Me cansé de quien no me ama

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Sigo tratando de procesar lo que a dicho. Me levanto de la silla y aunque debería estar contenta con lo que me ha dicho algo en mi no cree lo que dice.

-Se que será difícil para usted créeme, y lo comprendo pero por eso vine hasta aquí, se que tengo las de perder volviendo a este país y peor al estar hablando con usted, Louis me mataria- se levanta para ponerse frente a mi -Él sabia que era posible que no fuese suyo y se lo dije pero no quiso entender. Lo que más le dolió fue mi infedelidad así que decidió que me fuera y lo acepte porque era la decisión correcta, por eso no volví antes, si bien Louis lo intento, yo ya tenía una vida allá. El padre de mi hijo vino conmigo, eso él no lo sabe...- dice en un susurro lo último.

-Por qué no se lo dijiste?

-Por la misma razón que no le dije que viene.

-También le tienes miedo?- le pregunto asombrada.

-Siempre fue cariñoso conmigo pero la bebida lo ha cambiado.

-Imaginate como es conmigo- digo pero enseguida me arrepiento.

-Es mi culpa- dice con lágrimas en los ojos.

-En parte pero tiene más razones para odiarme- digo con tono seco -Para qué viniste?

-Para contarle la verdad, que sepa que no es su hijo. Me imagino que no debe ser nada agradable pensar que su esposo tiene un hijo con alguien más.

-No, no lo es.

-Al menos puedo darle esa paz aunque se que no es suficiente, y le quiero decir que desde hoy desaparezco de la vida de Louis. Me iré a otro país, él no lo sabe ni lo sabrá.

-Sabe qué no es su hijo? Porque si no, él te buscara a como de lugar.

-Ya debe haberle llegado la prueba de paternidad- asiento -Quería decírselo yo mismo- suspira -Se que no me perdonará, yo tampoco lo haría pero espero que algún día lo haga, usted es mejor persona que yo.

Agacho mi cabeza -Rafael te acompañará hasta la puerta.

Se va y me siento en la silla a pensar en todo lo que me ha dicho. Sin duda es un peso menos de encima saber que no tiene otro hijo, pero duele, duele saber que aún así él la ama con locura, que aún así la buscará por mar y cielo, la envidio, tener a alguien que te ame de manera tan incondicional, de manera tan intensa y genuina.

Entro a casa y busco a mi hija y la abrazo con fuerza mientras inevitablemente empiezo a llorar. Lilith se espanta y quiere también llorar pero no se lo permito, me abraza hasta que seco mis lágrimas.

Escucho un golpe en mi puerta, abro los ojos y ya es de noche.

Abre la puerta y me ve con Lilith en mis brazos acostadas, la hago a un lado y la acomodo con cuidado y camino hacia él.

Me entrega un sobre -Ya no debes de preocuparte- me dice totalmente frío.

Abro la prueba de paternidad y veo sus ojos -Aún así irás tras ella.

-No, se acabo- no creo en sus palabras -Me canse de amar a quien no me ama- escucho como se le entre cortan las palabras y ve hacia otro lugar para que no me de cuenta de sus ojos rojos por lo que supongo que lloro antes.

Mi cuerpo sin consultarme envuelve con mis brazos su cuerpo, se estremece y me hace a un lado con fuerza, me quedo desconcertada.

-Lo siento... no pretendía nada más... yo...

-No por esto significa que estaré contigo ahora.

-Lo sé, tampoco es que quiera estar con alguien así- digo en voz baja pero me escucha.

-Supongo que nadie.

Sale por la puerta y se va.

A pasado unos días y como es usual, cada que pasa algo con Clarisa, Louis se refugia en otros lugares y en la bebida, aunque ahora escuchado que pasa en varios burdeles de la ciudad.

Rafael se ha convertido en un gran confidente mío. Desde que nació Lilith y por la presión de los medios Louis lo contrato, poco después comenzamos hablar y ahora tenemos una buena amistad.

Me cuenta que los rumores de mi país son cada vez más grandes y muchas personas aquí también creen en lo que escuchan.

He hablado con mis padres y me confirman que la situación no es nada agradable a pesar que el rey ya salio a desmentir todo pero nadie le cree.

-Es algo pasajero, siempre pasa eso con los reyes, la gente se aburre y empieza a inventar.

-Cómo los rumores del príncipe Louis?- reímos los dos.

Lilith esta tomando una siesta y aprovechando la situación salí a tomar el poco sol que queda ahora que pronto viene el invierno.

-No te cansas de estar todo el tiempo a mi lado? A veces puedo ser muy aburrida- rio.

-Para nada mi princesa.

-Ya te he dicho que no es necesario que me digas así, somos amigos.

-Es un alago, no a todos nos pueden llamar de esa forma- sonrío.

Le pido que se siente a mi lado y lo hace mientras seguimos conversando.

Me habla acerca de su familia y sobre todo de su pequeño hermano que tanto quiere.

-Cuándo conoceré a la futura señora de Lunderber?

Rie -Mi trabajo no me lo permite.

-No debes limitarte por mi.

-Es complicado cuando debes estar a lado de una princesa las 24 horas del día, además las mujeres tienden a sentirse celosas ante su presencia- me sonrojo y le doy un suave golpe en el hombro.

A altas horas de la noche llega Louis haciendo un escándalo. Bajo corriendo y aunque esta Rafael tratando de ayudarlo pues Louis no puede ni estar parado, veo a una mujer con ropa muy sugerente a un lado.

-Subelo a su habitación- Louis intenta hablar pero solo tartamudea.

Rafael al ser más fuerte que él se lo lleva.

-Debes irte.

La chica también se ve algo tomada pero sus mejillas están sonrojadas.

Vuelvo a insistirle -O deberé llamar a los guardias.

Intenta hacer una reverencia y como puede se va.

Baja Rafael y va en busca de la mujer para que nadie la vea salir.

Para nuestra suerte nadie la vio llegar ni irse.

Estoy furiosa con Louis y quisiera subir a matarlo pero Rafael me controla.

-Es mejor que vaya a dormir.

-De todas formas no podré- digo de mala forma.

-Pediré que hagan leche con miel.

Nos sirven las tazas calientes, y de un momento a otro siento que mis ojos se empiezan a cerrar.

Cuando los abro siento que unos brazos me sujetan.

Me doy cuenta que mi cabeza esta apoyada en el pecho de Rafael y él intenta levantarme para llevarme a mi habitación.

-Lo siento- digo sonrojada -Será mejor que vaya a mi cama- digo apartándome y me despido.

El sufrimiento de las reinas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora