro del moreno la preocupación y el temor, así que sin pensarlo dos veces el ojimiel se acercó a él y lo abrazó con fuerza.

Derek se sorprendió mucho al sentir que lo abrazaban, olvidando un poco su estado de angustia anterior ante ese contacto inesperado, más al comprobar de quién provenía se relajó un poco y correspondió el abrazo.

— ¿Que haces aquí, amor?– preguntó suavemente el de ojos verdes a su novio aún abrazándole con fuerza a la vez que amor.

Entonces el chico de lunares se alejó un poco, pero sin romper el abrazo, y miró a los hermosos ojos verdes de Derek antes de soltar con una ceja elevada:

— No creerías que iba a dejar a mi asombroso novio pasar solo por una situación tan horrible y dura como esta, ¿cierto?

— Eres el mejor, Sti– le mostró una débil y triste sonrisa a su hombre.

— ¿Que tal se encuentra tu tío?– interrogó con pena.

En ese momento Derek se separó del castaño, rompiendo el abrazo y se apartó un poco.

Entonces Stiles se dio cuenta de que había alguien detrás del moreno.

Él vio a Regina primero y a su lado a Peter con el ceño fruncido característico de los Hale.

El joven de lunares se quedó paralizado, con los ojos como platos, en shock, antes de ponerse a balbucear monosílabos sin sentido.

— Pero... como... No... Yo... creí... Tú... Él...

Todos los Hale le miraron confundidos sin entender nada y entonces inhalo y exhaló organizando las palabras que necesitaba soltar para que así le entendieran.

— ¿Peter no había tenido un accidente? Porque de ser así no lo parece– arrugó el entrecejo confundido– Al menos eso fue lo que tú me dijiste– dirigió su mirada entonces al joven Hale.

Derek le frunció el ceño.

— Eso no es cierto.

— ¡¿Como que no?!– exclamó el de lunares.

— Vuelve a leer los mensajes, Sti– suspiró– Dije que el coche de Peter tuvo el accidente, más en ningún momento mencione que fuera mi tío quien iba en él.

— Bueno,– pronunció releyendo los mensajes de su chico y tragándose el orgullo el joven castaño– tienes razón. Pero– volvió a arrugar el ceño confundido– si Peter no iba en el coche, ¿quien lo hacía?

— Mi querido y amado prometido, Aaron– contestó Peter con dolor y pesar.

— Estamos esperando noticias de los médicos– contestó Regina a la pregunta que estaba a punto de realizar el ojimiel antes de que la hiciera.

El joven chico de lunares asintió con tristeza y a continuación los cuatro estuvieron en silencio, únicamente siendo este roto cuando Derek le susurró a su novio al oído un agradecimiento por estar ahí, haciendo que el castaño se sonrojara un poco, y cuando la doctora se acercó para hablar con ellos.

— ¿Dra. McCall, como está mi Aaron?– interrogó Peter tremendamente alarmado por la situación y por el rostro de la médica.

— Lamentablemente está bastante grave. Ha tenido muchísima suerte de seguir con vida tras ese horrible accidente– arrugó el ceño con pesar.

— ¡¿Se recuperará?!– pronunció aún más intranquilo y nervioso Peter.

La doctora Melissa McCall asintió con una triste sonrisa.

— Con el tiempo si. Bastante tiempo. Pero obviamente debe estar ingresado aquí hasta entonces.

Peter asintió tragando saliva con dolor.

— ¿Podemos verlo?– acabo preguntando el abogado.

La doctora asintió y lo acompañó hasta la habitación donde se encontraba Aaron.

Hasta aquí este capítulo

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Hasta aquí este capítulo. Espero os haya gustado.

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