El sufrimiento de las reinas

Impotencia

Lloro por mucho tiempo. Me atragantó con mis propias lágrimas. Mi cabeza duele y no puedo creer como en menos de un año mi vida a cambiado tanto y ni si quiera empieza todo esto... todo esto qué va a durar toda la vida?...

Mi corazón late con mucha velocidad y mi mente empieza a conjurar miles de pensamientos y planes para escapar pero ninguno es capaz de realmente concretarse satisfactoriamente.

-Por qué no me dijiste?- dice Loreine con los ojos cristalinos.

Me ve como estoy y corre abrazarme. Lloramos juntas por mucho tiempo.

-Lo siento Loreine. Nadie me decía exactamente donde iría pero me acaba de confirmar el lugar que me dijo Magda- sus ojos vuelven a llenarse de lagrimas -Me voy en tres días y ya no regreso- digo ahogando mi llanto.

Me duele mucho esto, duele en lo más profundo de mi corazón y una gran razón es por ella. No quiero dejarla aquí, no quiero que se quede sola, y encima pensar que probablemente en poco tiempo tenga mi mismo cruel destino, hace que mi corazón se estreche.

-Sabes si mis padres ya tienen alguien para mi?

-No me dicen nada. Ni si quiera en la que me involucra a mi. Lo siento.

Es mi hermana pequeña, con quien más estado, la he cuidado desde pequeña. Aunque es mínima nuestra diferencia de edad siempre nos hemos cuidado la una a la otra, siempre hemos sido las dos.

-Intentare llevarte si?- me regresa a ver con leve esperanza -Intentare llevarte con nosotros. Solo dame tiempo.

-Como harás para que ese ogro acepte? Es imposible.

-Lo conseguire. Nada es imposible, verdad?- la abrazo -Solo espero que no sea demasiado tarde- digo susurrando.

Nos limpiamos las lágrimas y nos vamos a cambiar. Debemos estar listas en poco tiempo para la fiesta de año nuevo que se celebra en el palacio.

Me coloco un vestido dorado con cruces de la misma tela en el pecho y en la parte de abajo se abre con muy poco volumen. De nueva cuenta uso el collar de mi abuela.

Ya todos estamos listos y salimos rumbo al palacio.

Llegamos y ya hay mucha gente.

A diferencia de la fiesta de navidad, que es más intima donde solo esta la familia, en esta hay mucha gente invitada, políticos, alcaldes, famosos, empresarios entre más, y obviamente toda la familia.

Entramos al salón principal que ya esta lleno de gente, con música y varios meseros sirviendo champaña.

Trato de pasar lo mejor posible disfrutando de la fiesta con compañía de los pocos familiares que me pueden llegar agradar todavía.

No pasa mucho y llega Louis.

Veo que va directo donde el Rey y habla con otras personas más. Pasa bastante rato y veo que no hará intención en saludarme así que lo ignoro y sigo tomando champaña y bailando.

-Señorita Hutcherson- escucho que alguien detrás mio.

Se presenta como el primer ministro de Escocia. Me asombro y lo saludo.

-Esta muy hermosa usted esta noche, si me permite decirlo su futuro esposo- dice regresando a ver a Louis que esta a su lado -Como toda una futura princesa.

Caigo en cuenta que ese será mi nuevo titulo cuando me case con Louis. Ni había pensado en eso.

-Muchas gracias ministro Campbell.

-Fue un gusto al fin conocerla en persona. Me despido para dejarlos disfrutar de la noche.

Se despide de Louis y estoy por girarme en dirección contraria y siento como con fuerza sujeta mi cintura. Con su otra mano sujeta la mía y yo pongo mi otra mano en su espalda.

Comenzamos a bailar y creo que es el baile más incomdodo del mundo. Los dos tratamos de ver hacia otro lado sin que nuestras miradas se crucen. Esta acción se me dificulta pues él es mucho más alto que yo, así que veo la mitad de su hombro y la otra mitad el resto de personas que bailan a nuestro al rededor.

La música se detiene ya que pronto serán las campanadas.

Intento alejarme pero él aprieta más sus manos en mi cintura y mano.

Se acerca a mi oído generando un escalofrío en mi -Más te vale empezar a fingir bien, porque no quiero cámaras rodeandome cada segundo- dice serio y con un tinte de amenaza.

Me suelta de golpe haciendo que me desequilibre un poco y se va.

No se que quiere que haga si él evita todo el tiempo estar cerca de mi, aunque yo también, pero él ni siquiera esboza una falsa sonrisa y siempre parece que existe una barrera de metros entre los dos. Todos se dan cuenta de eso.

Me di cuenta desde que empezamos a bailar que uno que otro flash es para nosotros.

Voy donde mis hermanas y el Rey empieza su discurso.

Brindamos y un minuto después empiezan las campanadas. Todos los años pareciera que esto está cronometrado.

Las campanadas retumban en todo el palacio y si estas fuera, se escucha también por toda la ciudad.

Ya van 5 campanadas, solo quedan 5 más y se acaba el año y para mi eso significa el incio del fin.

-3- grita la gente al unísono.

-2

-1

-Feliz año nuevo!- grita todo el mundo.

Todos se empiezan abrazar felicitandose unos a otros y yo tomo de un solo bocado toda mi copa.

Abrazo a mis hermanas, su esposo, mis padres, a estos sin mucho entusiasmo, y luego sigo con los demás familiares. A quienes logro evitar es al Rey y a Louis.

Salimos todos al patio delantero y vemos al cielo. Este se llena con miles de colores y formas. Es todo un espectáculo y todos seguimos embobados alzando la vista.

El espectáculo de juegos artificiales termina y vuelven a entrar para seguir disfrutando y bailando.

Soy la única que se queda fuera disfrutando de la soledad, del aire y de la copa de champaña, viendo a la nada, viendo más lejos de aquí.

Un escalofrío interrumpe mis pensamientos ya que la temperatura a bajado y veo que pequeños copos de nueve empiezan a caer del cielo. Es hora de entrar.

Entro al palacio pero no voy al salón. Camino por los pasillos tratando de evitar toda la gente.

Los pasillos son muy largos, llenos de puertas en sus laterales.

Una persona del servicio me aborda diciéndome que no tengo permitido estar en el lugar y que vuelva al salón. Arregañadientes lo hago, tratando de ir lo más lento que me es posible.

Llego y veo que ya hay algunas personas pasadas de copas y otros que parecen disfrutar como nunca esta noche.

Para todos no será un buen año, pienso.