Capítulo 41

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NARRADOR

Stiles y Derek se encontraban ahora en su habitación.

Bueno, en realidad el único que se encontraba en la habitación era Stiles.

Su novio estaba en la ducha que había justo al lado de ese cuarto.

Después de que la fiesta de Nochebuena acabara y cada persona se retirara a su respectiva habitación, el castaño y el moreno decidieron darse una buena ducha, siendo el chico de lunares el primero.

Stiles estaba esperando tumbado en la cama muy aburrido a su novio.

Intento ponerse a dormir, más aún no era capaz.

— Stiles, mi amor– canturreo felizmente el ojiverde.

El mencionado rápidamente levantó la cabeza, la cual tenía apoyada en un cojín para ver al dueño de esa voz que tanto adoraba.

Sin embargo la vista que tenía ante él le sorprendió muchísimo.

Más fue una sorpresa muy agradable para sus ojos.

Ante el chico de lunares se encontraba su querido novio vestido con un gorro negro de Santa Claus, solo con un gorro de Santa Claus para ser exactos.

Tan veloz como le fue posible el ojimiel se lanzó a los fuertes brazos de Derek y cerró la distancia entre sus respectivos labios.

Sus labios se tocaron con ternura para que justo después el moreno acariciara con su lengua la superficie lisa y suave del labio inferior de su novio, pidiéndole permiso para entrar, el cual obviamente el castaño permitió encantado.

Derek lanzó su lengua dentro de la boca de su hombre, la paso sobre los blancos dientes de el mencionado. Al chico de lunares le gustó mucho eso así que con desespero abrió más su boca y con su propia lengua se lanzó a una batalla con la del ojiverde, explorando cada uno la boca del otro.

Mientras tanto Stiles se pegó más a su chico, tocó y acarició cuanto pudo del asombroso y delicioso cuerpo desnudo del ojiverde.

Con ansia y un muy fuerte e intenso deseo se devoraban la boca el uno al otro, deslizándose una lengua sobre la otra.

En un momento dado después de estar un largo tiempo en un baile de lenguas, Stiles acarició el pecho de Derek llegando hasta un pezon y acariciandolo suavemente con sus dedos pulgar e índice, para luego bajar su boca hasta el otro pezon y comenzar a lamerlo.

Ambos hombres se encontraban ahora en un obvio estado de excitación, por lo que sin pensarlo dos veces el chico de lunares se alejó un poco, tan solo unos centímetros y se desvistió velozmente dejándose solo puesto su nuevo colgante, para a continuación volver al lugar que le pertenecía, frente a su novio, y agarrar y justo después apretar suave y cuidadosamente la gran polla del moreno, sintiendo su calor y como se endurecía todavía más.

— Estoy ansioso por tener en mis labios y boca este gran bastón de caramelo, Santa– pronunció muy excitado y lujurioso el chico de lunares sin dejar de mirar ni por un segundo la polla de su chico.

Derek soltó una carcajada malvada.

— Bueno, ¿así que eso es lo que quieres, pequeña perra?

El ojimiel se sorprendió de oír a su novio hablándole así. Nunca lo había hecho, más a Stiles le encantó, lo puso mucho más cachondo.

— Sé que lo que hiciste anoche, calentándome y luego dejándome con las ganas fue para que fuera más duro contigo– rió– Y eso es lo que obtendrás– sonrió de forma malvada.

MAMÁ, SOY GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora