***ATENCIÓN: SPOILERS SI NO HAS LEÍDO LOS DOS LIBROS ANTERIORES***
SINOPSIS
La caída de Vicuse a manos del ejército rebelde hace que el Imperio se tambalee.
Ayna es ahora un importante símbolo de la resistencia y Fahran debe aprender a sobrevivir e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
GADEA
Mientras pasaba una esponja por las largúisimas piernas de lass Veleida, pensaba en la forma de convencer a la señora Ekins de que la enviase al cuarto de lass Níbea sin levantar sospechas.
—No soporto pensar que está tan cerca —musitó Veleida como para sí mirándose las uñas sin verlas en realidad—. Que vivimos bajo el mismo techo. Y que toda Triara la adora. ¡La pobre Ialmyr rescatada de los rebeldes! Pensé que Dresdent la haría sufrir, que los haría sufrir a ambos, pero se dedica a pasearla por las ciudades como si fuese una joya preciosa. Y aún por encima va a unirse a Vaerian. Se convertirá en su hija. Vaerian debería ser para mí en cuanto Fahran muera.
Gadea detuvo la esponja, sin saber si Veleida estaba esperando una respuesta por su parte o si solo pensaba en voz alta.
—No te he dicho que pares de frotarme.
—Perdón, mi señora.
—Al menos, lass Níbea sí está sufriendo. Lorr Floyd me ha dicho que le ha arrebatado toda su dignidad. Que vive como una pordiosera. Ha prohibido que las criadas entren a asearla o a limpiarle el cuarto, y hasta le ha vaciado el armario. Myrla me ha dicho que su degradación ya se comenta en las plazas y entre los criados. Pronto será el hazmerreír hasta de los mozos de cuadra y de los pedigüeños de los callejones.
Gadea se mordió el labio. Sabía de sobra lo que lorr Floyd había estipulado para lass Níbea, y precisamente esas órdenes eran las que le impedían comunicarse con ella para planear la fuga de Ayna. Ya hacía más de una semana desde que había logrado que la enviaran a recogerle la bandeja de la cena con aquella nota para la Ialmyr, y Gadea veía crecer la desesperación en los ojos de Ayna cada vez que le tocaba ayudarla a posar para la costurera que estaba confeccionando su traje rojo de unión.
—Pensaba que la admirabais.
—¡Lo hacía! Hasta que reveló su verdadera naturaleza. Es una impía y una traidora como su hijo. Ha desafiado al gran Ialmyr y al Ialme al intentar salvarlo. Me ha dicho cosas sacrílegas sobre lorr Dresdent.
—Supongo que solo está preocupada por su hijo.
Gadea se arrepintió al instante de haber pronunciado aquella frase. Veleida giró la cabeza con mucha lentitud y clavó en ella sus ojos violáceos. El pecho comenzó a subirle y bajarle a toda velocidad, formando remolinos de espuma con olor a lavanda recién cortada. El labio superior se le retrajo, dejando al descubierto unos dientes muy blancos y bien alineados.
—Yo estaba preocupada por mi hijo —siseó—. Ella maleducó al suyo para convertirlo en el ser abyecto que es ahora. No soporto seguir unida a él. Pero al fin he encontrado la manera de revertir nuestra Unión. He hablado con el sacerdote Taleas. Le ha escrito al sumo sacerdote de Fortama y me aceptará allí como penitente. Serviré al Ialme durante un año y después emitirá una bula que anulará mi unión. Si tengo suerte, Fahran morirá antes y podré abandonar el monasterio antes del tiempo estipulado.
